La intervención de emergencias fue clave para salvar la vida de la víctima. L. R.

La Audiencia de Logroño juzga el lunes a un acusado de intentar matar a un hombre con una botella rota

La Fiscalía pide 9 años de cárcel para el agresor y considera que, de no haber mediado una intervención quirúrgica de urgencia este habría fallecido

V. S.

Domingo, 6 de octubre 2024, 11:08

La Fiscalía pide nueve años de cárcel para un hombre acusado de intentar asesinar a otro durante una discusión nocturna con una botella rota. Los hechos sucedieron el 24 de junio de 2023, el día en el que el imputado cumplía 40 años.

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Esa noche de presunta celebración acabó de la peor manera. A las 2.00 horas, el hombre que esta semana se sentará en el banquillo de la Audiencia Provincial y que se encuentra desde entonces en prisión provisional, se aproximó por la espalda a la víctima, con la que había tenido previamente una discusión. Según explica el escrito del Ministerio Público, «movido por la intención de acabar con su vida, le propinó un golpe y le agarró con el brazo del cuello para inmovilizarle y así propinarle fuertes pinchazos en la zona del cuello y de la cabeza con una botella rota que portaba». La víctima logró zafarse y dar un golpe a su agresor, que salió huyendo.

Como consecuencia de la brutal agresión, la víctima sufrió una herida en la cabeza, tres heridas en región lateral izquierda del cuello, contusión en hombro izquierdo con impotencia funcional por dolor, una herida en un dedo y otra en un brazo. Las secuelas también le produjeron cicatrices permanentes en el cuello y un perjuicio estético moderado. La Fiscalía resalta que, de no haber mediado un tratamiento quirúrgico y médico de urgencia, la víctima podía haber fallecido. La acusación considera que «por la localización de las lesiones, así como el arma utilizada» el hombre podría haber fallecido.

Además de la pena de nueve años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa, la víctima solicita 23.000 euros por las secuelas y diez años de alejamiento (a 500 metros de la víctima y prohibición de comunicación de cualquier tipo) tras cumplir la condena de cárcel.

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