La Rioja acoge 1.682 viviendas de uso turístico, más del triple que hace seis años

En La Rioja, el año 2025 ha comenzado con 1.682 viviendas dedicadas al turismo, según los datos oficiales del Gobierno de La Rioja. Hace seis años, en 2018, el número era de solo 480. Es decir, en este corto periodo, los alojamientos de este tipo han aumentado en un 350% y es en el último curso cuando su evolución se ha disparado y dejado atrás el parón de la pandemia, con tres años (2020, 2021 y 2022) de estancamiento. De las 1.354 registradas en 2024 se han pasado a 1.682 a día de hoy, lo que supone 328 más, el crecimiento anual más alto de la serie.

La explicación del incremento está en la demanda, pero también en la rentabilidad. Cada vez más personas quieren disfrutar de una estancia en La Rioja con las comodidades que ofrece un hogar, aunque sea solo durante un par de noches. En 2023, el último dato hecho público por el Instituto Nacional de Estadística (INE), fueron 82.169 viajeros que eligieron esta opción en La Rioja, casi 24.000 más que un año antes y el doble que en 2021. Sube la demanda y sube la oferta.

El aumento conlleva interrogantes que ya se han planteado en otros lugares mucho más turísticos que La Rioja. Por ejemplo, la posibilidad de saturación o la conversión de zonas completas en espacios únicamente pensados para el visitante, lo que incluso ha generado 'turistofobia'.

En la comunidad, la presencia masiva de alojamientos turísticos se circunscriben a localidades y espacios muy concretos. Por ejemplo, el Casco Antiguo de la capital, p municipios como Haro (133 pisos turísticos a día de hoy) y Ezcaray (101).

Es Logroño el caso que más controversias ha levantado entre los vecinos, con denuncias de diferentes asociaciones por las molestias generadas y porque la rentabilidad de estos alojamientos impide a los vecinos optar a la adquisición de una vivienda, entre otros problemas.

A día de hoy, según el Ejecutivo regional, las viviendas vacacionales de toda la ciudad alcanzan las 795, con cada vez más bloques completos destinados a este fin. Por ejemplo, todavía continúan en marcha las obras para adecuar a tal Portales, 12 o la el edificio de Sagasta, 23. Y ya han empezado los trabajos en el solar de la plaza del Mercado, 8-9 (en Escalerillas). Solo cuando se inauguren estos tres edificios, Logroño contará con 69 pisos turísticos más. Es decir, un incremento que roza el 9% de oferta en solo tres intervenciones urbanísticas.

Desde la Asociación Riojana de Viviendas y Apartamentos de Uso Turísticos se explica que el mercado de los pisos turísticos en la comunidad «no está saturado» y que en ocasiones» no hay suficiente oferta para toda la demanda». «Se ha crecido muchísimo porque es un sector relativamente nuevo, pero tenemos que trabajar para que no pase lo que ha pasado en otras ciudades», añade Susana Díaz, presidenta de Arvutur.

Los administradores de fincas llevan años lidiando con la complejidad que añaden los alojamientos turísticos al ya de por sí difícil día a día de los edificios residenciales, cada vez más ahogados por burocracia y requisitos especialmente onerosos para edificios con pocos vecinos. El cambio de la ley de propiedad horizontal que se oficializará en abril ha sido bien recibido por el sector, aunque no sea el bálsamo de fierabrás que todo lo arregla.

Para Luis Miguel García, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de La Rioja, «la autorización expresa para el cambio de uso a turístico de una vivienda cambia mucho las cosas, pero no varía las que ya están funcionando».

La solución, según García, sería que las viviendas de uso vacacional contasen con una entrada diferenciada (por ejemplo, los bajos) sin compartir con el resto zonas comunes porque «se ha cuidado poco la convivencia en las comunidades». «Hay muy pocos propietarios que cuiden ese aspecto, que estén pendientes de quién va a su piso, quién lo usa... Siempre hay gente respetuosa, pero también otros que vienen a divertirse sin importarles el vecindario», denuncia.

Para García, cuando una comunidad de propietarios riojana se ha planteado prohibir las viviendas turísticas «siempre lo ha sacado adelante [para lo que se necesitaba tres quintas partes de apoyo]». Pero ahora no se trata de impedir, sino de apoyar expresamente en una reunión un proyecto que se presente, lo que va a complicar mucho los cambios.

Para Susana Díaz, presidenta de la Asociación Riojana de Viviendas y Apartamentos de Uso Turístico (Arvutur) los cambios en la ley de propiedad horizontal que ya han sido aprobados suponen una nueva zancadilla al sector.

«Nos lo están poniendo muy complicado», explica. «Aunque en La Rioja no existen problemas y pese a que nos sentimos apoyados por el Gobierno regional y por el Ayuntamiento de Logroño, la nueva normativa es nacional y afecta a todos los sitios por igual: a Barcelona, a Madrid, al Casco Antiguo de Logroño, a un pequeño pueblo de Cameros, a un barrio no céntrico...», argumenta.

Díaz considera que, con el cambio legislativo, los vecindarios van a rechazar frontalmente los pisos turísticos porque estos se encuentran «demonizados». «Hay comunidades que ni tan siquiera saben que tienen una vivienda turística en su bloque porque la inmensa mayoría de los visitantes son personas muy educadas, matrimonios o familias», recalca.

Si se impide al sector un crecimiento acorde al de la demanda, la responsable de Arvutur tiene claro que va a repercutir directamente en el bolsillo de los turistas. «Se ve en grandes ciudades como Madrid, donde se han producido limitaciones, cuyos alojamientos presentan unos precios astronómicos. Vamos a conseguir que el turismo se quede para pocos o que solo se pueda disfrutar de una semanita de vacaciones. Con medidas como las que se están llevando a cabo volveremos a épocas pasadas en la que las vacaciones eran solo para ricos», concluye.