Las predicciones dan en el blanco

En la localidad torrecillana, acostumbrados como están a este tipo de precipitaciones, nada parecía interrumpir el ritmo cotidiano -la compra del pan, el vino en el bar, el paseo con los perros...-, e incluso sumaron un buen puñado de forasteros atraídos por las primeras nieves, todos bien pertrechados de ropa de abrigo y con trineos para la gente menuda.

Entre ellos, Fernando y Toño con sus respectivos hijos -Olalla y Alejandro-. «En cuanto caen los primeros copos siempre nos escapamos con los hijos a la nieve. Las madres prefieren quedarse en casa», nos comenta Fernando mientras atraviesan el pueblo en busca de una ladera inclinada donde desfogarse con el trineo.

Rondan las 11 de la mañana y los 2 grados de temperatura engañan, la sensación térmica es bajo cero y el silencio, casi absoluto, amortiguado por los copos que no dejan de caer. 'Snow' los sacude con el hocico. Es un cachorro de mastín de considerables dimensiones y denso pelaje que vive su primera experiencia en la nieve. Para 'Milana', el otro mastín que pasean Juan Carlos y su pareja, no es novedad. «En casa hemos dejado a otro perro, un fox terrier que ya está mayor, aunque en la última nevada no había manera de meterlo en casa», asegura Juan Carlos.

Toca calentarse por dentro y nos acercamos a El Círculo. A las puertas del bar, una cuadrilla de jóvenes torrecillanos departen con sus botellines de cerveza en la mano, y el frío se nos antoja aún más intenso. Ya en el interior, el café se hace más reparador que nunca. «A mí no me gusta la nieve, me pone muy nerviosa», nos confiesa la mujer que nos sirve los cortados, mientras mira con recelo a través de la puerta acristalada.

Dejamos atrás Torrecilla y continuamos en dirección Soria sobre una N-111 completamente despejada, gracias a la labor de una de las 12 quitanieves que ayer se emplearon a fondo en las carreteras riojanas. Nos encontramos con uno de estos imponentes vehículos en el cruce de El Rasillo. Sigue nevando y, nosotros, continuamos por la Nacional. El desvío hacia Ribavellosa reúne a nuevos grupos de domingueros ávidos de nieve; también los hay en Pradillo.

La parada en Villanueva de Cameros para el repostaje nos brinda un enorme muñeco de nieve que grandes y niños acaban de levantar en el parque infantil de la localidad, donde se entrecruzan bolazos, risas y trineos.

Es la cara más amable de estas primeras nieves, que ayer obligaron a cerrar al tráfico cuatro puertos riojanos: La Pradilla (luego se reabrió con necesidad de cadenas para circular), Sancho Leza, Peña Hincada y Montenegro. En dos más, el Puerto de La Rasa (Muro de Cameros) y el Alto de Vallaroso (Muro de Aguas), también se precisaban cadenas.

Según la AEMET, Valdezcaray registró las temperaturas más bajas de la jornada: -3,1º de máxima y -5º de mínima.