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La Consejería de Educación ha iniciado la modificación de urgencia de dos puntos de la orden que desarrolla el decreto de Convivencia para, entre otras cuestiones, concretar en qué casos se puede expulsar a un alumno de clase. Hasta ahora, el artículo que regula este ... aspecto, el 17, «da lugar a confusión», ha explicado este miércoles en rueda de prensa el consejero de Educación, Alberto Galiana. De ahí que en el nuevo se acotará que las expulsiones serán posibles en los casos que marca la Lomloe, es decir, cuando el estudiante muestre conductas que atenten contra la dignidad personal de otros miembros de la comunidad educativa, que sean conductas discriminatorias o que se realicen contra el alumnado más vulnerable.
Antes de la modificación prevista «la redacción era confusa». El decreto de Convivencia sí lo dejaba claro porque recoge que la corrección de las conductas contrarias se lleve a cabo en el centro educativo y sólo en casos excepcionales, según lo previsto en el artículo 124 de la Lomloe, se adoptarán medidas de expulsión o de cambio de centro. Sin embargo, la orden «no dejaba las cosas claras» y «lo que hemos decidido es que la orden se acomode al decreto y así hay coherencia», ha matizado.
Otro de los artículos de la orden de Convivencia, que se reformará de manera urgente con el fin que se pueda aplicar en las próximas semanas, es el 34. En este caso, ha detallado el director general de Ordenación e Innovación Educativa, Fabián Martín, se trata de dar flexibilidad a los centros para que puedan incluir en el listado de medidas reeducativas cuestiones relacionadas con las actividades extraescolares «que hasta el momento estaban muy cerradas», ha precisado. De ahí que una de las consecuencias de la modificación puede ser, por ejemplo, que un alumno disruptivo no participe en un actividad extraescolar. En cualquier caso, el hecho de que se dé la posibilidad «no implica que se vaya a aplicar, pero sí que exista esa posibilidad», ha apuntado. Reconoce que son situaciones excepcionales, «pero los que hemos trabajado en los centros sabemos que se producen».
En paralelo a la publicación de la modificación de la orden se emitirán unas instrucciones sobre la convivencia y la aplicación de medidas correctoras.
En cualquier caso, ambas modificaciones, con las que se pretende dotar a los centros de herramientas que garanticen la convivencia y se refuerce la autoridad del profesorado, son un paso previo y urgente a la redacción de un nuevo decreto de Convivencia que derogue el de la Consejería de su antecesor en el cargo, Pedro Uruñuela y que sea fruto del consenso de toda la comunidad educativa.
La normativa vigente, según Galiana, ha primado «exclusivamente» el carácter restaurativo y se ha olvidado de otros aspectos que tienen que ver con el hecho de que los alumnos no sólo tienen derechos, sino también obligaciones.
En el nuevo texto, para cuya redacción se creará un grupo de trabajo y que esperan que sea de aplicación el próximo curso, «tiene que primar que educar en libertad es educar en responsabilidad». El consejero ha asegurado que no se pretende incidir en lo punitivo, «sino que tiene que ser global y para ello es necesario dotar a los docentes de las herramientas para abordar esta realidad».
La anterior normativa, ha añadido, produjo un «menoscabo» de la autoridad del docente y de las herramientas que poseían para preservar la convivencia en las aulas, erróneamente se contribuyó a deformar la imagen de la autoridad del profesor, es por eso que trabajaremos sin descanso para recuperar su prestigio.
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