Ramos para los nuestros

Es difícil decir adiós a un ser querido, por eso queremos mantenerlo en el recuerdo, que no se desvanezca su olor en nuestra memoria o se difumine su voz o incluso su rostro. Queremos honrarlos y agarrarnos a aquellos momentos, los mejores que vivimos a su lado. Mañana no será un día más, será su día, el de los nuestros, el señalado en rojo en el calendario, ese en el que, como marca la tradición, nos acercaremos a su lugar de reposo y les agasajaremos con las mejores flores. Claveles, rosas, crisantemos, ciclamen, gerberas, margaritas. Ramos enormes salpicados de la diminuta paniculata y exóticas calas amarillas. Todas tenían cabida ayer en la plaza de Joaquín Elizalde, transformada un año más en el jardín al que acuden los logroñeses en busca de esa flor que mañana llevarán al cementerio.

El Mercado de las Flores volvió a convertirse ayer en el punto de referencia para muchos y lo seguirá siendo hoy (de 8 a 20 horas) y mañana (de 8 a 14 horas). En esta ocasión se han dado cita seis establecimientos, como Vivaria, en Varea. Desde este puesto, Maite Fernández explica que lo que más se vende ahora son los centros de flor cortada. «Es lo más típico», asegura y después, los crisantemos, pero «siempre depende lo que la gente se quiera gastar».

A lo largo de los años han cambiado las preferencias y mientras la gente mayor se decanta por el clavel porque dura más, los jóvenes «quieren color y flor nueva». Por eso «tienes que ir cambiando y evolucionando porque si no...», apunta. El 100% de lo que se vende estos días es para Todos los Santos. «No hay nada que se lleve para casa, además, el formato de centro no lo pones más que en esta fecha, en el cementerio».

Sin duda, sostiene Fernández, esta es la campaña más fuerte de todo el año para las floristerías. Tras ella estaría la del Día de la Madre y la de Los Enamorados, aunque esta última pierde fuelle porque «se han cambiado las flores por las cenas».

En su opinión, los bazares chinos, al menos de momento, no son una competencia para las floristerías de la región en estos días. «No venden flor cortada porque no saben trabajar con ella. Se necesitan cámaras y saber manipularla y no puedes almacenarla de cualquier manera», explica. Por ahora, «solo se han metido con el crisantemo y el resto es flor artificial».

Para Marian Franco este año está siendo mucho mejor que el anterior. Con toda probabilidad la pandemia y las mascarillas tuvieron mucho que ver. «Para ser el primer día se ha vendido muchísimo, no pensábamos que iba a ser tanto. A ver si para mañana no venimos», sonríe.

En su caso, lo que más le piden es la flor blanca, el clavel y las rosas. «También muchos centros, pero en colores claritos, blancos y rosas», y luego «están los típicos centros con flores azules». Los precios también son un poco más caros, «pero es lógico porque está subiendo todo, algo que te costaba 3 euros ahora vale 6».

Para Margarita Ezquerro la gente compra de todo, desde crisantemos hasta centros grandes. La variedad es enorme así que se quedan «con lo que les gusta. Hay gente que se lleva una flor pequeña de 2,50 euros hasta la que se lleva un centro grande de 30».

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