Las renuncias a herencias marcan un nuevo récord en La Rioja con 541 en el último año

Principalmente se producen por motivos económicos, porque las herencias escondan deudas que superen el valor de los bienes que se legan (más pasivo que activo). Existe un procedimiento, la aceptación de herencia a beneficio de inventario, que permite pedir información del patrimonio del fallecido para poder calcular qué porcentaje deben destinar los herederos para saldar las deudas, pero es una opción bastante infrecuente. Debe hacerse un inventario fiel y exacto de todos los bienes de la herencia, hecho con las formalidades y dentro de los plazos que se establecen en el Código Civil. Esto supone que el heredero ya no responde de las deudas del fallecido con su patrimonio personal, sino con los propios bienes de la herencia y hasta donde estos alcancen. También pueden pedir la formación de inventario antes de aceptar o repudiar la herencia, para deliberar sobre este aspecto.

Otras razones que llevan a rechazar una herencia pueden ser puramente personales, como la falta de relación con el fallecido, las disputas familiares o querer beneficiar a un descendiente u a otra persona que haya estado a cargo del fallecido en sus últimos años de vida. Sin embargo, en la decisión drástica de renunciar a un proceso hereditario también influye la fiscalidad, por la imposibilidad de hacer frente al pago de los impuestos que conlleva. Dos son los gravámenes. El de las plusvalías, gestionado por los ayuntamientos, grava el incremento del valor que hayan experimentado los terrenos de naturaleza urbana o los terrenos integrados en los bienes inmuebles de características especiales en los últimos 20 años anteriores al momento de su transmisión. Y el Impuesto de Sucesiones y Donaciones es un tributo cedido por el Estado a las autonomías, que aplican sus propias tarifas y bonificaciones. El de Sucesiones grava los incrementos patrimoniales mortis causa (fallecimiento) y el de Donaciones, inter vivos (sin deceso). En La Rioja, la deducción de Sucesiones se va rebajando en función del grado de parentesco. La más favorable, en el caso de herencias de padres a hijos, es del 99% hasta 400.000 euros, y el 50% a partir de esa cantidad.

Por otro lado, la estadística del Consejo General del Notariado constata el impacto de la crisis sanitaria y económica desatada por la pandemia del COVID. El exceso de mortalidad se ha traducido en un incremento de los actos notariales relacionados con las herencias, con aumentos significativos en 2021 tanto en las renuncias como en las aceptaciones (adjudicaciones por título sucesorio), que sumaron 2.568 en la comunidad, el 31% más que las realizadas en 2011. Lo curioso, según se desprende de los datos oficiales, es que el impacto se sintió el año pasado y no en 2020 (406 renuncias y 2.097 aceptaciones), que realmente fue el ejercicio que registró un exceso de mortalidad mucho mayor.

Dos son las explicaciones. Por un lado, las tramitaciones de herencia no se consideraron urgentes durante el estado de alarma, lo que tiró a la baja las cifras de actos realizados en el total del año. Y, por otro, se trata de trámites que pueden llevarse a cabo durante mucho tiempo, por lo que constituyen una variable retrasada respecto de la evolución de la mortalidad. Esta circunstancia, junto al efecto 'espera o rebote', parece justificar que muchas de las operaciones se formalizasen durante 2021, en lugar de 2020.

Pero la pandemia COVID también ha impulsado a los riojanos a dejar todo en orden anticipándose a futuras situaciones de incertidumbre y a la posibilidad de un fallecimiento repentino. Así, el año pasado se formalizaron 5.413 testamentos, la cifra más alta de la serie histórica que manejan los notarios y que arranca en 2007. Sobre la última década, el crecimiento ha sido del 23,2%. Hasta el año pasado, el récord lo tenía 2018, con 5.044 documentos. También en este caso, el aluvión viene del efecto arrastre tras varios meses de 2020 bajo el confinamiento y las restricciones.