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LAURA GARCÍA/Y. A.
Viernes, 5 de agosto 2022, 02:00
La acumulación de colesterol en sangre origina un gran número de enfermedades cardiovasculares. Para obtener fármacos reductores hacen falta largas rutas de síntesis química, económicamente costosas y generadoras de una gran cantidad de residuos». Así habla Guillermo García Marquina sobre los niveles altos de colesterol, un problema que, sin duda, requiere una solución.
García Marquina, autor de 'Acyltransferase LovD as a Simvastatin Synthase: Mutational Deconvolution, Design, Substrate Scope and Immobilization', ha llevado a cabo su tesis en el departamento de química de la Universidad de La Rioja con el objetivo de desarrollar nuevos métodos en la creación de enzimas, una proteína que actúa como catalizador natural e interviene en esas extensas rutas de síntesis para la obtención de fármacos reductores de colesterol. También ejercen la función de catalizadores biológicos, facilitando así la coagulación de la sangre o la descomposición de los alimentos por parte de los jugos gástricos.
El primer paso que ha seguido el doctor ha sido estudiar la reacción que tiene la enzima 'Acyltransferase LovD' a nivel bioquímico. Esta proteína, extraída del hongo Aspergillus terreus (un tipo de moho frecuente en múltiples ambientes) ha sido modificada por los investigadores mediante la denominada 'evolución dirigida', una técnica que imita en el laboratorio los principios de la evolución natural. Asimismo, realiza mutaciones al azar en el ADN que codifica la proteína deseada y selecciona las variantes de mayor interés. «Se trata de un mecanismo bastante complejo. Intervienen reacciones laterales que pueden reducir la eficacia del proceso», ha destacado el doctor.
Guillermo García Marquina | Doctor en Química por la UR
Diseñar nuevas variantes de este tipo de enzima ha sido la segunda parte del proceso. Debido a la mutación en su secuencia, una de las bases que forma parte de la evolución de los seres vivos, su actividad y su estabilidad pueden sufrir cambios. «Hay que seleccionar las más prometedoras», aclara Guillermo García Marquina.
Elegida la proteína más activa, se produce simvastatina en flujo continuo, un proceso basado en pegar las enzimas en soportes sólidos. El objetivo es reutilizarlas y separarlas del producto para obtener así un transcurso de lo más «económico» y «sostenible».
Bajo la supervisión del profesor Francisco Cornaza y los investigadores Gonzalo Jiménez y Fernando López, el estudio ha analizado en detalle las propiedades biocatalizadoras de las enzimas para sentar las bases de su posible aplicación en la industria farmacéutica.
De esta manera, García Marquina ha obtenido sobresaliente 'cum laude', y en la actualidad trabaja en la división de Enzimología Molecular de los laboratorios NEBiolabs en Estados Unidos.
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