Puente espera que dentro de un año pueda haber otro tren a Madrid por La Rioja Baja

En comunidades como La Rioja que arrastra un déficit histórico en materia de infraestructuras, la visita de un ministro del ramo siempre es recibida con expectación. Más en el caso de tratarse de Óscar Puente, al que le suele acompañar la polémica y que, de hecho, hace poco más de un mes protagonizó una de sus habituales controversias a través de su perfil social de X. Su anuncio de reforzar la conexión ferroviaria Logroño-Madrid con un tren por Miranda, Burgos y Valladolid fue recibido con frialdad por el presidente regional, Gonzalo Capellán. «Ni es la propuesta que necesitamos ni palía el déficit de conexión de La Rioja», fue la reacción del mandatario autonómico cuando conoció la noticia. Esta respuesta no le gustó a Puente y en redes sociales llegó a amagar con llevarse ese tren a otra territorio «donde sea más útil. No estamos para molestar a nadie ni para desperdiciar el material».

En ese contexto se desarrollaba este viernes el encuentro de Puente con Capellán, seis meses después de haber sido reclamado por el Ejecutivo regional. Esa reunión sirvió para rebajar aquella crispación, establecer un clima de «respeto y lealtad institucional» –términos empleados por ambos políticos– y dejar a las partes «satisfechas» tras una hora y media de diálogo «productivo».

No hubo anuncios de calado, pero sí propósitos y compromisos por parte del ministro para impulsar la conexión ferroviaria con Madrid. Confía en que «el próximo año por estas fechas» se pueda establecer un nuevo servicio con la capital de España, en principio por La Rioja Baja hacia Castejón, y «reduciendo los tiempos de viaje», por debajo de las tres horas –ahora oscila entre tres horas y cuarto y tres y media, en condiciones normales y sin retrasos que son habituales–. Para ello es preciso que el Ministerio disponga de nuevo material rodante, del Talgo S-107 de alta velocidad que podría alcanzar los 300 kilómetros por hora.

Esa ruta por Zaragoza sigue siendo la prioridad del Gobierno riojano y esa reivindicación –de dos trenes directos de Logroño a Madrid por Calahorra– parece no haber caído en saco roto. «De ninguna manera le digo a La Rioja que se tendrá que conformar con una frecuencia, pero ahora no puedo comprometer más», quiso aclarar Puente. Es más, «si hay la posibilidad de tener otro servicio con el nuevo material, también puede haber otra frecuencia a otra hora que nos permita colocar el material que va a 250 kilómetros por hora en el surco de manera más fácil, porque las horas más difíciles son las primeras de la mañana y las últimas de la tarde, en las que confluyen todos los surcos en las estaciones de Atocha y Chamartín», añadió el titular de Transportes.

Si el Ministerio hace algo más de un mes anunció el tren por Haro, Miranda, Burgos, Valladolid –y también Segovia, según se conoció este viernes– en detrimento de la opción por La Rioja Baja fue «porque pretendíamos vertebrar la comunidad en su conexión con Madrid» tanto por Calahorra y su comarca como el Haro hacia La Rioja Alta. Pero también entraron en juego cuestiones técnicas «porque la conexión Zaragoza-Barcelona está muy saturada, el material rodante actual no supera los 250 kilómetros por ahora y es difícil encontrar surco en esa línea», explicó Puente. Y por último, «la viabilidad económica» del tren por Miranda «garantiza la sostenibilidad de la línea». Ese servicio entrará en funcionamiento en noviembre y reforzará la oferta ferroviaria Logroño-Madrid con 3.200 plazas.

Esos argumentos parecieron convencer a Capellán, aunque el jefe del Ejecutivo dejó bien claro que «conformarse» no forma parte de su diccionario y que esa alternativa por Miranda «no resuelve el problema de conectividad con la mayoría» de la población. «Soy reivindicativo, miro a lo grande, porque creo que La Rioja tiene un gran potencial que no se desarrolla más precisamente por las limitaciones que tenemos en algo tan estratégico como son las infraestructuras de conectividad», dijo el presidente. La demanda «unánime» pasa por «dar un salto cualitativo inmediato por ferrocarril».

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