Repatriado el cuerpo del argelino asesinado en Viniegra veinte meses después del crimen

Durante este tiempo, la familia ha reclamado recuperar los retos de 'Jaf', como así le llamaban, para darle sepultura en su pueblo natal, en Taguemount Azouz, una pequeña localidad en la que residen sus padres y hermanos a unos 130 kilómetros de la capital de Argelia.

El caso continúa en el Juzgado de instrucción número 1 de Logroño, a la espera del señalamiento de la vista oral, y con dos de los detenidos por el crimen en prisión provisional. I.Z., de 39 años y descendiente de Viniegra de Arriba, continúa en la cárcel de Logroño, mientras que J.G., de 45 años, fue traladado a un centro penitenciario fuera de La Rioja.

Ambos permanecen internos desde el 14 de agosto de 2020, tres días después de que supuestamente arrojaran el cadáver de Djafer Beckhat a una sima en Viniegra de Arriba. Sobre las 15.00 horas del 11 de agosto de 2022 la Guardia Civil recibió el aviso y horas después extraían el cuerpo del fondo de la torca Hoyo Mingo. Mientras agentes del Greim y los bomberos se afanaban en la complicada operación de rescatar el cuerpo, la Guardia Civil estableció un dispositivo para detener a los supuestos asesinos. A las 18.00 horas localizaron en Logroño la furgoneta que poco antes habían visto en la zona de la sima, a las 19.00 la policía tenía a I. Z. y a las 21.00 localizaban y arrestaban en Alberite a J. G.

De las declaraciones de los detenidos se supo que el móvil del crimen había sido una deuda de 13.600 euros relacionada con drogas. Al parecer, la víctima, que tenía un amplio historial delictivo, debía esa cantidad a I.Z., quien en el momento del asesinato disfrutaba de un permiso penitenciario que concluía el 12 de agosto.

El otro detenido, J. G., un traficante a media escala, a quien la investigación apunta como autor intelectual del crimen, tiene antecedentes por robo con fuerza, contra la seguridad vial, lesiones y malos tratos. Era un viejo conocido de la cárcel de Logroño, de hecho cumplió condena entre 2017 y 2018 y en marzo de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia de covid, fue detenido una vez más y regresó al centro penitenciario. Nueve meses después, en noviembre, salió en tercer grado con una pulsera telemática.

Los dos detenidos se habían conocido en la cárcel y allí forjaron una amistad peligrosa que acabó devolviéndoles a prisión provisional. Durante su declaración en dependencias policiales primero y en sede judicial después se culparon mutuamente de haber disparado en la nuca a Djafer, el tiro que, todo apunta, le provocó la muerte. Al parecer, I. Z. había quedado el 9 de agosto con Djafer en Viniegra de Arriba con el fin de saldar la deuda que tenía contraída con él. Ese mismo día los dos detenidos presuntamente acabaron con la vida de Djafer en una finca propiedad de la familia del vecino de Viniegra. Allí le propinaron varios golpes y finalmente le descerrajaron un tiro en la nuca. Ya cadáver le cubrieron la cabeza con una bolsa de plástico que ataron con bridas en torno al cuello y llevaron el cuerpo hasta la furgoneta propiedad del hermano de uno de los detenidos. El cadáver permaneció dos días en el vehículo en el interior de una nave en el pueblo. Así hasta el día 11 sobre las 14.00 horas cuando decidieron deshacerse del cuerpo y arrojarlo a la dolina. En el crimen también estaría implicada la novia de J.G., inicialmente por presunto encubrimiento del asesinato.

Nada más cometerse el crimen, familiares y amigos iniciaron una campaña de 'crowdfunding' para que los restos de Djafer descansen en su pueblo natal, en Argelia. Veinte meses después descansa en su tierra.