La policía investiga la denuncia por agresión sexual de una joven logroñesa en San Fermín

Cuando se encontraba perdida recibió la llamada de un amigo, también vecino de Logroño. Al parecer, le conocía desde hace más de cuatro años y, por tanto, creía que era de su confianza. Así que por el teléfono móvil le envió la ubicación en la que se encontraba en ese momento con la idea de quedar con él y tomar algo juntos mientras aparecía el resto del grupo con el que se ido a la capital navarra.

Ella le esperó en la plaza San Francisco -prosigue la denuncia- y él apareció al poco tiempo junto a sus dos hermanos. De ahí, por sugerencia del amigo, se fueron a tomar algo a unos bares latinos alejados de la plaza. La joven, ante la policía, aseguró que no había ingerido mucho alcohol y mientras estuvo con este amigo tomó dos chupitos más.

En un momento de la madrugada, ella se encontraba cansada y quería regresar a Logroño así que le preguntó si tenía intención de volver pronto, él le dijo que sí, que nada más terminar la consumición la llevaría a casa.

Sobre las 00.50 horas, de camino al coche, la víctima se encontraba mareada, él intentó besarla en varias ocasiones y ella dijo que no, que le veía como un amigo. Así hasta que, según consta en la denuncia, supuestamente «su amigo la agarró del cuello para sujetarle la cabeza y poder besarla». «Cada vez le apretaba más cortándole poco a poco la respiración» y ella «viendo que no podía respirar entró en pánico y se echó a llorar, sintiendo que se quedaba sin aire mientras intentaba gritarle: 'Por favor, soy tu amiga, piensa en mi hijo'».

Según recoge la denuncia, la joven perdió el conocimiento y cuando se despertó se encontraba en el asiento trasero del coche, su amigo estaba junto a ella, y los dos hermanos de éste, en los asientos delanteros. Él le preguntó: «¿Que te pasó en el cuello, cariño? Mi hermano se despertó y te ha encontrado en la calle tirada en el suelo detrás del coche y te cogimos y te hemos metido en el coche». Ella se volvió a desmayar y ya no recuerda más, salvo que se despertó aún estando en el vehículo, pero entrando a Logroño. De acuerdo con su versión, habían pasado unas once horas.

Al llegar a su casa vio a su pareja y «se derrumbó». Según detalla ella misma tanto en la denuncia como a este diario, sólo fue capaz de decirle que se encontraba muy mal. «Me dolía todo, sobre todo el cuello al tragar». El padre de su novio la llevó a la Comisaría, perdió el conocimiento y la trasladaron al hospital San Pedro, donde estuvo ingresada dos días. Allí se percató de que tenía la ropa interior al revés y le faltaba un pantalón corto interior con el que había salido de casa.

Como resultado de la agresión sufrió lesiones en el cuello y en la rodilla. Ahora asegura que tiene miedo de salir de casa, no se encuentra nada bien y no entiende por qué no se ha tomado ninguna medida cautelar contra sus supuestos agresores.

Según fuentes judiciales, en cuanto el juzgado de guardia tenga conocimiento de la denuncia y del atestado policial, al tratarse de unos hechos ocurridos en Pamplona, se inhibirá a favor de los juzgados de Navarra.