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Ocupa el mismo despacho que sus antecesores pero, tal vez por falta de tiempo, carece todavía de su huella. No hay cuadros ni fotos familiares. Dos pantallas de ordenador, el teléfono fijo, un móvil, un calendario y un maletín de portátil son los únicos elementos que alteran una mesa inmaculada. Luis Ángel González Fernández (León,1964) lleva dos meses al frente de la gerencia del Servicio Riojano de Salud (Seris) y su discurso, como su lugar de trabajo, es sencillo, limpio y sin estridencias: «Nuestro objetivo principal tiene que ser atender a nuestros pacientes en el mínimo tiempo posible y para ello nosotros hemos de utilizar todas las herramientas de las que disponemos. Ante situaciones excepcionales medidas extraordinarias», advierte, en referencia a las jornadas extraordinarias y a la externalización de servicios a la sanidad privada. Casado y padre de dos hijos, un chico de 14 años y una niña de 12, Luis Ángel González, doctor en Medicina y Cirugía y con una extensa formación y experiencia en gestión sanitaria, llegó en marzo pasado desde la Gerencia del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (2019-2024) con el reto de la excelencia en la atención sanitaria de La Rioja.
– Acaba de cumplir dos meses en el cargo. ¿Se atreve a hacer un diagnóstico del Servicio Riojano de Salud (Seris)? ¿Cuáles son los grandes males que ha detectado?
– Pues en dos meses, por muy intensos que hayan sido, hacer un diagnóstico es complejo, porque exige un análisis más profundo de la organización. Sí que hemos definido unas líneas estratégicas de trabajo, que son las que van a marcar el futuro Plan Estratégico 2024-2027 del Servicio Riojano de Salud.
– ¿Cuáles serían esos retos claves?
– Para mí, las áreas de trabajo prioritarias son una asistencia en Atención Primaria y Hospitalaria que ha de ser excelente, en combinación, coordinación e integración. Una asistencia siempre centrada en el paciente y para ello debemos trabajar en equipo y basándonos en unos indicadores de calidad que nos permitan adoptar y tomar las decisiones adecuadas en el momento oportuno. Nuestra mayor fortaleza como organización son nuestros profesionales, pero no podemos olvidar que para prestar una labor asistencial excelente debemos incidir en la formación y en la investigación. Definidas estas áreas, las líneas estratégicas a desarrollar serían la accesibilidad y trabajar hasta lograr unas listas de espera y demora asumibles y aceptables tanto por los ciudadanos, principalmente, como por la organización. La coordinación y la integración entre Primaria, Hospitalaria y el ámbito sociosanitario debe ser un pilar básico. Necesitamos ser una atención multidisciplinar e integrada y, a la vez, gestionar como profesionales que manejan un presupuesto público, con trabajo en equipo y en base a los indicadores fiables. También debemos implantar la gestión por procesos dentro del hospital y que el paciente no se estanque ni se quede aislado en un determinado servicio, sino que se mueva por el hospital en su proceso patológico como un continuo asistencial. Además, debemos cuidar a nuestros profesionales y finalmente debemos trabajar mucho otro aspecto muy importante con los pacientes y con la sociedad, que es la comunicación.
– Hablaba de los profesionales. ¿Qué le han trasladado? ¿Hay cansancio?
– Existe, es un hecho que es incuestionable, no solamente en este servicio, sino en otros y también del que vengo, de Castilla y León. Derivado de las circunstancias que hemos atravesado, de la pandemia, es cierto que hay cansancio, pero a la vez creo que va acompañado de optimismo en el futuro, de empuje y de ganas. Hemos pasado una situación muy dura y la hemos afrontado con éxito, pero ha dejado una serie de consecuencias no deseables, aunque no obstante yo percibo que estamos volviendo a recuperar la misión y los valores que deben regir una organización sanitaria.
– Aunque desde el ámbito político se definió como una reestructuración del área, su llegada tuvo mucho que ver con las acusaciones de la oposición parlamentaria a su antecesor y a otros cargos, por el cobro de cantidades extras por las denominadas 'peonadas'. ¿Se han acabado definitivamente esas prácticas, legales, pero éticamente dudosas? ¿Cómo las valora?
– Desconozco completamente la situación previa a mi llegada, pero lo que sí puedo decir es que en nuestra organización tenemos que abordar un problema serio que es el de las listas de espera y el de la accesibilidad de nuestros pacientes. Nuestro objetivo principal tiene que ser atender a nuestros pacientes en el mínimo tiempo posible y para ello nosotros hemos de utilizar todas las herramientas de las que disponemos, en primer lugar nuestros profesionales en su jornada ordinaria y optimizar y aprovechar los recursos al máximo tanto quirúrgicos como de consultas externas y pruebas diagnósticas. Pero, si la situación es excepcional, ante situaciones excepcionales medidas extraordinarias. Por eso se implantó la jornada extraordinaria, que es voluntaria y se hace en horario de tarde, y que lógicamente hay que pagarla. La otra herramienta de la que disponemos y que no podemos obviar son los conciertos con las clínicas privadas; es decir, la externalización de pacientes. Desde luego nuestro objetivo tiene que ser el paciente, bajar la lista de espera y el tiempo de atención al paciente, la demora, y para ello tenemos que utilizar las herramientas que están en nuestra mano, todas: nuestros propios recursos en jornada ordinaria y extraordinaria y los recursos externos.
Luis Ángel González
Gerente del Seris
– Es evidente que hay una falta de personal médico. En la última convocatoria no se ha logrado cubrir la oferta de plazas MIR en Medicina Familiar y Comunitaria. ¿Le preocupa el futuro inmediato?
– Sí, me preocupa como gerente del Servicio Riojano de Salud como les preocupa a mis colegas de otras comunidades. Existe un déficit estructural que arrastramos por políticas y planificaciones no realizadas de forma adecuada en la previsión de la necesidad de profesionales, pero es la situación que nos toca vivir y ante ello tenemos dos opciones: vamos a ver con lo que tenemos lo que podemos hacer o pensar en positivo y buscar áreas de mejora y buscar innovación. Yo creo que esto segundo es lo que tenemos que hacer, retener a los magníficos profesionales que tenemos y, a la vez, debemos procurar a través de diversos estímulos que La Rioja sea atractiva desde el punto de vista sanitario a profesionales que estén en nuestra periferia. Para ello tenemos tres elemementos fundamentales, el primero conseguir que nuestra calidad asistencial suba a la excelencia. Pero la motivación del profesional sanitario no es exclusivamente asistencial, porque existe otro componente muy importante que es el de la formación y ahí creo que el proyecto de creación del grado de Medicina dentro de la Facultad de Ciencias de la Salud puede ser un polo de atracción de talento y de recursos para esta comunidad y que van a contribuir de una forma directa a potenciar la excelencia asistencial y a hacer atractivo este servicio de salud. Pero hay un tercer pilar, que es la investigación y ahí el futuro Instituto de Investigación Biomédica puede tener también un gran potencial de atracción.
– Mantener el talento y atraer nuevo pasa en la situación actual por quitárselo al otro y para ello, además de generar un proyecto atractivo, se necesita dinero. ¿Tiene que pagar más La Rioja que las comunidades autónomas cercanas a sus profesionales, sobre todo a los de Medicina Familiar que es donde está el gran problema?
– A los sanitarios, como cualquier otro tipo de profesional, lógicamente le importa su salario, negarlo es absurdo, pero es verdad que esta es una profesión donde, aparte de una motivación económica, existen otras motivaciones como he dicho antes. Vamos a utilizar herramientas que ya se están usando en otras comunidades, porque sabemos que hay puestos y zonas geográficas de difícil cobertura. Investiguemos, analicemos y estudiemos de forma profunda cuáles son esas carencias y una vez detectadas, apliquemos mejoras desde el punto de vista económico, organizativo, laboral y de conciliación de vida laboral y familiar.
– Hay carencia de médicos y, en este sentido, UGT ha denunciado recientemente que profesionales sin la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria han estado atendiendo sin supervisión en el Carpa. ¿Es una práctica habitual? ¿Qué se ha hecho para corregirlo?
– Yo en primer lugar destacaría un hecho, ya que los profesionales del Carpa a los que hace referencia ese comunicado que usted comenta ya estaban; es decir, no han sido contratados hace dos días, llevan trabajando en el Carpa y en otras zonas desde hace años. Nosotros lo único que hemos hecho ha sido continuar, dado que persistía la necesidad asistencial, con esa figura. Son técnicos sanitarios superiores, pero que tienen de forma reglamentada y por contrato muy definida su actividad, su capacidad y con quién tienen que desarrollar la actividad. Nosotros lo que hacemos es, dado que se mantiene la necesidad imperiosa asistencial y que nuestro objetivo, insisto por enésima vez, debe ser satisfacer la expectativa asistencial del paciente, utilizar igual que hacen otras comunidades las herramientas que se ponen en nuestra mano. En este caso hemos cogido unos recursos que ya venían de la legislatura anterior, los hemos normalizado y regularizado y les hemos exigido que cumplan las normas impuestas para el desarrollo de su trabajo, el más evidente que deben estar siempre acompañados por un especialista en Medicina Familiar.
– El Gobierno de La Rioja y la Consejería sacan pecho por la reducción de las listas de espera, pero el paciente, al margen de estadísticas, todavía no lo percibe. ¿Cuál es su reto para los próximos meses? ¿En qué datos quiere o estima que se puede cerrar el año?
– Yo creo que es para mí demasiado prematuro, necesito todavía hacer un análisis más profundo de objetivos a medio y largo plazo. Evidentemente el objetivo es llegar a unos números asumibles y aceptables por la sociedad , por los ciudadanos, y por la organización. Ese equilibrio todavía no lo tenemos y vamos a tener que seguir trabajando con la jornada ordinaria, pero también con la extraordinaria y vamos a tener que seguir todavía externalizando algún tipo de procesos. Yo soy optimista y estoy convencido de que ese equilibrio lo alcanzaremos, porque es evidente que con las medidas que hemos adoptado hemos pasado de una demora media muy por encima de los 100 días a estar por debajo de los 70, un mes menos en apenas un año, y, además en la lista de espera total hemos bajado también de prácticamente 11.000 o 12.000 pacientes a poco más de 9.000 días. Las actuaciones que hemos implementado están dando sus resultados y vamos a seguir trabajando en medidas organizativas internas y estructurales que puedan ser beneficiosas para llegar a alcanzar ese equilibrio y que no sea necesarias las jornadas extraordinarias ni el concierto externo. Estoy seguro que con tiempo lo conseguiremos.
– El anterior Gobierno de La Rioja, del PSOE, optó por una sanidad pública pura o casi. ¿Es imposible? ¿Cree que al final es menos rentable?
– A las pruebas me remito. El gobierno anterior decidió en un determinado momento quitar la externalización y las jornadas extraordinarias y las listas de espera totales y la demora media se dispararon y estamos hablando de números no asumibles. Yo apuesto por potenciar la sanidad pública, pero sin menospreciar herramientas que tenemos a mano y priorizando siempre al paciente. Si para dar la asistencia de calidad al paciente, para mejorar sus procesos patológicos y para llegar a su curación tengo que utilizar herramientas del ámbito privado las voy a utilizar porque mi prioridad es el paciente. Insisto, a las pruebas me remito: cuando se dejan aparte esas herramientas los números se disparan en sentido negativo y, en sentido contrario, cuando empezamos a aplicar esas herramientas de actividad extraordinaria y conciertos las cifras mejoran de forma espectacular y yo ante esa situación me dejó guiar, sin ninguna duda, por la calidad asistencial de mi paciente.
– Atención al paciente ha recibido en los últimos seis meses 1.497 reclamaciones, con algunos de los servicios con más lista de espera y demora a la cabeza. ¿Sirven para algo las quejas de los ciudadanos? ¿Qué se va a hacer?
– Sí que sirven, desde luego. Esas quejas las ve el gerente que le habla, las examina el Servicio de Atención al Usuario, se traslada el resultado de esas quejas y se informa a los servicios implicados. Se tienen muy en cuenta, no es un papel que queda en un cajón. Es lógico que los pacientes que tienen que esperar para una prueba diagnóstica, para una consulta o para una intervención quirúrgica presenten su reclamación y nosotros las analizamos y tratamos de implementar todas aquellas medidas que puedan corregir hechos puntuales. No obstante, sobre todo debemos ir a atacar la base principal de esa reclamación que es la lista de espera y en ello estamos y seguiremos peleando sin descanso.
– Prestaciones, incremento de la cartera de servicios… ¿Qué novedades le esperan al paciente riojano en el futuro inmediato?
– Vamos a tener nuevas infraestructuras que al final siempre va a resultar en una mejora la calidad asistencial del paciente. Estamos con el centro de especialidades y la creación de nuevos módulos de cirugía mayor ambulatoria en un nuevo edificio, también se trabaja en la apertura del nuevo centro de salud de la Villanueva. Es decir, estamos trabajando en aspectos de infraestructura y de material electromédico, lo que va a potenciar y mejorar la calidad asistencial de los pacientes. Si eso añadimos unos excelentes profesionales como los que tenemos, yo creo que conseguiremos una de nuestras líneas estratégicas, que es cuidar a nuestros profesionales y satisfacer las expectativas de salud de nuestros pacientes.
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