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Temperaturas elevadas, periodos de sequía intensos, adaptación de los animales y especies a los fenómenos atípicos de este invierno... Estos son los principales factores que han provocado, como consecuencia del cambio climático, el adelanto de la llegada de la procesionaria a los parques y zonas verdes de la región. Su presencia, de hecho, ya ha sido confirmada por el Ayuntamiento de Logroño en la zona del seminario, en Los Lirios y en el parque El Horcajo, en Yagüe.
Por ahora los casos registrados son pocos, pero es cuestión de días que el número se empiece a incrementar. «Estamos iniciando la temporada y la previsión es que la subida de casos sea exponencial. La ausencia de precipitaciones y las elevadas temperaturas del mes de febrero han propiciado un brote precoz de esta oruga», explica Paula Esquisabel, del Hospital Veterinario Albeitar.
Es precisamente en esta fase cuando más peligrosa resulta para los perros. «La reacción tras el contacto es inmediata. El hocico suele ser la zona más afectada, aunque los pelos urticantes transportados por el aire también pueden dañar el tejido ocular y nasal del animal, ocasionando úlceras corneales y rinitis aguda».
La procesionaria
Es un insecto lepidóptero que
abunda en los bosques de pinos
Tamano
real
3 -4 centímetros
Los ‘pelos’
funcionan
como dardos
En la boca tiene un
aparato masticador
muy potente
SU HÁBITAT
En invierno pasan el día en los nidos
y por la tarde salen a alimentarse
Nidos
Desarrollan toda
su vida en el
mismo árbol hasta
que lo agotan
Las orugas bajan y suben
del árbol para reproducirse
La primera es siempre una hembra
LA ‘PROCESIÓN’
Se les llama
orugas procesionarias
por su modo de
desplazarse en largas
filas para asustar a
sus enemigos
En
contacto
SU CICLO VITAL
En el árbol
En el suelo
En el aire
Nidos en los árboles
Ene.
Bajan de los árboles
Feb.
Mar
Se entierran y se
vuelven crisálidas
Abr.
May.
Eclosionan
y son
mariposas
Jun.
Ponen huevos
en los árboles
Jul.
Ago.
Sep.
Eclosionan y crecen
los huevos
Oct.
Nov.
Nidos en árboles
Dic.
SU HÁBITAT
LA ‘PROCESIÓN’
La procesionaria
Tamano real
En invierno pasan el día en los nidos
y por la tarde salen a alimentarse
Se les llama procesionaria
por su modo de desplazarse
en largas filas para
asustar a sus enemigos
Es un insecto lepidóptero que
abunda en los bosques de pinos
3 -4 centímetros
La primera
es siempre
una hembra
Los ‘pelos’ funcionan
como dardos urticantes
que la oruga lanza cuando
se siente amenazada
En
contacto
Nidos
Desarrollan toda su vida
en un mismo árbol hasta
que lo agotan
En la boca tiene un
aparato masticador muy potente
Las orugas bajan y suben del árbol para reproducirse
SU CICLO VITAL
En el árbol
En el suelo
En el aire
Nidos en
árboles
Pones huevos en los árboles
Nidos en árboles
Se entierran y se vuelven crisálidas
Ene.
Feb.
Mar
Abr.
May.
Jun.
Jul.
Ago.
Sep.
Oct.
Nov.
Dic.
Bajan de los árboles
Eclosionan y son mariposas
Eclosionan y crecen los huevos
En este hospital veterinario han atendido a siete canes por esta causa en las últimas semanas. El primero de ellos acudió a la consulta «muy inquieto, intentando frotarse la cara y con un ligero enrojecimiento del mentón», recuerda Esquisabel. El segundo, de tan solo tres meses de edad, «todavía se recupera» de haber ingerido «unas cuantas orugas». El resto presentaron síntomas generales como la salivación e inflamación lingual. «Hay que tener especial cuidado con esta inflamación, ya que puede producirse una reacción alérgica fuerte, úlceras blanquecinas o una necrosis y pérdida de tejido lingual». De ahí que requieran del uso de corticoides, antihistamínicos o, en los peores casos, de una intubación. «La mayoría de los casos no son graves, pero pueden surgir complicaciones; pueden ahogarse si se les cierran las vías respiratorias tras ingerir una oruga», advierte Javier Alonso, del Centro Veterinario Iregua. Por eso, «cuanto más rápido actuemos ante los síntomas, que suelen ser malestar, ausencia del apetito e inflamaciones de distintas zonas, mejor será el pronóstico», resalta Emma del Valle, de '+Cotas' Clínica Veterinaria.
Pero los riesgos de la procesionaria van más allá, ya que también puede causar erupciones cutáneas en las personas. «Cuando se sienten amenazadas lanzan sus pelos al aire generando reacciones alérgicas que, en algunos casos, pueden derivar en una dificultad respiratoria», explica Esquisabel. De ahí la importancia de la prevención: «Hay que evitar caminar por zonas de pinares e informarse de los primeros auxilios ante el contacto con los pelos de la oruga». El tratamiento, no obstante, debe dejarse en manos de un veterinario, que procederá a retirar los pelos y a realizar una terapia antihistamínica.
El Ayuntamiento de Logroño trata de controlar la expansión de esta oruga con medidas que atajen su reproducción, como las trampas impregnadas con fregonas, que atraen a los machos y los atrapan, los collares anti-orugas en los árboles o las cajas nido. Todo, para evitar el riesgo que supone para niños, mayores y perros. «Hay preocupación, pero es algo que ha existido siempre. Somos suficientemente responsables como para verlas, apartarnos y dejar que sean retiradas por los equipos de limpieza», asegura José Manuel Zúñiga, concejal de Medio Ambiente.
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