«Al principio no te crees lo que ha pasado y luego empieza otra batalla»

«Al principio no te crees lo que ha pasado, no quieres hacerte a la idea», rememora. Y en esos primeros momentos «te dejas llevar y vas haciendo el papeleo de ir al juzgado, a los bancos... Pero yo no me enteraba de mucho. Me ayudaron mis familiares». Es el principal refugio que ha encontrado Alba en todo este tiempo «porque aunque hay gente dispuesta a echar una mano, no es fácil. Los sindicatos se ofrecen pero tampoco su margen de acción es grande».

¿Y la empresa? ¿Y las instituciones? «Nada», responde categórica. En su caso siguen pendientes de la celebración de un juicio, «pero siempre se demora más tiempo del esperado. Porque a las denuncias que nosotros presentamos, para lo que también hay que contratar abogados con el gasto que eso supone, las empresas reaccionan con recursos y todo se dilata. Ahí empieza otra batalla que también es muy desagradable», asegura.

Carcedo considera, además, que las indemnizaciones que ofrecen «son irrisorias, como las multas que se imponen a las empresas. Si ha habido un incumplimiento grave, se tiene que sancionar de verdad y no con unos pocos miles de euros». Esta joven destaca que a través de la plataforma '28 de abril. Stop accidentes laborales' «tratamos de dar asesoramiento y acompañamiento», también con la colaboración de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC).