Con los sentimientos y la emoción muy presentes a lo largo de toda la ceremonia, más de 750 alumnos de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), sus profesores, sus familiares y amigos -unas 3.500 personas en total- han llenado esta mañana la plaza ... de toros de La Ribera de Logroño. Procedían de diversos rincones de España, pero también de Alemania, Holanda, Argentina, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guinea Ecuatorial, Irlanda, México, Paraguay, Perú, Reino Unido, República Dominicana, Suiza y Uruguay, una distancia geográfica que se salva gracias a las posibilidades que ofrece la formación online y que hoy ha desaparecido del todo con la celebración del acto de graduación de grados y másteres.
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La ceremonia ha comenzado con la lección magistral de la historiadora, docente e investigadora María Elvira Roca, que ha recordado las palabras de uno de sus profesores, quien aseguraba que «el único amor verdadero es el amor a la carrera». Haciendo una analogía entre el esfuerzo y el compromiso que estudios y amor exigen a lo largo de los años, la profesora ha asegurado que los graduados podían estar «orgullos y contentos de sí mismos» y les ha animado a disfrutarlo sin olvidar que también tienen una «responsabilidad con la sociedad». «Este título que vais a recibir os compromete, es un compromiso grato, con vocación de servicio, con la sociedad que nos ha dado mucho y a la que tenemos obligación de devolver», ha señalado.
En nombre de los graduados han intervenido Carlos Escario, del Grado en Ingeniería Informática, y Jon Iturrioz, del máster en Fiscalidad Internacional. Ambos han agradecido la labor del profesorado, el apoyo recibido por sus familiares y amigos y la complicidad constante de los compañeros, especialmente en los momentos de dificultades o flaqueza.
Tras la imposición de las becas y las entregas de diplomas a todos los alumnos, la ceremonia ha concluido con las intervenciones de José Ignacio Ceniceros, presidente del Gobierno de La Rioja, y José María Vázquez, rector de UNIR. El primero ha deseado que la titulación sea un impulso para que los graduados consigan las metas que se propongan, ha destacado los logros de UNIR en estos diez años de existencia, su aporte a la región y la concesión de la Medalla de La Rioja. «La UNIR es una pieza básica del sistema educativo, ha contribuido a la internacionalización de La Rioja y ha proyectado una imagen de nuestra comunidad vinculada a los conocimientos, la investigación y el crecimiento», ha apuntado. Y ha concluido con un deseo: «Representáis la esperanza y los cimientos sólidos para construir un futuro mejor, esperamos lo mejor de vosotros en beneficio de todos».
Para cerrar el acto, el rector de UNIR ha querido reflexionar sobre la hipersensibilidad del mundo actual y ha hecho un llamamiento a «la ecuanimidad y el equilibrio», «a poner algo tan humano como los sentimientos en el lugar que les corresponde en nuestras vidas». Tampoco ha querido olvidarse de los familiares presentes en la ceremonia «que han prestado apoyo, en muchos casos determinante».
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