Secciones
Servicios
Destacamos
J. SAINZ
LOGROÑO
Lunes, 13 de septiembre 2021, 02:00
Fernando Martínez Soba puede hablar de la pandemia durante horas. Lo hace con dolor, rabia y emoción a flor de piel y, sobre todo, con un nivel de compromiso crítico que nadie que no haya estado en primera línea podrá imaginar. Pero, pese a la ... crudeza de lo vivido, mira adelante y –como en la foto que ilustra esta entrevista, que de hecho no es una entrevista sobre la pandemia– busca la luz en la oscuridad.
El coordinador autonómico de Trasplantes del hospital San Pedro es también presidente de la asociación Vida por Vida, surgida entre la sociedad civil de La Rioja en 2019 y cuyos objetivos son sensibilizar sobre donación y trasplantes, formar a los profesionales y fomentar la investigación.
Esta semana (del 14 al 16) tiene lugar en Logroño una de esas actividades docentes, el curso 'Donación y trasplante de órganos y tejidos para enfermería', integrado en los cursos de verano de la Universidad de La Rioja y financiado por Viamed. Entre otros participantes figuran la número 1 de la Organización Nacional de Trasplantes, la doctora Beatriz Domínguez-Gil, y los coordinadores autonómicos y hospitalarios del País Vasco, Cantabria, Andalucía, Murcia, Alicante o Valencia. Es además la ocasión de seguir sensibilizando sobre la necesidad de las donaciones, sobre todo después de que la pandemia también haya afectado negativamente en este terreno.
– ¿Hay que dar un nuevo impulso a la donación y los trasplantes después de la pandemia?
– Siempre. España es el país líder en donación de órganos desde 1992 [38 donantes por millón de habitantes el año pasado a pesar del COVID]. Cualquier ciudadano que necesite un trasplante tiene las máximas posibilidades de recibirlo dentro del Sistema Nacional de Salud. Pero sigue habiendo pacientes en lista de espera para salvar su vida o mejorar su calidad de vida. Unos 5.000 pacientes al año esperan un corazón, un riñón, un pulmón o un hígado fundamentalmente, y existe una necesidad desde el punto de vista asistencial.
– ¿Cuál sería el planteamiento básico para que la donación de órganos se generalice?
– Tenemos que plantear la donación como una opción al final de la vida, que la donación forme parte de los cuidados al final de la vida. Es en realidad una frase aprobada en la tercera reunión mundial del Grupo de Trabajo de Trasplantes en Madrid. Es un planteamiento maravilloso porque no solo tenemos que facilitar la donación para obtener órganos que puedan ser trasplantados y salvar vidas, sino que estamos hablando del individuo que tiene la capacidad de decidir si dona o no y de facilitarle la opción de donar como una opción al final de su vida; que en ese último momento, conforme a sus valores, sus creencias o su modo de haber vivido la vida, decida de qué modo quiere que termine.
argumentos para donar
– ¿Qué barrera hay que terminar de romper?
– Hay que facilitar la donación y tratar de sensibilizar a los que todavía se niegan.
– ¿Ese es el objetivo principal de Vida por Vida?
– Uno de ellos. Seguimos teniendo un 13% de negativas familiares a las donaciones. De cada 100 familias 13 no quieren donar [en La Rioja solo el 5%]. Sin embargo, si esas trece familias necesitaran un órgano, probablemente aceptarían el trasplante.
– ¿A qué se debe que en La Rioja haya menos negativas?
– A la gente y a que el trabajo y las entrevistas se hacen bien.
– ¿Qué argumentos utiliza usted?
– Yo no intento convencer a nadie. Yo solo ayudo y acompaño. Y en ese contexto, en el que antes tienes que respetar, empatizar y ser auténtico, es cuando propones la opción de donar. Son momentos duros, de tristeza y duelo, de abandono y soledad, pero también hay luz. Hay luz para ver que, a pesar de haber perdido a un ser querido y estar sufriendo por ello, la condición humana te da la capacidad de pensar en ayudar a otras personas, de salvar otras vidas y de que algo de ese ser querido, que ya no está, pueda dar vida a otras personas y a otras familias. Poder percibir eso, esa condición humana buena de ayudar, es una de las cosas más maravillosas que yo he podido vivir como médico.
– ¿Cuánto han descendido las donaciones y trasplantes a consecuencia de la pandemia?
– El año pasado la actividad de donación y trasplante descendió un veinte por cierto respecto a 2019. Y en los primeros meses de este año la actividad fue casi nula. Lógicamente el riesgo de infección y contagio de los pacientes de las UCI era muy alto y los recursos se han destinado allí donde eran más necesarios. A pesar de todo, en esta comunidad, que ha sido una de las más sacudidas por la pandemia, tuvimos una tasa de donación superior a la media nacional.
la pandemia
– ¿Los trasplantados precisan una tercera dosis de la vacuna?
– Todos los trasplantados y los que están en lista de espera se consideran pacientes de riesgo por estar inmunodeprimidos. Hace pocos días se ha aprobado administrar la tercera dosis a trasplantados.
– ¿La vacuna es eficaz?
– Sí. Hemos tenido suerte porque hemos confiado todo a la eficacia de la vacuna y la vacuna ha hecho efecto.
– ¿Qué debemos aprender de esta experiencia?
– Debemos hacer un ejercicio de responsabilidad y actuar con honestidad y franqueza. Cuando esto pase volveremos a la normalidad y a los niveles anteriores, pero no podemos pretender quererlo todo. El servicio sanitario ha hecho un grandísimo esfuerzo durante muchos meses para salvar y sacar adelante a pacientes críticos. Al principio morían la mitad de los pacientes que entraban a las UCI por COVID y ahora apenas el 13%. El sistema se ha tensionado. Los recursos son los que son y los recursos humanos están saturados. Esperemos que cuando vuelva la normalidad todo volverá a su ser.
– ¿Qué opinión querría trasladar a estas alturas de la pandemia sobre la gestión política y la respuesta ciudadana?
– Tenemos que aprender de lo bueno y de lo malo y que eso nos haga ser más fuertes con espíritu crítico. Tenemos que ver cómo se ha reforzado el compromiso de los profesionales y nos ha ayudado a ver lo importante que son los intensivistas también en el modelo de donación y trasplantes. Tenemos que ser optimistas con el futuro pero que no se nos olvide lo que ha pasado, los errores y los aciertos. El mensaje tiene que ser positivo, no puede ser de otra manera a pesar de las duras vivencias personales y profesionales que hayamos tenido cada uno. La pandemia nos tiene que ayudar a ser mejores y más conscientes. No podemos vivir abstraídos de lo que ha pasado. Si no, seguiremos con la pandemia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.