Sofía Ceballos/Carmen Matute
Logroño
Domingo, 18 de agosto 2024, 08:25
Un libro es un buen compañero de toalla. Un entorno tranquilo y sosegado es la búsqueda perpetua de un lector. Algunos se inclinan por los parques y los sonidos de la naturaleza, otros prefieren sus sillones de casa con un café descansando en una mesa ... cercana y otros optan por los ambientes llenos de agua, sol y vida. Las piscinas de Lardero y Logroño son los escenarios donde muchos deciden alternar su tiempo libre entre un chapuzón y una buena lectura. Julia Navarro, Olivier Bonnassies, Michel-Yves Bolloré o Alejandro Palomas son algunos autores que 'visitan' estas piscinas riojanas.
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Mari Carmen ha venido desde Burlada (Navarra) junto a su familia para disfrutar de un día en las piscinas de Aqualar, en Lardero. «Me gusta leer aquí porque es una forma de pasar el tiempo. No me gusta estar tumbada todo el tiempo ni tampoco en el agua, así que leer un libro es una forma de aprovechar el día», explica. Con 'Tú no matarás', de Julia Navarro, esta burladesa pasa sus horas mientras sus nietos disfrutan de los toboganes de estas instalaciones.
«Me he enganchado a esta autora porque he leído varios libros suyos y la verdad es que te atrapan», resume. En este entorno, Mari Carmen consigue evadirse y concentrarse mejor en la historia que recorre Madrid, Alejandría, París...
Un poco más alejado está Angelo. Bajo un árbol, a la sombra, este catalán sostiene el libro 'Dios, la ciencia y las pruebas', de Olivier Bonnassies y Michel-Yves Bolloré. «Me gusta leer en la piscina porque me sirve para ponerme al día y leer todo lo que no puedo durante el año», se congratula. Este lector es muy concreto con el tipo de soporte con el que degusta las páginas de sus autores predilectos: «Los ensayos los prefiero en papel, que son los que leo en la piscina, y si son novelas me inclino más por los soportes electrónicos». Para Angelo, la piscina «es un lugar muy bueno para la lectura para relajarse y para concentrarse».
Angelo
Barcelona
Más al norte, en las instalaciones municipales de Las Norias, los logroñeses Pilar y Fernando disfrutan de una mañana soleada mientras leen 'Una madre', de Alejandro Palomas y 'Una asesina en el espejo', de Andrea Aguilar-Calderón, respectivamente. Los dos coinciden en una cosa: «Un buen lector siempre lleva un libro encima», asegura Fernando. «Me gusta leer en todos sitios: leo mucho en casa, en la piscina, en la playa, por la noche...», cuenta Pilar.
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Fernando
Logroño
En cuanto a su preferencia entre libros electrónicos y libros en papel, Pilar se encuentra leyendo en su eBook, del que destaca que «no pesa mucho y ofrece un enorme catálogo de títulos». Mientras, Fernando disfruta de su lectura independientemente del soporte.
Otros como Ricardo se decantan por otras actividades en la que los ojos son protagonistas: internet y, en su caso, Facebook. Este logroñés admite que es «más de música» y no tan aficionado como el resto de sus compañeros lectores; aunque, dice con alegría que lee «un poco de todo, pero aventuras y ciencia ficción es lo que más me gusta». En los días más calurosos, Ricardo se va a la piscina y prefiere leer en su móvil: «Por comodidad prefiero en mi teléfono, por si alguien te llama en ese momento, surge alguna urgencia o cualquier evento, pues enseguida estás al tanto de todo».
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Pilar
Logroño
Hoy en día, parece que cada vez son menos los jóvenes que leen. Es raro encontrar a un lector de edad temprana, ya sea en las calles o en lugares como la piscina. Pero siempre hay excepciones. Ana, una joven procedente de Soria, lee 'Romper el círculo' de Colleen Hoover, una historia de amor entre dos jóvenes que da un giro inesperado. «En la piscina estoy al aire libre, hay más luz, y no estoy sola en mi casa. Me gusta más casi que leer en mi salón», confiesa Ana. Acerca de su preferencia por el soporte de lectura, lo tiene claro: «Suelo preferir el papel porque el libro electrónico me provoca algunas molestias en los ojos y en el papel puedo pasar las páginas más rápido y volver atrás más fácil».
Ana
Soria
Ana también menciona que le encanta el ambiente de la piscina, ya que para ella es fundamental sentirse acompañada. Un buen libro tiene ese poder: nos acompaña en cualquier momento, invitándonos a viajar y a sumergirnos en una historia diferente a la nuestra.
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Y qué mejor lugar para hacerlo que en la piscina, ya sea solo o en compañía, rodeado del sol, el sonido de los niños jugando, y el chapoteo del agua... el ambiente perfecto para disfrutar de una buena lectura.
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