Manzanos alerta de la falta de rentabilidad del sector agrario e incide en «evitar los abusos»

La falta de rentabilidad es una de las grandes preocupaciones del sector agrario. La caída en el consumo de vino –es donde más se aprecia–, la subida de los costes energéticos y de las materias primas o los gastos «cada vez mayores» para hacer frente a las adversidades meteorológicas van en contra de las cuentas de resultados de los negocios agrícolas y ganaderos. La opinión era coincidente este miércoles entre los asistentes al Foro Agro del Banco Santander organizado por Diario LA RIOJA y la consejera de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente no fue ajena a esta situación hasta el punto de considerar esa falta de rentabilidad como «el mayor enemigo de nuestro campo».

El Gobierno regional «no debe ahorrar esfuerzos para evitar cualquier abuso en las transacciones comerciales» para, así, aliviar el momento actual de un sector que, ha dicho Noemí Manzanos, supone casi un 19% en el Valor Agregado Bruto (VAB) y cuyo valor de las exportaciones se acerca a los 800 millones de euros. El cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, para contribuir a mejorar la rentabilidad, es una prioridad para la consejera y su departamento ha elevado la carga de trabajo para revisar ya 435 contrarios en los 81 controles realizados este año, lo que supone multiplicar por cuatro le hecho anteriormente. «Cualquier cosa que esté a nuestro alcance y que sirva para evitar abusos y defender a los eslabones más débiles de la cadena agroalimentaria, no duden ustedes que la haremos», ha refrendado Manzanos ante un aforo de un centenar de personas, entre ellos numerosos agricultores, ganaderos, miembros de cooperativas y de diferentes organizaciones vinculadas con el sector primario.

Los problemas para encontrar relevo generacional también alimentan la incertidumbre en este tejido económico que emplea al 7% de la población activa en La Rioja –en el caso de la agricultura–. La edad media del agricultor en la comunidad roza los 60 años pero «resulta que el 64% de los titulares de las explotaciones agrarias tiene más de 65 y solo el 3% está en menos de 34 años», ha detalldo la consejera. Por ello no ha dudado en reconocer que «son necesarias políticas ambiciosas que acerquen la agricultura y la ganadería a los jóvenes». Y para hacer más atractiva esta incorporación, «hemos mejorado la orden reguladora de ayudas dirigidas a su primera instalación», simplificando la burocracia administrativa, rebajando las condiciones de acceso a las ayudas y abriendo la posibilidad de que se instalen bajo la modalidad pluriactiva. «Esta modificación supone un incremento del importe de subvención directa de 40.000 a 48.000 euros», ha cifrado.

Aunque la falta de agua no es un problema para el campo riojano, «en un futuro próximo los regadíos serán clave para muchos cultivos», ha señalado Noemí Manzanos. Y ha anunciado que están trabajando, con las comunidades de regantes, en el plan director «que verá la luz a final de año y marcará la hoja de ruta en referencia a posibles y futuras modernizaciones y ampliaciones». Pero mientras ese plan de regadíos es una realidad, el Ejecutivo de Capellán seguirá con las inversiones y para 2025 ya hay consignados ocho millones de euros en proyectos de Cenicero, Sajazarra, Navarrete o Alfaro.

'La Rioja, tierra singular' ha sido el título de la ponencia de la consejera y para mantener esa condición consideró «fundamental» la Ley del Paisaje que pronto verá la luz porque «clasificará los paisajes según su valor, salvaguardando aquellos que por su singularidad o relevancia agronómica deban protegerse». Manzanos no ha tenido reparos en afirmar que «frente a la aparición desordenada de elementos de distorsión de nuestro territorio –la autopista de alta tensión que proyecta Forestalia y que cruzaría La Rioja de oeste a este es la mayor 'amenaza'–, el Gobierno debe defender nuestro patrimonio natural, nuestra identidad cultural, nuestra tradición agrícola y ganadera y los intereses de los riojanos».

La directora de Negocio Agroalimentario del Banco Santander ha destacado la diversidad que tiene La Rioja, más allá del vino, y apostó por innovar en los cultivos sin perder de vista la rentabilidad. «Hay que comunicar en positivo las grandes virtudes de este sector agroalimentario porque es clave en nuestras vidas ya que nos alimenta. Podemos pasar sin otras cosas, pero no sin comer», ha asegurado Lorena Ruiz. Y los productos españoles y riojanos «dan de comer aquí pero también en buena parte del mundo. Es un sector con presente pero también con mucho futuro».

En este sentido, Ruiz ha considerado que buena parte del éxito del sector es «analizar al consumidor final y sus gustos». En cuanto a los vinos, ha dejado bien claro que la apuesta debe ser por fortalecer el mercado de los blancos, cada vez con mayor pujanza.

La representante del Santander ha recordado también que los precios «van a ir al alza porque cada vez cuesta más producirlos. No dependemos de nuestro trabajo diario». Entre otras cosas, ha señalado que «los agricultores están siempre mirando al cielo» y los fenómenos meteorológicos juegan habitualmente en contra del sector agrario.

Pero ha querido dejar un mensaje optimista:«Tenemos que trabajar juntos. Estamos produciendo salud y debemos creernos lo que hacemos diariamente».

Socio fundador de Carna SL Ingeniería Agroambiental y Desarrollo Rural, Nacho Ruiz ha querido poner en valor los productos 'made in La Rioja'. «Tenemos que darle la importancia que se merece a la viña», a pesar de los momentos de dificultad e incertidumbre por los que atraviesa el sector vitivinícola, «y poner el vino de Rioja donde siempre ha estado». Pero no ha querido olvidarse de otros cultivos y de la relevancia que tienen en las zonas despobladas. «Dos tercios de nuestra comunidad son sierra y en muchos municipios fijan población y generan actividad», ha señalado en su intervención.

Ruiz ha alertado de que la llegada de los fondos de inversión a la agricultura y la ganadería de la comunidad autónoma «puede resultar perjudicial», sobre todo para los protagonistas del sector agrario, «porque a la hora de competir por una finca, el precio se encarece» con la presencia de inversores de fuera.

En este sentido, también ha abogado por el consumo de productos autóctonos. Y ha puesto el ejemplo de las legumbres ya que «el 70% viene de fuera, de países como Bolivia». Y las alubias y los caparrones de La Rioja «tienen calidad y eso hay que decirlo». Además, «ahora se está trabajando por recuperar variedades en Cornago o Torrecilla», ha concluido.

Hace siete años, cuando apenas había cumplido los 18, este agricultor de Aldeanueva de Ebro se vio obligado a incorporarse al negocio familiar tras fallecer su padre. Su trayectoria no ha sido fácil, ha tenido que ir tomando decisiones de manera acelerada «pero el mayor problema que tenemos ahora es que no sabemos qué cultivo elegir para que dentro de unos años sea rentable». Javier Ruiz ha afirmado que «vale mucho dinero experimentar con uno u otro cultivo sin saber luego cómo va a resultar».

El viñedo siempre ha estado en el ADN riojano porque, de una u otra manera, «heredábamos las explotaciones. Además, antes era cómodo porque sacabas una rentabilidad buena», ha dicho.

Ahora la situación es distinta y, por ello, tuvo claro que había que diversificar«y aposté por frutales –la pera de la DOP de Rincón de Soto es otra de sus señas de identidad– y por hortalizas», además de trabajar el cereal (trigo, cebada, maíz...). «Cualquier plantación cuesta mucho dinero», ha reiterado en su intervención en la mesa redonda, «porque puedes creer que invertir en manzanos o perales, o en olivos y almendros como también ha sido tradición en La Rioja, es apropiado. Pero, ¿van a valer algo de dinero de aquí a cinco años?».

Miguel Legarre ha asumido ayer que «diversificar riesgos y cultivos es lo mejor» pero también ha añadido que «es muy fácil torear a toro pasado» en cuanto a que ahora es habitual escuchar el comentario de lo peligroso que es «jugarse todo a una carta». Ese 'todo' es el sector del vino, «pero aquí tenemos el relieve, la orografía, el clima, la trayectoria... Y no hay que olvidar que el modelo de Rioja ha funcionado muy bien siempre pero ahora está en un momento bajo».

El viticultor de Calahorra no ha querido entrar en el debate sobre la conveniencia o necesidad de arrancar viñedo ni tampoco en si hay que producir más o menos. «Ahora se habla de que es mejor vender menos con más valor. Eso suena bien, pero nadie monta un negocio para vender menos», ha manifestado. Y ha confiado, asimismo, en que «la oferta se pueda ajustar a la demanda» después de unos años de caída en el consumo.

La diversificación de cultivos, a su juicio, también es algo que «suena bien pero en La Rioja no se puede cultivar de todo. Históricamente hemos apostado por la uva, el olivo y el almendro». Ahora cada vez hay más variedad pero «luchar contra el clima y la naturaleza es prácticamente imposible. Esto también conviene tenerlo en cuenta».

El responsable de la red de oficinas del Banco Santander en Aragón, Navarra y La Rioja ha asegurado que la entidad financiera a la que representa es «el banco de las pymes, las empresas y los autónomos», que han estado presentes en el Foro Agro. «Nuestro objetivo es dar el mejor servicio a los clientes», ha señalado. Y pensando en el sector agroalimentario ha reconocido que la financiación tiene especial relevancia «y en los nuevo primeros meses hemos concedido 3.600 millones, un 15% más que en 2023».

Javier Gallardo ha destacado que «estamos apoyando la digitalización de agricultores y ganaderos y hemos sido pioneros en crear una 'app' para el sector». En este sentido, el Santander «es el primer banco que tiene una plataforma digital integral de apoyo» al agro –Avanis– para aumentar la rentabilidad y competitividad.

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