Carmen Matute Vallejo
Logroño
Sábado, 24 de agosto 2024
Los viajes a la playa en verano no son tan antiguos. Esa tierra solo utilizada por aventureros y pescadores pasó a ser habitada por familias y parejas que buscaban el paraíso. El agua pasó de ser vista como algo demoníaco a ser un remedio milagroso ... para el asma, la depresión o la gota. Esas vacaciones de la nobleza en la Toscana se desviaron hacia las gélidas playas inglesas y la refinada costa francesa. El primero en cambiar la campiña por las suaves y elegantes olas de la playa de Weymouth fue Jorge III, monarca del Reino Unido. Con esta nueva moda comenzó el veraneo de playa.
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Doscientos años después, decenas de riojanos esperan en la Avenida Solidaridad desde las 7.45 horas a la llegada del 'playa-bus' que les llevará a Castro Urdiales. La media de autobuses con este servicio durante los meses de verano son entre tres y cuatro diarios, aunque es tal su demanda que han llegado a enviar ocho autobuses en un día.
A las 8.00 horas los dos autobuses de Riojacar aparcan para recoger a algunos jubilados, grupos de amigos y familias. Como un pistoletazo de salida la marea se divide en dos para subirse y sentarse en sus respectivos asientos. Tras comprobar que todos están en su sitio, Paula Rivero, conductora del segundo autobús, mete primera y se encamina hacia Cantabria con destino a Castro Urdiales.
En primera línea del autobús está Pedro de 11 años. «Decidimos coger el 'playa-bus' porque quería pasar un día de playa con mi amigo, mi madre y la amiga de mi madre», explica. Aunque sea la primera vez y la elección del destino fue fortuita, Pedro está muy contento de poder decir que va a ir a la playa. «Lo que más me gusta es bañarme y jugar en la arena», continúa. Para Pedro la playa forma parte de uno de sus mejores recuerdos. «Desde muy pequeño voy a la playa y me entierran en la arena, es mi parte favorita del día», describe.
María Teresa
Usuaria
Leonor
Usuaria
Mihaela Petrovici
Directora GoTravel Tour
En el medio del autobús Carla y su grupo de amigos van jugando a juegos online para entretenerse durante las dos horas de trayecto. «Nos apetecía ir a la playa un día y vimos el 'playa-bus' que nos coincidía a todos, así que fuimos sin dudarlo», comenta. Para ella lo mejor de poder ir a la playa y desconectar de la vida urbana es que «aquí ves la naturaleza y la playa en el mismo paisaje». Para el viaje lo que a esta logroñesa no le puede faltar es la crema sin aclarado y espuma para rizos. «Son cosas que necesito porque en la playa el pelo se pone fatal», declara para risa de sus amigos.
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Unos sitios más atrás la alavesa María Teresa habla con su amiga entre susurros para que no escuchen los más curiosos. «Lo hemos cogido hoy, pero normalmente solemos ir con el 'playa-bus' de Álava los jueves», narra. Esta veterana del servicio rememora con emoción aquellos primeros días. «Los mejores momentos fueron con mis hijos que siempre llevaban las palas y los calderos», describe mientras suelta una carcajada. «Mi hijo hacía cada castillo de arena que impresionaba». Para María Teresa estas excursiones son una razón para salir de casa y hacer planes diferentes. «Nosotras nos dejamos llevar, siempre vamos con un bañador y una toalla por si hace día de playa y si hace frío damos una vuelta por el pueblo para conocerlo», ilustra.
Después de 175 kilómetros, los pasajeros se quitan los cinturones y respiran aire marítimo: han llegado. Durante el día los turistas riojanos y alaveses se distribuyen por todo el municipio para comer, bañarse y disfrutar del día. Leonor y sus amigas han decidido hacer una excursión para poder disfrutar del buen tiempo y del mar. Para ella es una opción muy cómoda si quieres ir a la playa por un día «No hace falta que tengas que traer tu coche y te deja a una buena hora para aprovechar el día». «Los logroñeses no tendremos playa, pero estamos muy bien comunicados con las que tenemos cerca», comenta. En definitiva, para esta riojana «somos una ciudad muy buena con playas cercanas».
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A esta excursión también se apuntaron Sonia y Federico. Esta pareja que lleva varias salidas de este tipo a sus espaldas encuentran bastante cómoda esta propuestas. «Pagar dieciocho euros para que te lleven a la playa, ida y vuelta, me parece un servicio increíble», aclara Federico. Este dúo conoció la iniciativa por las amigas y clientas de la peluquería de Sonia. Gracias a esta recomendación han podido disfrutar de la desconexión de la rutina para conocer lugares fuera de las fronteras riojanas. «Entre los gastos que puedes tener de autopista, gasolina y aparcamiento, esto está muy bien de precio», admite Sonia. Para esta pareja «lo que no puede faltar son los móviles y los bocadillos».
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