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Aunque el tomate de industria es el cultivo hortícola con más tradición en las zonas de regadíos del valle del Ebro y en ... La Rioja Baja se encuentra una de las empresas más importantes a nivel mundial (Heinz), éste se ha reducido drásticamente en los últimos años. En cambio, en localidades navarras como Caparroso y Valtierra, el tomate aún es muy importante.
Para analizar y tratar de impulsar el cultivo del tomate se ha creado el consorcio Agritom 2.0, formado por Fundación Caja Rioja, Universidad de La Rioja, Ctic Cita y la cooperativa El Raso, con financiación del Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural y cuyo principal objetivo es «plantar diferentes variedades de tomate de industria mediante técnicas sostenibles, entre ellas, el déficit de riego y la utilización de 'films' biodegradables en el acolchado como alternativa al cultivo tradicional».
Con plazo hasta el 2021, el estudio abordará el impacto económico y medioambiental tras la reducción del consumo de agua y el uso de plásticos biodegradables. «El cultivo del tomate en La Rioja ha ido desapareciendo hasta ser casi testimonial», explica Germán Soldevilla, ingeniero técnico agrícola del Ctic Cita que desarrolla el proyecto junto a Marta Montoya. Agritom 2.0 ha promovido un campo experimental con las variedades de tomate en industria más idóneas, como la H9036, cultivado con «prácticas respetuosas».
Germán Soldevilla| del Ctic Cita
El Raso cede el terreno y presta la labor agrícola bajo la supervisión de Soldevilla y Montoya, mientras la UR estudia la huella de carbono y de agua en la plantación. «Queremos, en la medida de lo posible, no usar productos sintéticos y sí usar productos de residuos 0», expone Germán Soldevilla. Todavía es pronto para extraer conclusiones ya que hasta mayo no germinarán los primeros tomates, pero la esperanza es poder recuperar las plantaciones y que estas sean rentables.
«No sabemos por qué se ha abandonado este cultivo, quizá por la fuerte presencia de la coliflor y el brócoli en la zona de Calahorra. Además, los precios agrarios están ya muy ajustados, pero el tomate de Navarra no es mejor que el de La Rioja», opina Soldevilla.
Otra posible causa es que en La Rioja Baja las fincas son pequeñas y el tomate requiere terrenos amplios, por lo que sería necesaria una concentración parcelaria y la mejora en el regadío. «Con buenas infraestructuras cualquier cultivo se puede llevar a cabo», afirma Soldevilla.
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