«Sentimos que están abandonados»

Diario LA RIOJA ha intentado, sin éxito, contactar con la dirección de la residencia Montesclaros. Solo un supervisor ha explicado que la empresa no desea hacer declaraciones. La presidenta del Colegio Oficial de Enfermería, Elisa Elías, afirma que le consta una situación irregular desde hace al menos un mes. «Ha habido un cambio en la dirección y existe una carga asistencial que desborda a los profesionales», expone.

Según ha podido saber este periódico, la semana pasada se produjo una inspección en la residencia, algo que no niega el Gobierno de La Rioja, aunque tampoco la justifica motivada por las quejas. «Se llevan a cabo inspecciones periódicas de todos los centros residenciales de La Rioja para comprobar y garantizar el correcto funcionamiento de los mismos y el bienestar de sus residentes. Igualmente, cuando se recibe una queja, se instruye el correspondiente expediente con el fin de investigar los hechos y dar respuesta a la misma», advierte Servicios Sociales. Actualmente no existe ningún expediente ni sanción a Montesclaros, pero sí se está investigando el caso.

Los familiares que han presentado quejas por el trato que reciben sus mayores son en su mayoría descendientes de usuarios de plazas públicas y no desean que sus nombres sean publicados por temor. «Para 60 personas en una planta cuentan con dos auxiliares, por lo que hay días en que una persona puede desayunar a las 12. Y para los 24 grandes dependientes de la segunda planta, igual: dos, así que los tienen todo el día en las habitaciones, sin salir, de la cama a la silla y de la silla a la cama», expone la hija de una residente. «En mi familia nos turnamos para acudir y dar de comer, merendar y cenar a mi madre. Es un desastre, horroroso. Tenemos miedo a que no esté como debe», añade.

«Hay mucha carencia de personal. Si me preguntas hace 8 años, hubiera dicho que la atención era de 10, y ahora, de 2. Sentimos que nuestros familiares están abandonados, y ya que ellos no tienen voz, queremos luchar por ellos», afirma la hija de otra gran dependiente que reside en Montesclaros.

«La residencia está muy descuidada, falta mantenimiento. La dejadez viene desde hace al menos dos años. En la gestión del COVID yo ya puse quejas. Los encierran sin supervisión y los asean una vez a la semana», expone otra hija de un gran dependiente.

«Si mi madre sale ahora a la calle es por nosotras. No sabemos cuánto tiempo han estado así porque no hemos podido entrar hasta hace veinte días. Las familias nos hemos llevado un chasco. Mi madre es lo único que tengo y me daba vergüenza sacarla a la calle de lo mal que estaba», confiesa otra mujer.