Adolfo Lezana, director del colegio Maristas de Logroño, reconoce que la supresión de la convocatoria extraordinaria ha permitido impartir los contenidos con más calma ya que «se ganan horas lectivas». En plenos exámenes, Lezana explica que el centro educativo ha preparado «una hoja de ... ruta para que quienes hayan tenido dificultades en alguna de las evaluaciones, en estas semanas puedan conseguir los objetivos».
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En su caso, se seguirá diferenciando entre los que han aprobado todo y los que no, pero «estarán juntos, se mantendrá el mismo horario del curso y habrá posibilidad de que quienes han superado las materias puedan subir nota. Es la manera de intentar mantener la tensión hasta el próximo 24 de junio. Antes era un locura. Además se producía una gran insatisfacción ya que crispaba a los docentes y desconcertaba a los chavales y a las familias. Ahora, el hecho de poder alargar el curso nos va a venir bien a todos a expensas de ver cuál es la respuestas de los alumnos que tienen todas las materias aprobadas», añade el director de un centro en el que más de 450 jóvenes estudian la Educación Secundaria Obligatoria.
En principio, el centro sí ha descartado repetir actividades como las de años anteriores (salidas, excursiones y dinámicas que se salían de la rutina habitual): «Las hemos dejado de lado para mantener esa tensión hasta final de curso ya que, hasta ese momento, los alumnos no sabrán exactamente cuál es su nota final».
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