«Hay un problema fuerte de talento, no solo universitario, sino de formación profesional e incluso de oficios. Es un problema muy importante y yo creo que tenemos un reto por delante, de cara al futuro, y es que nos vamos a ver obligados a desaprender para volver a aprender y eso es algo que cuesta interiorizar en las personas. Tienes que seguir aprendiendo para ir evolucionando, va a ir dejando de hacer las cosas como las hacíamos para hacerlas de otra forma y habrá personas que sean más rápidas y asuman que esto es un cambio que tenemos que acometer. Ese es un mensaje claro y rotundo: para poder evolucionar como empresa y como sociedad hay que desaprender para volver a aprender y parar un tiempo para decidir cómo implementar las nuevas tecnologías y mejorar mi competitividad y seguir evolucionando», ha advertido Carlos Prieto, director de la Oficina de Transferencia del Conocimiento (OTC) de UNIR.
Su intervención, a través de una charla con el periodista de TVR Carlos Santamaría, ha cerrado el foro 'La Rioja, región exportable' celebrado este jueves en el Espacio Lagares. Tras recordar las tres patas claves de la universidad –formación, investigación y transferencia del conocimiento–, el experto ha señalado que «uno de los ámbitos en los que estamos centrándonos es en todo el tema del emprendimiento, tanto de nuestros estudiantes como de nuestros equipos investigadores. Para emprender se necesitan buenas ideas, talento y financiación y tenemos ejemplos de éxito de alumnos que se han acercado a plantear soluciones y les estamos dando esta aceleración y también tenemos ejemplos que salen de la propia universidad, de sus grupos de investigación».
Colaboración mutua
La OTC también se ha convertido en una herramienta imprescindible de colaboración con el tejido industrial. «Hay empresas grandes que tienen sus equipos propios de I+D y que pueden ir solos, pero hay muchas pymes para las que la universidad, nuestros grupos de investigación, nos convertimos en su departamento de innovación y desarrollo y les aportamos nuestros conocimientos», ha explicado para citar, como anexo a esa relación mutua, los «convenios de colaboración gracias a los que la universidad, además de ayudar alas empresas, se beneficia de la posibilidad de que nuestros estudiantes puedan realizar prácticas reales en empresas o proyectos de fin de grado o máster sobre problemas reales de las empresas».
No ha olvidado Prieto el capítulo de la inteligencia artificial, sobre la que advirtió que «el que no la ha utilizado ya va tarde. Hay que probarla y meterse porque puede ayudarte a abrir nuevas líneas de negocio y mejorar los procesos».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.