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El huracán de la última crisis ha dejado un escenario devastado en el mercado del suelo urbano en La Rioja. En la última década, el precio de los solares ha caído el 66,5%. Si en el 2006, el metro cuadrado se pagaba a 289, ... 8 euros de media, diez años más tarde a duras penas sobrepasa los 97 euros. Los datos negativos se replican en el número de ventas realizadas (-79,2%), también en la superficie total transmitida (-69,5) y, sobre todo, resulta llamativo el derrumbe del 87% en el valor económico de estas operaciones del 2006 al 2016.
Ahora bien, entre tanto panorama desolador hay atisbos de luz: se han animado las ventas de solares, que han crecido el 33,3% en el último año (segundo trimestre del 2017 respecto al del 2016) y su precio medio ha remontado un tímido 2,3%.
Con el estallido de la famosa burbuja inmobiliaria dejaron de venderse pisos y de la misma forma -de un plumazo- se acabó el lucrativo negocio del suelo. Los datos estadísticos del Ministerio de Fomento dibujan, a través de sus series históricas, la terrible radiografía de lo acontecido en estos diez años, que confirma, además, Juan Ramón Liébana, secretario general de la CPAR. «El mercado ha estado paralizado, casi a cero y las únicas operaciones han sido 'fantasmas', procedían de procesos concursales o ejecuciones hipotecarias pero no eran de verdad el mercado», dice.
El hundimiento del precio en este tiempo (66,5%) es uno de los parámetros más reveladores. El metro cuadrado de terreno urbano se pagó de media a 97,2 euros en el 2016, una ganga si se compara con los 289,8 euros desembolsados en el 2006. Aunque parezca muy elevado no es el máximo de un periodo en el que la especulación se movió a placer. La estadística nos permite descender al detalle trimestral y así localizamos el 'premium' en 317,6 euros (entre abril y junio del 2006). Unos cuantos trimestres más se movieron en estas cuantías astronómicas.
Pero llegó la crisis y con ella el desplome hasta tocar fondo en el 2016: a 97,2 euros. Una cifra anual bastante desmejorada respecto al pasado pero, en trimestres, los ha habido francamente peores, como el primero del 2014, cuando se pagaba -casi de saldo- a 63,8 euros el metro.
Estos números van de la mano del total de operaciones realizadas y su valor económico. En el 2006, el sector movió 189,7 millones de euros en La Rioja. El encarecimiento de los solares aún permitiría el eufórico pico de 250 millones un año después. Sin embargo, será el siguiente ejercicio (2008) el que marque el declive (90,9 millones) que se convirtió en debacle en los años sucesivos hasta llegar al 2015, cuando el valor del suelo transmitido fue de 11,5 millones.
En esta década hay un 'agujero' del 87,3% en el negocio, si bien en el 2016 el mercado mejora: hay menos operaciones cerradas, pero de mayor valor económico y más miles de metros cuadrados transmitidos. Algo empieza a cambiar.
Respecto al número de transacciones, la estadística señala el desplome del 79,2% en este periodo. Las 123 operaciones de todo el 2016 parecen un mal sueño al lado de las 594 cerradas diez años antes (hay que reseñar que ha habido años por debajo del centenar de 'tratos').
Otro aspecto de los datos de Fomento se refiere a los miles de metros cuadrados que en este periodo han cambiado de manos. El mercado negoció en los años buenos con más de 797.600 metros cuadrados, un volumen que tocó fondo en el 2011 y 2012, con 99.000 y 97.000 metros transmitidos. En el 2016, la cifra se recuperó y llegó a los 242.900.
Las señales que envía el 2017 son positivas pero hay que digerirlas con prudencia. En el segundo trimeste se han firmado 24 operaciones, que suponen el 4,3% más que entre enero y marzo y es el 33,3% superior a lo ocurrido un año antes.
Alentador es también su valor económico: un avance del 53,1% en el trimestre y del 23,9% en el índice interanual. En el precio por metro cuadrado se observan más vaivenes: el segundo trimestre ha marcado un precio inferior en el 9,8% al del primer trimestre si bien es el 2,3% superior respecto al segundo trimestre del 2016. El secretario general de la CPAR, Juan Ramón Liébana, resume lo que hay: «Venimos de una situación crítica. Es cierto que hay una tibia recuperación pero desde luego debemos tener todas las precauciones e ir muy poco a poco».
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