Un refugio para madres jóvenes

En 2013 la Asociación Proinfancia de La Rioja (APIR) junto al Gobierno de la comunidad creó un hogar para padres jóvenes y sus hijos en el parque de La Cometa. Esta asociación es una entidad sin ánimo de lucro cuya misión es «contribuir a la promoción y protección de la infancia para evitar cualquier situación de vulnerabilidad», como reza su lema y cuyo programa atiende y reconduce a jóvenes embarazadas así como sirve de apoyo tras el parto.

Entre el parque infantil La Cometa y el IES Escultor Daniel se encuentra esta casa dedicada a padres y niños que necesitan un apoyo afectivo para asentar las familias. Escondida entre la naturaleza este lugar alberga salas de juego para el aprendizaje y un pequeño parque. En este rincón se reunió ayer María Martín, consejera de Salud y Políticas Sociales y Miguel Ángel Muro, presidente de la Asociación Proinfancia de La Rioja.

«Hoy visitamos uno de los programas más bonitos y útiles que tenemos en nuestra Comunidad Autónoma», así presentó Martín el lugar en la visita de ayer. «Aquí se ayuda a madres gestantes, adolescentes y jóvenes hasta 30 años, en múltiples facetas. Se ayuda en la preparación al parto, el posparto, en los cuidados de los niños y también cómo actuar con esta nueva familia», continúa Martín. El objetivo principal de este programa es entender, reparar y reconstruir la vida de las madres, permitiéndoles trabajar en sus objetivos personales y laborales. Mientras las madres y los padres se encuentran en los talleres del programa, las trabajadoras sociales atienden a los menores jugando o con tareas escolares.

«Estamos satisfechos de poder llevar a cabo este proyecto porque creemos ser útiles», aseguró Miguel Ángel Muro. «Las Administraciones Públicas no pueden llegar a todo y es ahí cuando entramos las ONG que sí podemos», aclaró Muro. Esta asociación, que vela por el futuro de niños y jóvenes creó este proyecto para «ayudar a un segmento de la población» y sobre todo «en la problemática de este grupo que veíamos que necesitaba nuestra ayuda».

La mayoría de los que llegan a este programa se encuentran en situaciones complicadas por lo que hacerse cargo de un bebé que requiere gran atención y mucho cariño puede ser un cambio enorme. «Lo que hacemos es tratar que estas jóvenes puedan reconducir su vida primero por ellas y después por ese niño que necesita cariño, apoyo y afecto», agregó Muro.

En los últimos años el programa se ha ampliado. Cuatro de las integrantes de este proyecto no se encuentran ni en periodo de gestación ni tampoco son madres, pero han tenido situaciones afectivo-sexuales de riesgo. Entre sus salas se llevan a cabo talleres tanto individuales como grupales relacionados con la crianza, coordinación con profesionales y asesoramiento vía telefónica. En lo que va de año, se han atendido a 91 personas (36 mujeres, 5 hombres y 50 niños).

De las 41 personas inscritas, 21 proceden del propio programa y el resto han sido derivadas desde varias plataformas: Nueve desde los servicios sociales municipales; cinco provenientes de la Consejería de Salud y Políticas Sociales, el Centro Asesor de la Mujer o la Oficina de Atención a la Víctima del delito; cinco más de otras instituciones y uno de institutos o colegios.

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