La ahora polémica visita de Sánchez a Aldeanueva

Pero en el momento de estas imágenes, convertidas ahora en polémica de portada en la prensa madrileña, Pedro Sánchez era un 'outsider' que se rodeaba de un corto equipo de colaboradores, todos ellos salpicados por el denominado 'caso Koldo'. Porque Koldo García Izaguirre, el portero con oscuro pasado en clubes de alterne, era entonces uno de sus más fieles escuderos. Koldo también era un estrecho colaborador de José Luis Ábalos (le acompañaría posteriormente en el Ministerio de Fomento/Transportes) y de Santos Cerdán.

Los tres fueron las dianas del empresario Víctor de Aldama en su declaración en la Audiencia Nacional. A los tres acusó de recibir mordidas por la venta de mascarillas o, en el caso de Cerdán, por una licitación en el País Vasco.

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En ese ya lejano 2017 no existía todavía ninguna supuesta trama corrupta. La polémica de ese momento estaba en saber qué cargos socialistas acompañarían al entonces defenestrado Sánchez en ese mitin multitudinario, que reunió a más de 600 personas procedentes de La Rioja, pero también de provincias limítrofes.

Tras el 'no es no' de Sánchez a Rajoy, quedaba por calibrar los apoyos con los que contaba el actual presidente del Gobierno en todas las regiones o, lo que es lo mismo, quién confiaba en Sánchez como caballo ganador de una carrera contra todos o quién lo veía ya amortizado políticamente. Y en Aldeanueva le acompañaron, por ejemplo, Concha Andreu, Beatriz Arraiz, Elisa Garrido, Sara Orradre... Y no estuvieron figuras como César Luena o Francisco Ocón.

Siete años después, el morbo radica en contemplar la fila de cabezas perfectamente ordenadas: Sánchez, Cerdán, Ábalos y Koldo durante la entrada a la sala Entreviñas. Pero también en analizar otras imágenes inquietantes, como la de los grandes protagonistas del mitin cantando 'La Internacional' sobre el escenario mientras Koldo vigila abajo, en un plano que le corta la mitad de la cabeza. O la del exportero y exasesor de Ábalos organizando los 'selfies' y protegiendo con su propio cuerpo a Sánchez del cariño de las masas. Todo un catálogo de imágenes para, siete años después, conjeturar con un desenlace que ni los protagonistas habrían podido imaginar jamás.