Un profesor abraza a uno de sus alumnos en el inicio del curso escolar. Justo Rodríguez

Vuelta al cole en La Rioja

«No he podido dormir casi, tenía ganas de volver»

Padres y niños afrontan el regreso a las aulas con caras de sueño, nervios y ganas de reencontrarse con sus compañeros

Lunes, 9 de septiembre 2024, 09:57

Después de casi tres meses de unas merecidas vacaciones, este lunes ha sido el día elegido para regresar a las aulas. Una vuelta marcada en rojo en el calendario que tanto padres como niños han afrontado con caras de sueño, muchos nervios e ilusión. «No ... he podido dormir casi. Tenía ganas de volver y de ver a mis compañeros», confesaba Giulia Zara, que este curso empezaba primero de la ESO. Es un nuevo curso y como a su hermano, Mateo, le tocaba dar el salto a otra etapa. «Este año cambian mucho de escenario. El pequeño pasa a primero de Primaria y la mayor, a primero de la ESO. Él está muy ilusionado y ella, muy nerviosilla», exponía su madre antes de que su hija corroborase que «estoy nerviosa por si algo de lo que hago me sale mal» y que «sentía que me dolía la tripa».

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Cerca de ella, unos padres le indican a una de sus hijas que no había «nadie» en las inmediaciones del colegio. Por eso, sobre las 8.30 horas, decidieron aguardar sentados en un banco a que se aproximase la hora para acceder al patio del Divino Maestro. «Entran a las 8.50 horas, pero vamos con tiempo porque tienen que hacer fila. Hay que estar un poco antes», explicaba su madre, Evelin Andino, antes de apuntar que las dos anhelaban regresar a las aulas. «Tengo ganas», corroboraba la pequeña.

Al poco, aparece por la calle avenida República Argentina una madre con su hija, que también había decidido acercarse con tiempo al centro escolar para que pudiese estar «antes» con algunos de sus compañeros. «Tengo muchas ganas de ir. Estoy feliz», reconocía un poco tímida María López, que este año va a pasar a segundo de Primaria. Le apetecía «mucho» reencontrarse con sus compañeros. «Quiere estar con todas las amigas del colegio. Ayer en cuanto vio a un compañero en el supermercado, ya me dijo que hoy le iba a decir que lo había visto», añadía su madre, Aurica Tuader, antes de continuar con su camino.

Ya sobre las 8.40 horas, dos jóvenes ataviados con el uniforme de Jesuitas aguardaban un poco impacientes a que llegase uno de sus compañeros de instituto. En su caso, asumían con cierta resignación que les tocaba retomar las clases tras las vacaciones estivales. «No tenemos muchas ganas, pero al final hay que venir», aseguraba el primero de ellos. Su amigo, por el contrario, apuntaba que estaba «un poco emocionado (por la vuelta) porque vamos a pasar a primero de la ESO y es un poco más difícil. Es un cambio». Como ellos, Samuel, que este curso empieza segundo de la ESO, coincidía con estos jóvenes riojanos en que «no tengo ganas de volver. No sé con qué compañeros estaré».

Con las prisas de por medio, Víctor, que iba acompañado de su madre, reconocía que estaba «nervioso por todo». Le generaba nerviosismo tanto la vuelta al cole como el reencuentro con sus compañeros. No en vano, este curso comenzaba tercero de Infantil. A pesar de eso, Coral agradecía que «hemos llevado bien la vuelta con él, pero con la otra que va a empezar administrativo... es distinto», decía antes de dirigirse hacia el colegio Divino Maestro.

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«Quiere hacer amiguitos»

Un poco antes de las 9.00 horas, en el Vuelo Madrid Manila, unos padres tratan de descubrir el acceso por el que tenía que entrar su hija Senda al colegio. «Creo que entramos por la puerta de atrás. Vamos a mirar a ver», decía su madre antes de apuntar que su pequeña afrontaba la vuelta a las aulas «un poco nerviosa». «Tenía ganas de venir. Se ha despertado alguna vez por la noche, pero se ha vuelto a dormir. Ha dormido bien», añadía antes de marcharse a cerciorarse de la entrada de la pequeña.

Más nervioso estaba Gael Jiménez, que este lunes volvía al centro después de que el pasado año solo hubiese podido asistir dos meses a clase tras sufrir problemas de salud. «Viene un poquito nervioso. El mayor, que acaba de pasar a cuarto de Primaria, está más contento», afirmaba su madre, Sonia Hernández, mientras aguardaba en una fila a que le llegase el turno al pequeño de acceder al interior del aula de tercero de Infantil. «Me da pena la verdad que vuelvan, porque no voy a poder estar con ellos, pero me han dicho que están deseando empezar», reconocía Hernández unos instantes antes de despedirse y soltarle la mano.

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Cerca de ella, la tía de Miler Andrés aseguraba que su sobrino, que acudía por primera vez al centro, «no está nervioso». «Viene muy tranquilo, a ver más tarde si no llora, que no creo. Me ha dicho que quería hacer amiguitos», decía con una sonrisa. Dos minutos más tarde, la canción 'Y volar', de La Pegatina, advertía de que había llegado el momento de que los alumnos se desplazaran poco a poco hasta cada una de sus respectivas aulas. Un momento muy emotivo para todos los padres y familiares presentes, que no quisieron perderse la reacción de sus hijos al reencontrarse con sus compañeros y profesores.

En su interior, en una de las aulas de 5 años, los pequeños experimentaban todo tipo de emociones. «Ven aquí que te doy un abracito. Tienes que conocer a tus compañeros», le decía una de las docentes a una niña que trataba de quitarse las lágrimas. Según fueron entrando poco a poco a clase, los alumnos fueron formando un corro alrededor de sus profesoras, que les indicaban que en este primer día «solo vais a hacer juegos y os lo vais a pasar superbién». Ahora solo faltaba que disfrutasen todos ellos de la jornada.

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