José Luis Merino Aldea, alcalde de Pinillos, posa con el pueblo al fondo, cubierto de nieve. JUSTO RODRÍGUEZ
Pinillos

«Los pueblos van de capa caída. Esto es una fuente que se seca»

El pueblo del Camero Nuevo solo cuenta con 21 censados y ningún menor de 25 años, casi el mismo tiempo que no nace nadie

Diego Marín A.

Logroño

Domingo, 26 de febrero 2023, 01:00

La carretera que conduce a Pinillos no va a ninguna otra parte, pasado el pueblo se convierte en una pista forestal que llega a El Horquín (1.584 metros). Ha empezado a nevar y anochece. Todo está cubierto ya de un manto blanco. No ... se ve ni a un perro ni a un gato callejero. Nada. Y de la nada aparece José Luis Merino, alcalde de Pinillos desde hace 24 años, y que ahora suma 67. En este pueblo del Camero Nuevo el problema no es que no haya jóvenes, ningún menor de 25 años, la tragedia es que apenas cuenta con habitantes. Solo cuenta con 21 censados y en jornadas como la del pasado jueves el alcalde parece el único habitante.

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«¿Cómo va a vivir aquí una familia joven? ¡Aquí no se puede vivir! Los pueblos de la sierra están muy fastidiados», considera el propio alcalde, que cree que hace al menos 24 años que no nace o se inscribe un joven en el municipio. «Alguno viene porque su familia tiene casa, pero no vive. En los pueblos no hay gente joven, pero es que no puede haber, no tienen alicientes como puede haber en Logroño. Y aclimatarse a la vida de aquí es algo muy duro, no hay las comodidades de la ciudad», expone José Luis Merino.

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No obstante, el alcalde desearía que hubiera más gente en Pinillos, y sobre todo jóvenes de forma permanente, como se ven en verano, pero es pesimista (o realista). «Los pueblos van de capa caída. Yo aquí he conocido hasta treinta jóvenes viviendo, pero esto es una fuente que se seca gota a gota», recuerda el alcalde, quien arregló el frontón como un pequeño reclamo y, de hecho, los fines de semana tiene su uso. «Aquí puede haber gente veinte días en verano, pero con eso no hacemos nada. Lo malo es que un día como hoy, que nieva, aquí estamos dos o tres. No hay trabajo ni vivienda. Aquí solo te puedes dedicar a la ganadería», expone Merino, quien también subraya la equivocada idealización del mundo rural: «La vida en la sierra es muy dura. A alguno le parece que aquí están los bollos y las longanizas colgadas y de eso, 'nastis'».

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