«Soy un representante de Microsoft»

Nuevas modalidades. ·
La especialización dentro del cibercrimen es cada vez mayor y ya afloran las estafas relacionadas con la compra de criptomonedas o bitcoin

Carmen Nevot

Logroño

Lunes, 26 de septiembre 2022, 02:00

El ingenio se agudiza y la especialización en el mundo de la criminalidad informática gana enteros. Las criptomonedas se han convertido en un bien deseado por los 'cacos' de la red, un hecho que la Fiscalía subraya en su última memoria.

A modo de ejemplo, cita uno de los procedimientos que finalmente se saldó con la condena de sus dos autoras y que se remonta al 25 de noviembre de 2019. Ese día un hombre, que no ha sido identificado, llamó a un número de teléfono que pertenecía a una empresa situada en Cenicero. El varón dijo en inglés a la mujer que respondió al otro lado de la línea que era un representante de Microsoft y que unos hackers habían introducido un virus en su ordenador y en sus cuentas bancarias. Con el fin de liberar el dispositivo del virus se ofreció a hacerle una limpieza. Una labor, según el fiscal, nada altruista porque el fin último era «obtener un beneficio económico ilícito, acceder a las cuentas bancarias y efectuar transferencias de dinero a otras personas con las que, de común acuerdo, se encargaban de retirar todo el dinero recibido en las cuentas.

Con el fin de ganarse la confianza de su interlocutora, que apenas le entendía en inglés, el hombre le pidió que se descargase el programa Teamviewer para que se pudieran comunicar mejor. En un momento de la conversación y tras presentarse como su salvador, le solicitó que entrara en la web de su banco e introdujera su usuario y contraseña para comprobar si habían realizado algún movimiento en su cuenta. Entre tanto, también le pidió que se descargase ciertas aplicaciones para poder tener acceso remoto al ordenador y con el fin de que tardara en darse cuenta del fraude y ganar tiempo le dijo que no tocase el teléfono móvil ni el ordenador. De lo contrario, se le podría bloquear.

Con esta artimaña el hombre efectuó dos operaciones con la tarjeta de crédito personal de la mujer por importes de 553,27 y 52,87 euros con los que se adquirieron criptomonedas a través de la plataforma 'on line' Moonpay. También se realizaron otras dos transferencias de 200 y 9.876 euros. Los hechos fueron juzgados y se saldaron con una sentencia de conformidad de seis meses para cada una de las dos acusadas.