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El camión cisterna del parque móvil de la Comunidad Autónoma de La Rioja descarga agua en el depósito municipal de Daroca de Rioja durante el pasado miércoles. D.M.A.

Pueblos que se quedan secos

El camión cisterna de La Rioja ha suministrado ya este verano a Daroca, Zorraquín, Zenzano y las aldeas de Santa Engracia del Jubera

Diego Marín A.

Logroño

Viernes, 9 de agosto 2024, 07:14

Cuatro viajes realizó el pasado miércoles el camión cisterna del parque móvil de la Comunidad Autónoma de La Rioja para suministrar 70.000 litros de agua potable a Daroca de Rioja. La localidad más pequeña del mundo con un restaurante con dos estrellas Michelin llevaba días con restricciones en el consumo. El motivo es que el pasado invierno no nevó mucho y el acuífero del barranco del Sabuco del que se abastece el pueblo no da ya más de sí. Y es que el pueblo, con 56 censados, multiplica por cuatro su población en agosto ante las inminentes fiestas de San Lorenzo.

«Hace ya cuatro años que hemos notado una merma, el caudal baja mucho y es necesario reponer porque, con las fiestas, somos mucha más gente de la habitual», explica José María Martínez, vecino y exalcalde de Daroca de Rioja que ayudó en la labor del camión cisterna. «Hace años tuvimos un problema similar porque teníamos un depósito de poca capacidad y tuvimos que traer un camión cisterna», recuerda. No obstante, a pesar de haber llenado los depósitos de agua, Daroca mantiene las restricciones.

«El problema es que se habían vaciado los depósitos y es complicado recuperarlos. Tenemos que conseguir estabilizarlos y tener precaución con el consumo», advierte Luis Armando Rodríguez, actual alcalde de Daroca. Eso, claro, supone un inconveniente en tal idílico municipio de la sierra de Moncalvillo. «Aunque agua puedes beber si compras una botella, es súper incómodo, sobre todo para los que viven en el pueblo, porque los de fuera pueden ir a sus casas de Logroño a ducharse o lavar la ropa», subraya Rodríguez.

«Es súper incómodo para los que viven en el pueblo, los de fuera pueden ir a sus casas de Logroño»

Luis Armando Rodríguez

Alcalde de Daroca de Rioja

«Con el depósito del pueblo es suficiente, pero el problema es que la urbanización se llena»

José Ángel Capellán

Alcalde de Zorraquín

Pero no solo Daroca sufre este problema. El Gobierno de La Rioja ha suministrado agua este verano también a Zorraquín y las aldeas Zenzano (Lagunilla), San Martín, El Collado y San Bartolomé (Santa Engracia del Jubera). Durante el verano de 2023 se realizaron 24 envíos de agua a nueve pueblos, con un total de 583.000 litros. El grueso de los traslados se produjo entre los días 21 y 25 de agosto, informa el Ejecutivo regional, que no ha querido detallar los datos de este año anunciando una próximo convocatoria informativa.

Zorraquín también recibió agua el pasado miércoles, en su caso para prever el desabastecimiento que cada verano sufre la urbanización Usarena, que puede albergar a un millar de personas, frente a las 80 que tiene el pueblo y que en verano aumenta a unas 250. «Cuando construyeron la urbanización hicieron un depósito propio de agua, pero pequeño. Con el del pueblo no es suficiente, pero el problema es que la urbanización se llena y se quedan sin agua», detalla José Ángel Capellán, alcalde de Zorraquín. El municipio se nutre de cuatro manantiales y el aumento de población le sobrepasa en cuanto al suministro de agua, por eso necesita del camión cisterna. «Antes había un turismo más de propiedad, de familias que venían unos días, pero ahora es más de alquiler, así que los pisos están llenos todo el verano y eso hace que el gasto de agua aumente», explica Capellán.

«Es una situación normal. Aunque hay pocos para el invierno, en cuando sube más gente se gastan»

Carlos Yécora

Alcalde de Lagunilla del Jubera

«Los manantiales escasean, la población en verano aumenta y, por tanto, también el consumo»

Óscar Fernández

Alcalde de Santa Engracia

A otra escala, en Zenzano pasan de 14 censados a 40 vecinos en verano, y eso en la recóndita aldea de Lagunilla del Jubera se nota cada año. «Es una situación normal, todos los años necesitamos agua. No hay una zona estable para coger y, aunque hay pozos para el invierno, en cuanto sube más gente se gastan. El año pasado hubo que solicitar dos camiones al mes», recuerda Carlos Yécora, alcalde de Lagunilla.

En las aldeas de Santa Engracia no ha hay restricciones pero sí recomendaciones de consumo. «Es habitual que San Martín y El Collado necesiten agua porque los manantiales escasean (el invierno fue flojo en nieve y arrastramos dos años de sequía), la población en verano aumenta y, por tanto, también el consumo», describe el alcalde, Óscar Fernández.

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