Pitillos sigue pisando fuerte

El espíritu emprendedor de Antonio Hernández fue lo que llevó a este trabajador arnedano del sector del calzado a abrir, a principios de los ochenta, un pequeño taller que serigrafiaba en las zapatillas deportivas la entonces popular mascota del Mundial de Fútbol, Naranjito.

De forma modesta, la empresa fue creciendo y atreviéndose a lanzar pequeñas colecciones de calzado femenino que conjugaban la calidad, el diseño y especialmente, la comodidad, uno de los grandes rasgos de los zapatos de la firma arnedana.

El despegue definitivo de la empresa se produce a mediados de los años 90, cuando Antonio Hernández con su carácter emprendedor y su visión a largo plazo compra todas las reservas de yute, un material que se utilizaba para las alpargatas, pero que a mitad de la última década del siglo se convirtió en tendencia, y también en el material que triunfaba en el mercado.

Pitillos vivió un momento de enorme crecimiento lo que le permitió poner las bases de lo que hoy es el grupo. Aunque la mujer -ahora de un segmentos de edad más joven y atrevida- siempre ha sido su principal destino, Pitillos entró en esa época también en el sector del calzado masculino donde mantiene aún su presencia.

Posición de liderazgo

Pitillos ha sabido ir asentando su crecimiento sobre sólidos pilares y sin perder nunca de vista ni sus señas de identidad (calidad, precio y comodidad) ni la tradición centenaria que ha llevado a Arnedo a convertirse en una de las grandes capitales del calzado.

Ese crecimiento sostenido le ha llevado a erigirse en uno de los grandes líderes del mercado del calzado. La empresa arnedana calza a más de un millón y medio de pies al año, y aunque hace poco que ha traspasado fronteras para buscar mercados internacionales, los zapatos de la firma ya comienzan a mostrarse como una referencia del confort tanto en los mercados europeos (muy exigentes tanto en diseño como en estándares de calidad, como son el caso italiano o belga) como en los latinoamericanos y con presencia en los difíciles escaparates de las zapaterías asiáticas.

Cada año, Pitillos se renueva con dos colecciones completas (Primavera-Verano y Otoño-Invierno) pero también permanece atento a las demandas del mercado para ofrecer nuevos modelos (zapatos de fiesta, deportivos, sandalias...). En la última campaña, Pitillos puso en el mercado 250 modelos diferentes (con sus correspondientes variaciones de color), pero todos con la comodidad como esencia de la marca.

A lo largo de sus más de cuatro décadas de vida (y continúa ahora con la segunda generación de la familia Hernández), Pitillos ha tratado de ofrecer a sus clientes unos zapatos atractivos por su calidad y bonito diseño, pero que también permitieran el llevarlos puestos durante las largas jornadas de trabajo, de forma que no sea necesario elegir entre confort y estilo.

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