Un proyecto solidario que deja huella

Aque no sois capaces de reunir más material que nosotros?». Con ese reto comenzaba el curso el año pasado el colegio Escolapias Sotillo de Logroño. Quienes lo lanzaban eran los alumnos del centro Arboleda, de Sevilla, y es que ambos habían decidido formar parte de un proyecto humanitario para ayudar a un colegio de educación especial del campo de refugiados saharauis de Dajla, en Argelia. Los de aquí lo hicieron de la mano de la Asociación Riojana de Amigos y Amigas de la RASD, mientras que los sevillanos contaron con la asociación Frontera Cero.

Pero el proyecto no consistía solo en recoger material escolar y de oficina, productos de higiene y ropa de abrigo para los niños saharauis, sino que supuso un desafío mucho mayor: que esa ayuda sirviera para abordar infinidad de aspectos formativos y educativos a nivel escolar. El alumnado tenía que encargarse de todo el proceso, desde diseñar la campaña de comunicación para darla a conocer a todos los cursos y etapas del centro, hasta difundirla, tratar con las asociaciones para ver qué productos eran los más necesitados, establecer la forma y fechas de recogida, el embalaje del material o los costes y modo de envío, entre otras tareas.

Raquel Blanco, profesora responsable del proyecto en Escolapias Sotillo, asegura que «desde todas las asignaturas se colaboró con la iniciativa, cuyo peso principal llevaron los alumnos y tutores de 3º de ESO, pero todo el colegio estuvo implicado en él, incluidos los cursos de Infantil, que, a su nivel, también aprendieron mucho de cómo se vive en el Sáhara: costumbres, clima, vestimentas...». «Fue muy enriquecedor ver trabajar a los alumnos mayores con los más pequeños, porque el proyecto conllevaba la colaboración entre etapas», destacan desde Escolapias Sotillo.

La idea estaba sembrada y en marcha y por el Día de la Paz recogió sus frutos: 325 kilos de material escolar y de oficina de segunda mano más ropa de abrigo se consiguió reunir por parte de Escolapias Sotillo y 189 por Arboleda, de Sevilla.

Pero a esta fiesta de la solidaridad se unió también el CEIP El Arco de Logroño, que con su carrera benéfica, también organizada íntegramente por los alumnos –tanto su organización, como su recorrido, e incluso los calentamientos– sumó 1.750 euros a la misma causa. Y es que por algo los dos colegios riojanos pertenecen a la red de Centros Educativos hacia la Sostenibilidad.

Todo, excepto 30 kilos de material que se reservaron en Logroño para los niños con discapacidad que llegaron en verano con la iniciativa Vacaciones en Paz, se hizo llegar a Dajla en dos envíos. El primero desde Logroño en el mes de abril y el segundo desde Sevilla en mayo. Y tal fue el aluvión de ayuda recibida que el colegio de educación especial al que iba destinada decidió compartir sus nuevos recursos con la otra escuela, en este caso de educación ordinaria, de la localidad, también necesitada de toda la solidaridad posible.

Mochilas, pinturas, lápices, cuadernos, rotuladores... todo fue repartido a final del curso pasado a los niños y hace unos días, con la reanudación del curso en el Sáhara y la llegada de las bajas temperaturas en determinados momentos del día, se les hizo entrega de la ropa de abrigo. También, desde el centro de Sevilla se llevó a cabo un plan para la instalación de varios depósitos de agua que hagan más fácil la vida en el campo de refugiados de Bojador.

«Queremos agradecer a las familias y asociaciones que nos han ayudado, porque sin ellos nada de esto hubiera sido posible», asegura Raquel Blanco, a la vez que augura que esta iniciativa tiene vocación de no ser algo aislado. «Ya tenemos en mente una próxima campaña, un proyecto que consistiría en autobuses biblioteca que van por los campamentos con libros en árabe y español», adelanta. Y visto está que si se lo proponen, son más que capaces.

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