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El PSOE no sacará adelante la enmienda prevista inicialmente al proyecto de Ley de Medidas Fiscales y Administrativas del 2018 que planteaba que ningún diputado perciba una asignación a cargo del capítulo I de gastos de personal de la Cámara. Una pretensión que se traducía, ... sin nombrarlo expresamente, en eliminar el sueldo a la única figura que se beneficia de ello: la presidenta del Parlamento. Dado que Cs ya adelantó su desacuerdo por juzgarlo contradictorio con el afán de profesionalización de sus señorías acordada por la Mesa, los socialistas y el partido naranja han pactado una enmienda transaccional concretada en una drástica rebaja de la nómina que ahora percibe Ana Lourdes González.
En concreto, el texto propone que la principal representante de la institución se equipare en términos económicos a un portavoz parlamentario con dedicación exclusiva y pase así de cobrar 70.398 euros brutos anuales a 53.502. O lo que es igual: un recorte de más de 16.000 euros de los que se excluirían los 477 al mes no sometidos a justificación a los que la exalcaldesa de Ribafrecha también tiene derecho.
De acuerdo a la información facilita por el PSOE -Cs declinó realizar valoraciones hasta agotar el plazo de presentación de enmiendas que finaliza hoy- la medida se sustanciaría mediante una modificación de la ley de septiembre del 2007 de homologación en materia de retribución de los altos cargos autonómicos con los de la Administración General del Estado, por el cual la presidenta del Parlamento cobra hasta el momento el 4% menos que el presidente del Gobierno regional. El cambio supondría reducir ese porcentaje de referencia hasta el 24% y situarse el mismo nivel retributivo contemplado para los cuatro portavoces, al margen del dinero efectivo que estos reciben de acuerdo con la estrategia de cada grupo.
La enmienda tampoco olvida que las indemnizaciones que corresponden al resto de diputados se referencian de forma descendente según sus funciones respecto al sueldo de la presidenta. En su caso no se reduciría el montante, sino que se modificarían los porcentajes para mantener las asignaciones en vigor.
Que la enmienda prospere depende de un tercer actor: Podemos. El equilibrio de fuerzas en el hemiciclo hace preciso su voto a favor o al menos la abstención en el pleno de las enmiendas parciales que se desarrollará mañana. Aunque Cs y el PSOE lo dan por hecho, la formación morada aún no ha tomado una decisión. «El debate no es precarizar la nómina de la presidenta, sino avanzar en la profesionalización de todos los diputados», arguye su portavoz, Ana Carmen Sainz , para quien la enmienda es una «cortina de humo» por parte del resto de la oposición. La iniciativa llega después del acuerdo de la Mesa del pasado diciembre, con la abstención del PP, para aumentar el 33% el Presupuesto del Parlamento para este año -1,7 millones más de los 5,2 previstos- para avanzar en la implementación de un sueldo a los 33 diputados a partir de la próxima legislatura.
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