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La mayoría se resiste a hacer público su nombre, pero todos coinciden en las mismas reivindicaciones. El anonimato no obedece a ningún recelo ni temor. «Se trata sólo de subrayar que es una movilización compartida y, sobre todo, evitar que la situación repercuta en ... nuestros pacientes», justifica una de las profesionales de Atención Primaria en La Rioja que, como decenas de compañeros, el miércoles se concentraron para mantener vivas reivindicaciones que no son flor de un día. «La situación ha ido a peor, es la gota que colma el vaso», confirma con la perspectiva de 25 años de carrera en la que el tiempo de atención al usuario ha ido menguando hasta unos exiguos seis minutos de media. «El problema es que se impone atender de inmediato la totalidad de la demanda y, bien a través de la telecita o en los propios centros, se 'mete' a todo el mundo duplicando e incluso triplicando citas, de manera que las jornadas se resumen en un ver a un paciente tras otro a toda velocidad...». «No nos queda tiempo casi ni para respirar», sostiene desde el centro de salud de Logroño donde trabaja y en el que la coyuntura, según matiza, difiere por razón del tipo de población que cubre aunque en todos se invoca un afán: más personal. «Si alguien falta no se sustituye y se le asigna ese día el cupo a otro compañero, haciendo así que el proceso se atore aún más y se produzcan retrasos inevitables al final de la jornada», describe consciente de que el escenario se replica en toda España aunque sin perder la esperanza de paliarlo a nivel autonómico. «Muchos residentes acaban marchándose porque se les ofrecen mejores condiciones fuera; y no estrictamente económicas, sino de conciliación y garantía de estabilidad, que es a lo que cualquier trabajador aspira», reflexiona.
Otro médico de cabecera que pasa consulta en un municipio aledaño a Logroño confirma un diagnóstico parejo. «El acto clínico no se ciñe a abrir el ordenador, auscultar y extender una receta», recalca, «sino en establecer un diálogo con el paciente que tienes delante pero que con apenas seis minutos es inviable». Y todo ello, sumado a otras facetas menos visibles de los facultativos de Primaria que incluyen desde la revisión de bajas, hasta redactar informes para dependientes, labores administrativas, sobrecarga de guardias... «No se trata de cobrar más, sino de trabajar mejor para que esa tarea sea digna y de calidad», indica para insistir en inyectar una mayor financiación en este nivel asistencial «en el que nosotros somos la cara del sistema». Demandas que ellos y sus compañeros seguirán enarbolando a la espera de una respuesta al documento trasladado la semana pasada a la Consejería.
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