Sus señorías conviven en apenas unos metros cuadrados durante los plenos, un espacio que se extiende algo más (oficinas y otras dependencias) durante su vida diaria de lunes a viernes: en conjunto, una breve superficie donde las relaciones humanas trascienden fronteras ideológicas y exigen que ... fluya la química entre los pares. A veces, fruto de la nueva política, se exagera el sentimiento de camaradería, lo cual no está nada mal (por comparación con la era del absolutismo del PP); pero en otras ocasiones cunde lo contrario: la mala baba entre rivales políticos y (peor) incluso entre compañeros. La Presidencia se inquieta cuando triunfan las rencillas intestinas pero poco puede hacer vista la propensión a resolver esos litigios en los juzgados. Una lástima. Que puede reconducirse; bastaría con que se impusiera la sensatez. Que se impusiera cierto principio de autoridad en las cúpulas de los partidos. Una utopía en el caso naranja: en Madrid prefieren encogerse de hombros. Ponerse de perfil.
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