El PSOE celebra el próximo sábado su comité regional en Riojafórum: el mismo escenario que santificó el ascenso de Francisco Ocón a la secretaría general, en sustitución de César Luena. Un proceso que permitió un respiro dentro de la acusada tendencia histórica del partido a ... la división interna. O, al menos, a la contestación: grupos de dirigentes de distintas facciones, casi nunca con algún sustrato ideológico canalizando sus reivindicaciones, que se suelen agrupar como oposición subterránea a la dirección. Aquel proceso, con la victoria de Ocón sobre Félix Caperos, que encarnaba a ese grupo de militantes descontentos, abrió un periodo de cierta calma. El tipo de calma que anunciaba nubarrones y hasta tempestades, como la que estalló en noviembre en el proceso de elección de candidato por Logroño. Pablo Hermoso de Mendoza, el aspirante bendecido (tácitamente) por el aparato, derrotó por sorpresa a Beatriz Arraiz. Desde entonces, el sector crítico rumiaba su revancha. Esa hora parece haber llegado.
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«Gol en Las Gaunas». Con esta frase, cargada de doble sentido, saludó Julián Olagaray el pasado viernes en una red social su victoria en las votaciones internas de la agrupación de Logroño para la lista al Congreso, Olagaray, oh casualidad, es también esposo de Arraiz. Con esa expresión tran gráfica aludía al éxito que esa corriente de opinión había alcanzado en las elecciones de la principal agrupación de los socialistas riojanos. No se trata de unas primarias, como se advierte desde la dirección del partido. Se trata, por el contrario, de un proceso que, según lo estipulado por el PSOE a nivel nacional, no tiene siquiera carácter vinculante: cada agrupación vota a sus favoritos y luego se toma la decisión definitiva al respecto en la cúpula del partido. Concretamente, en su reunión de este sábado. Donde tampoco se designará a los integrantes de esas candidaturas: esa es una prerrogativa que se reserva para sí Ferraz, que tomará su propia decisión al sábado siguiente.
Hasta entonces, lo único seguro es que el PSOE de Logroño votó en un sentido opuesto a cómo se han sustanciado últimamente las mayorías internas. Al éxito de Olagaray en la votación para el Congreso (con otra dirigente crítica, Emilia Fernández, en el segundo lugar y con César Luena en el séptimo puesto), se añaden otros resultados en la misma dirección: Arraiz fue la más votada en la lista al Parlamento (con uno de sus afines, Ricardo Velasco, en el segundo lugar y la citada Fernández en la tercera posición), mientras que para la candidatura al Senado el ganador fue Francisco Martínez-Aldama... Puntos suspensivos. Y muy significativa fue la elección para la lista logroñesa, la que encabezará Hermoso. Quien, si se guiara por lo votado por las bases, debería incorporar a su candidatura a Ana Vaquero, René Larumbe e Izaskun Fernández, ocupantes de los tres primeros lugares... y firmes apoyos de Arraiz durante las primarias.
¿Resumen? Que la dirección lleva su propio camino y la militancia, otro alternativo. El punto de fuga de sus trayectorias divergentes debería tener como escenario el cónclave del sábado. De lo contrario, el PSOE habrá vuelto a la casilla de salida, a su endémica tendencia a la división. Aunque al menos, en este proceso hay un elemento de unión: el más votado para la lista europea fue José Borrell. Uno de los pocos nombres en que todo el socialismo riojano coincide.
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