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La violencia de género es uno de los grandes problemas de nuestras sociedades contemporáneas y uno de los retos pendientes para conseguir la erradicación de la discriminación sexual y alcanzar la plena igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida pública ... y privada. Para conseguir este objetivo y contar con los recursos suficientes para detectar y atajar este problema, la Universidad de La Rioja y el Colegio de Trabajo Social han impartido durante un año un curso especializado sobre violencia de género. La finalización del mismo tuvo su colofón ayer con la entrega de los veinte diplomas acreditativos a otras tantas trabajadoras sociales, entre ellas once profesionales que desarrollan su trabajo en el área de servicios sociales del Ayuntamiento de Logroño. El acto contó con la participación de Esther Raya, directora académica de la UR; Marta Alguacil, presidenta del Colegio Oficial de Trabajo Social; Francisco del Pozo, director de la Fundación de la UR; e Iván Reinares, concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Logroño.
Los objetivos del curso han sido conocer los procesos psicosociales inherentes a la violencia de género; identificar las fases de la violencia de género y el proceso de toma de conciencia, ruptura y superación; y aplicar las técnicas de diagnóstico e intervención de trabajo social en el abordaje de estas situaciones.
Esta primera promoción del curso ha obtenido una visión integral de un problema que, como dijo Esther Raya, «necesita de una formación especializada». Por su parte, Marta Alguacil recordó la trascendencia de un curso «que muestra la cantidad de trabajo que tenemos por delante porque de las 55 mujeres asesinadas en el 2019 solo 11 habían denunciado y, en lo que va de año, de las 11 mujeres muertas ninguna había denunciado».
Una de las estudiantes, Laura Cuadra, tildó la experiencia de muy positiva al combinar la asunción de competencias y de recursos ante la violencia de género con el conocimiento adquirido sobre las raíces sociales y culturales del problema. A la hora de afrontar las situaciones concretas, «tenemos más aspectos en cuenta, sabemos cómo tratar a las víctimas y a sus hijos, como ayudarlas a hablar o ayudarles a que ellas mismas tomen conciencia y detecten e identifiquen una relación tóxica, aprendemos a trabajar con víctimas en grupo, los recursos, el abordaje, la intervención en situaciones de crisis y de recuperación personal y familiar posterior...». Una amplia formación que sus compañeras Leire Pelayo y Naiara Hernáez confirman al recordar que el curso ha incluido muchas horas de trabajo presencial y 'on line', con numerosos análisis de documentos, participación en foros, elaboración de informes, estudios de casos, etc.».
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