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La dimisión del anterior alcalde convirtió el pasado 18 de julio a Sandra Pulido en la primera alcaldesa de Tricio. Lo suyo fue algo, si no casual, sí accidental, como reconoció en una entrevista a Diario LA RIOJA: «Por no decirle que no a Manolo (el anterior alcalde), entré por primera vez en lista en las últimas elecciones y, de un día para otro, dimite él y me toca hacerme cargo». Alcaldesa por sorpresa. Y es más, declaró Pulido, «lo que resulta muy curioso es que aquí nunca pintábamos nada las mujeres y ahora tenemos la sartén por el mango la secretaria, la alguacila y la alcaldesa».
Esta circunstancia, que una mujer sea alcaldesa, ahora normalizada, no era habitual décadas atrás. María Antonia San Felipe fue noticia nacional al ser la alcaldesa más joven de España cuando entró a gobernar Calahorra, con 26 años, en 1983. De las cabeceras de comarca de La Rioja, solo Arnedo no ha tenido alcaldesa por el momento. En el ámbito regional hay ejemplos de todo tipo, desde las alcaldesas actuales de grandes localidades como Calahorra, Haro y Alfaro, hasta de pequeñas como Jalón, Nieva y Pedroso.
Desde las últimas elecciones diez han sido las mujeres que, por primera vez, han sido alcaldesas en sus municipios riojanos: Isabel Barceló (Lardero), Esperanza García (Alberite), Raquel Arrieta (Nalda), Inmaculada Ortega (Ocón), Mónica Moreno (Baños de Río Tobía), Ruth Martínez (Hormilla), Cristina Navaridas (Cárdenas), Pilar Martínez (Manjarrés), María Ángeles Aransay (Santurdejo) y Sandra Pulido (Tricio). Raquel Arrieta, alcaldesa de Nalda, entró en política en la legislatura anterior como edil de Salud, Empleo y Servicios Sociales, pero el nombramiento de Daniel Osés como consejero del Gobierno de La Rioja le hizo incompatible el cargo y ella le sustituyó.
Isabel Barceló Martínez
Alcaldesa de Lardero
Raquel Arrieta Pérez
Alcaldesa de Nalda
«Me pareció que era una buena opción, aunque era inesperado, fue una sorpresa y hubo que resolverlo con celeridad, pero la decisión fue muy pensada», recuerda Raquel Arrieta. Y eso la convirtió en la primera alcaldesa de Nalda. «Eso es un honor para mí y espero que también para mis vecinos. Creo que las mujeres tenemos una sensibilidad especial y podemos aportar eso», reconoce Arrieta. «Profesionalmente, la desigualdad creo que está superada, pero es cierto que el hecho de que haya caras visibles también en el ámbito rural siempre va a sumar y aportar en positivo a la sociedad», reflexiona Arrieta.
Más abrupta fue la irrupción de Cristina Navaridas en el Ayuntamiento de Cárdenas. Nunca había estado en política pero la elección de Gonzalo Capellán como líder del PP le animó a presentarse, se reunió con él, acordaron su candidatura, se presentó y ganó. Del anonimato a la alcaldía. «Mi motivación fue hacer algo por el pueblo, que creo que estaba totalmente abandonado. Y es una ilusión tremenda porque estoy aportando y haciendo cosas por el pueblo», expone Cristina Navaridas, quien echa de menos más apoyo de la oposición.
«La cuestión política es personal, pero creo que hay que hacer pueblo», señala la alcaldesa de Cárdenas. Como primera mujer que dirige el Ayuntamiento asegura estar contenta y orgullosa. «Como mujer, creo que ahora tenemos más proyectos a nivel social y cultural. Estamos haciendo un verano cultural con música, cine, magia... a ver si se anima la gente a venir», describe ilusionada Navaridas, y anuncia la rehabilitación de las escuelas. «Llevo un año pero bastante fructífero. Los vecinos están encantados», subraya.
Cristina Navaridas García
Alcaldesa de Cárdenas
Pilar Martínez Villar
Alcaldesa de Manjarrés
Más experiencia tenía Pilar Martínez, que no solo había sido antes concejala de Cordovín sino que es la esposa del exalcalde de Manjarrés, municipio que ahora dirige ella. «Siempre he tenido vocación política por mi padre, me gusta poder aportar y ayudar. La aspiración de ser alcaldesa era esa, tener la inquietud de llevar a cabo acciones enfocadas, sobre todo, a que la gente se quede en el pueblo o vengan de fuera», asegura Martínez. Bien sabe, por la experiencia familiar, que ser alcalde en un pueblo requiere una atención total, algo que suscitó reticencias en su marido e hijos. «Ellos sufren porque no quieren que la gente se te enfrente, pero yo tiré para adelante. Además, la teniente de alcalde y la secretaria me ayudan muchísimo», destaca Martínez. Y el hecho de ser la primera alcaldesa de Manjarrés, por supuesto, le supone orgullo. «Un nuevo aire quizá no necesitaba el pueblo pero sí que las mujeres escuchamos más a las personas y a la gente mayor les encanta que pases un rato con ellos», señala Martínez.
Mónica Moreno también tenía experiencia, en su caso en la oposición, como concejala en Baños de Río Tobía. Y a su cargo de alcaldesa se une, como a la mayoría, el de madre (recientemente ha dado a luz). «A mí lo que me mueve para estar en política es dar vida al pueblo, que la gente se quiera quedar, mejorarlo y crear futuro», explica Moreno, por eso también ha participado en su tejido asociativo. Todo esto desembocó en la alcaldía. «Creo que tengo un buen grupo y capacidad de liderarlo para hacer cosas buenas, por eso me decidí, no hay otro motivo», reconoce Moreno. «Soy la primera mujer alcaldesa de Baños y, cuando salí, me felicitaron muchas mujeres porque les hacía ilusión. Las mujeres siempre han puesto su grano de arena en el pueblo», añade. «A veces, como mujeres, es muy difícil, pero ya está más normalizado, aceptado y respetado que lleguemos a un puesto de poder», destaca. Y no esconde que necesita un apoyo familiar y de sus concejales para sobrellevar la familia, el trabajo y el Ayuntamiento porque su cargo no es exclusivo ni remunerado.
Mónica Moreno Campo
Alcaldesa de Baños de Río Tobía
Inmaculada Ortega Martínez
Alcaldesa de Ocón
Para experiencia, la de Inmaculada Ortega, quien bromea al describir su trayectoria política como inversa, puesto que ha pasado de ser diputada regional durante 19 años a alcaldesa de Ocón, de donde ya había sido edil otros doce. «Donde está la esencia de la política, para los que tenemos vocación de servicio público, es, esencialmente, en el ámbito municipal. Creo que la relación que se establece con las personas es la más importante, las sociedades occidentales de bienestar son fundamentalmente de cuidados y eso se da en lo municipal», describe Inmaculada Ortega.
Sin renegar de sus cargos anteriores, Ortega reconoce que como alcaldesa de Ocón es feliz. «Soy la primera alcaldesa y estoy encantada, he sido recibida maravillosamente. Hay gente mayor a la que le cuestan los cambios, pero no allí, donde soy la hija de Encarna y Marino, el forestal (y ahora, la alcaldesa)», expone. La curiosidad es que Ocón lo forman seis núcleos de población y para las elecciones constituyeron un grupo con diferentes sensibilidades. Ortega, maestra de profesión, señala una razón para que ahora haya más alcaldesas: «El hecho de que la educación pública en España en estos 40 años haya permitido igualdad de oportunidades a nivel académico, social y político ha hecho que las mujeres den el paso, ya no hay miedo, están perfectamente preparadas». Diario LA RIOJA ofreció la oportunidad de participar en este reportaje también a las alcaldesas de Alberite, Tricio, Hormilla y Santurdejo y, por diferentes motivos, rehusaron.
Isabel Barceló Alcaldesa de Lardero
No solo en el Bajo Najerilla se ha dado ese fenómeno de feminización de las alcaldías que tradicionalmente han ejercido hombres, con la entrada en los Ayuntamientos de mujeres en Baños de Río Tobía, Tricio, Hormilla, Cárdenas y Manjarrés, el área metropolitana de Logroño también experimenta un periódico cambio de género en la política. Si años atrás gobernaron mujeres en Fuenmayor, Navarrete, Villamediana, Albelda, Ribafrecha, Arrúbal, Sojuela y Entrena, ahora lo hacen en Agoncillo, Nalda, Alberite y Lardero.
Precisamente Lardero es un caso significativo porque allí siempre había gobernado un hombre del PP, y aunque el año pasado no cambió el partido, sí el género. También cabe destacar que la mayoría de las candidaturas presentadas a las últimas elecciones estaban lideradas por mujeres, así que el cambio de género en la alcaldía de Lardero estaba asegurado. Es más, de los diecisiete concejales de la Corporación, nueve son mujeres, y de los diez ediles del equipo de gobierno popular, la mitad son mujeres. Isabel Barceló había ejercido como concejala de Administración y Servicios en la legislatura anterior. «Presentarme a la alcaldía fue una decisión conjunta con el PP, y aunque la diferencia es considerable, merece la pena porque la experiencia positiva», declara Barceló.
Ella resta importancia al hecho de ser mujer. «En Lardero he estudiado y trabajado toda mi vida y nunca he sentido ninguna discriminación ni menosprecio por ser mujer», advierte Barceló, ingeniera técnica industrial. Es más, la alcaldesa de Lardero considera que su visión tiene similitudes y diferencias con los regidores anteriores y su visión personal no cree que tenga que ver con un punto de vista femenino.
«Estamos en un momento de gran igualdad y lo que hay que hacer es trabajar por el municipio y ser un buen alcalde», afirma Barceló, quien asegura sentir el apoyo de la población pero no de una manera especial por su condición femenina. «Percibo el apoyo total de los vecinos y ninguna muestra por parte de ellos de trato diferente por ser mujer», expone la alcaldesa.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
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