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Más de tres horas de reunión para que todo siga más o menos igual. Concha Andreu volverá a intentar este jueves ser investida presidenta de la Comunidad Autónoma con el apoyo de Podemos, pero luego de su cita del miércoles en el Parlamento su ... nombramiento sigue en el aire. Si se atiende a sus palabras, su oferta a la formación morada de dos viceconsejerías y una dirección general en su futuro Gobierno deberían satisfacer las pretensiones de Raquel Romero, cuyo voto continúa siendo decisivo. Pero después de las palabras que la candidata socialista dirigió a la prensa reunida en el vestíbulo de la Cámara regional llegó la intervención de Romero, cuyo mensaje distaba mucho del optimismo que distinguía a Andreu.
Esas diferencias se sustanciaban en la política de nombramientos. En ningún momento aludió Podemos a una propuesta programática que permitiera avalar el hipotético Consejo de Gobierno socialista. Su ambición pasa por formar parte del equipo directo que acompañe a Andreu al Palacete y así lo hicieron ver durante la reunión. Que concluyó cuando los miembros de la delegación socialista (Francisco Ocón, Raúl Díaz y Nuria del Río, además de Andreu) se marcharon a su despacho. En la sala A de comisiones del Parlamento se quedaron los miembros de Podemos (la propia Romero, más Nazaret Díaz y Mario Herrera). Una escena que la diputada morada afeó luego a Andreu, cuya propuesta de seguir este jueves negociando se lanzó, según su testimonio, ya desde la misma puerta de la estancia, cuando la candidata socialista abandonaba la reunión.
Esa oferta (dos viceconsejerías, de Igualdad y Reto Demográfico, más la dirección general de Vivienda) se corresponde según la versión del PSOE con la proporción aritmética y parlamentaria que se desprende del único escaño que ocupa Podemos, pero continúa siendo insuficiente para Romero y sus compañeros. A su juicio, el acuerdo sellado en su momento para investir presidenta a Andreu significaba la incorporación de Podemos a las tareas de Gobierno. Y de ese argumento no salió, mientras acusaba a los socialistas de enrocarse en su posición de salida. De acuerdo con Romero, por su parte la reunión todavía podía haberse dilatado el tiempo que hubiera hecho falta en la sede del PSOE o en la suya propia, en la línea de sus declaraciones a la entrada del Parlamento, cuando aseguró a los medios de comunicación que llegaba a la reunión con el ánimo de ofrecer su apoyo a Andreu si a cambio obtenía la contrapartida que su formación exige.
Pero ese pacto, en función de sus palabras, se aleja. Parece imposible. De hecho, debe alcanzarse este jueves mismo, antes de la una del mediodía, cuando se inicie la segunda votación para la investidura de Andreu. Antes, a las diez, están citadas ambas delegaciones de nuevo en la misma sala donde en la noche de este miércoles se escenificaron sus diferencias, luego de una larga reunión que se había iniciado a las siete de la tarde. Cuatro horas después, comparecieron las dos disputadas ante la prensa, ofrecieron su divergente punto de vista sobre lo abordado en la mesa de negociación y se marcharon dejando una estela de desacuerdo que no presagia para hoy el final feliz de sus conversaciones.
Al Parlamento había llegado en primer lugar la delegación socialista. Unos minutos después apareció Romero con su equipo (incluyendo a la concejal logroñesa Amaia Castro, que no asistió sin embargo a la reunión. Ahí residía la gran novedad del encuentro. Por primera vez, la propia diputada de Podemos acudía personalmente a las negociaciones, que hasta ahora habían protagonizado sus colaboradores. «Vengo con la intención de no levantarme hasta que La Rioja no tenga un nuevo Gobierno», avanzó a los periodistas, aunque esquivando responder a la pregunta de este diario sobre su ausencia de la anterior tanda de contactos.
A continuación, ingresó en la sala presidida por una serie de retratos de los distintos presidentes de la Cámara riojana; el último, a falta de que se cuelgue el de Ana Lourdes González, resulta ser curiosamente el de José Ignacio Ceniceros, que observa hierático de cuerpo entero a los siete reunidos. Al otro lado de la mesa compartían negociaciones los miembros de la comisión socialista, una escena inusual inmortalizada por las cámaras, mientras por el Parlamento deambulaba Henar Moreno (IU), la otra diputada de Unidas Podemos que sí votó este martes a favor de Andreu en su investidura, acompañada por la exdiputada nacional de Podemos Sara Carreño.
También aparecieron por los despachos del Legislativo los portavoces del PP y Ciudadanos, Jesús Ángel Garrido y Pablo Baena, que curioseaban mientras preparaban sus respectivas intervenciones en el pleno de este jueves. Hacia las nueve, hubo un conato de conclusión de la reunión pero fue una falsa alarma: los negociadores se tomaban un corto respiro, para reanudar acto seguido sus contactos, sin atender a los periodistas que se interesaban por sus impresiones. Más de una hora después, terminada ya su conversación, salieron ambas delegaciones como habían entrado. Primero, la del PSOE, con su versión optimista del encuentro; después, la de Podemos, con una visión radicalmente distinta. Que deja solo una opción de acuerdo: que la reunión de hoy sirva 'in extremis' para sancionar la investidura de Andreu. A juzgar por las palabras, y por el lenguaje no verbal de Romero, esa posibilidad está muy lejana.
La Mesa de la Coordinadora Equo-Los Verdes de La Rioja se reunió a media tarde de este miércoles, antes de la reunión que mantuvieron Concha Andreu y Raquel Romero en el Parlamento, para abordar el asunto de la gobernabilidad de la región y la postura que la diputada de la formación morada mantenía al respecto.
Las conclusiones de dicho encuentro fueron transmitidas a los medios de comunicación a través de una nota de prensa. En ella, Equo-Verdes Rioja aseguró que la formación «es consciente de la importancia histórica de estos momentos para La Rioja, y deseamos poner fin a 24 años de gobierno del PP, pero también debemos asegurarnos de que este cambio va a ser efectivo y es por ello que se piden responsabilidades de gobierno para Unidas Podemos, al igual que se ha conseguido en el Ayuntamiento con una posición más débil». «No se trata -quería dejar claro el comunicado- de un ejercicio de soberbia, sino de ganas de aportar, de colaborar, de echar una mano en la medida de nuestras fuerzas».
«Entendemos que el contenido programático es fundamental», aseguraba Equo, «pero no deja de ser un documento de buenas intenciones, que se quiebra ante el cómo llevarlo a cabo, cómo hacer que esas políticas se respeten y se cumplan. No se puede entrar en un gobierno inestable donde haya que pelear cada medida y estar bajo la amenaza de ruptura a cada paso. Por eso, nos parece importante -concluía la bota- zanjar para cuatro años el cómo hacemos que esas políticas se cumplan. Y la única forma de hacerlo es formando parte del gobierno».
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