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Los seres humanos pasan, aproximadamente, un tercio de su vida durmiendo. Es mucho tiempo como para no dar importancia a lo que ocurre durante esas horas. «Muchas veces nos preocupamos de lo que nos pasa de día, pero no de lo que nos ocurre por la noche», avisa Carlos Ruiz, jefe de Neumología y uno de los responsables de la Unidad del Sueño del hospital San Pedro. Un equipo multidisciplinar de profesionales que se encarga, precisamente, de eso: de diagnosticar y tratar los problemas que surgen a la hora de descansar cuando anochece.
Ruiz lamenta la escasa conciencia que la población tiene sobre las bondades de contar con un sueño reparador. «Dormir bien mejora la salud física y mental», resume el especialista, antes de enunciar «los múltiples trastornos» que aparecen durante el descanso y que incluyen desde el insomnio hasta los terrores nocturnos, pasando por el sonambulismo o las narcolepsias.
Entre todos ellos, uno es el más común: la apnea obstructiva del sueño. «Representa el 80% de las patologías que atendemos», destaca Ruiz. «Es una enfermedad muy prevalente, que afecta a aproximadamente el 10% de la población, y que genera un muy mal descanso porque se producen pausas en la respiración, con caídas y subidas de oxígeno», añade. No se duerme bien y eso se traslada a la rutina diurna. «Perdemos calidad de vida, pueden aumentar los accidentes laborales o de tráfico y genera enfermedades cardiovasculares», enumera.
Ese trastorno, la apnea obstructiva del sueño, es por lo tanto el que acumula más diagnósticos entre las casi 6.000 consultas que contabilizó la unidad en 2024, a los que se realizaron más de 6.200 pruebas, de las que algunas son domiciliarias y otras se realizan en el propio hospital. La más representativa es la llamada polisomnografía nocturna videovigilada que se lleva a cabo en dos habitaciones de la tercera planta del San Pedro:la 350 y la 351.
Ambos habitáculos se encuentran especialmente preparados para garantizar el descanso de los pacientes. Están insonorizados y, uno de ellos, que suele estar destinado a los niños, aparece decorado con diferentes dibujos y estímulos que llaman a dormir. «Queremos que no tengan la sensación de estar en el hospital», apuntilla Ruiz. También cuentan con un sistema de cámaras que trasladan todo lo que ocurre en la habitación a la sala de control.
La rutina de estas pruebas arranca a las nueve de la noche y en ella el personal de Enfermería juega un papel principal. «A esa hora empezamos a montar todo y ese proceso nos suele costar entre una hora y hora y cuarto», señala la supervisora, Mariola Bretón. Normalmente, hay un paciente en cada habitación y el primero que se duerme es el niño. «Solemos empezar a las 22.30 horas y con el adulto, algo más tarde», indica Bretón. El proceso termina a las siete de la mañana, cuando se empieza a desmontar el dispositivo y los pacientes pueden regresar a sus casas hasta que se realice un exhaustivo análisis de los datos recogidos durante la sesión.
Una vez se establece el diagnóstico llega el momento del tratamiento. «Hay gente que no necesita más allá de unas pautas, o adelgazar, o corregir una postura...», enumera Carlos Ruiz. En otros casos, sí que existe una patología, como la ya citada apnea del sueño, para la que el tratamiento más habitual es la llamada CPAP (Presión Positiva Continua en la Vía Respiratoria). Estos pacientes necesitan una mascarilla especial para dormir. «Hay de diferentes tipos y lo que hacen es despedir presión y ayudar a abrir el conducto de respiración», explica el jefe de Neumología del hospital logroñés. A diciembre del año pasado, 4.098 riojanos tenían prescrito este procedimiento.
Dependiendo del caso, pueden intervenir especialistas de distintos campos a la hora de especificar el tratamiento, desde endocrinos (si existe un problema de obesidad) hasta cardiólogos (si hay asociada alguna enfermedad vascular), pasando por psiquiatras, otorrinos, cirujanos maxilofaciales o pediatras, entre otros. «Somos un equipo muy grande», se congratula Ruiz, quien destaca que todos los profesionales de la unidad se encuentran acreditados por la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño como expertos en este campo. «Nuestro objetivo es prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades respiratorias, pero no solo durante el día, también por la noche», resume el neumólogo. «Nuestro lema es 'Respira bien, vive mejor'», concluye.
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Fermín Apezteguia y Josemi Benítez (ilustraciones)
Iker Cortés | Madrid
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