Qué piden las asociaciones al Ejecutivo regional

El Ateneo Riojano ha vivido meses con la soga al cuello y no es la primera vez. Su presidente, Jesús Murillo, deja claro que «no se trata de que las instituciones no nos apoyen, que sí lo hacen, sino que pedimos una gestión más rápida».

En su caso, se remonta unos años para explicar que entonces ante la Administración regional se presentaba la subvención en marzo y para mayo o junio esta se ingresaba. «El año pasado cobramos el 50% casi en octubre y en febrero de este año ingresamos el resto, lo que supone un retraso en el año fiscal», incide. Eso implica que a la asamblea del Ateneo se deba presentar un «presupuesto casi virtual», que el cobro de las cuotas se haya adelantado de diciembre a mayo o que la institución «se haya quedado sin colchón». Este año aún no han recibido el primer adelanto del Gobierno regional, así que el problema se va a mantener. Mientras, en el caso de la subvención del Ayuntamiento, destaca que su objetivo es «contar con un convenio nominativo para evitar ir en concurrencia para proyectos de igualdad, juventud, servicios sociales... No es lo mismo celebrar una actividad que 200», resume.

El mundo de la cultura sufre mucho por la tardanza de las subvenciones. «Vivimos una situación angustiosa y en demasiadas ocasiones las actividades no salen porque las ayudas no llegan a tiempo», reflexiona Sonia Oliveira, de Zarándula. Para esta profesional de las artes escénicas, la situación no es nueva y, además, en el Gobierno de La Rioja se ha agravado en los últimos cuatros años, con la pandemia como punto culminante. «No se supo gestionar bien», incide, antes de recordar que las elecciones y el cambio de denominación de consejerías han sido la puntilla.

Para la cultura, Oliveira cree que lo ideal sería convocar las ayudas «en enero» y «un calendario anual y con avances de dinero», como ya hace el Consistorio de la capital. Si no, se seguirá repitiendo un hecho ya habitual: que las actividades se concentren en el último trimestre del año, cuando ya hay financiación, lo que supone «un error y desaprovechar el verano en los pueblos, por ejemplo».

Javier Muñoz, secretario general del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) en La Rioja, reconoce que «de un tiempo a esta parte, sobre todo a raíz de la pandemia, se han venido retrasando paulatinamente tanto las convocatorias de las subvenciones como su resolución y abono». Por eso, explica que el sector está en contacto con la Administración regional y consistorios para pedirles que «agilicen los trámites para alcanzar el objetivo de convocar las ayudas como muy tarde en febrero y que se resuelvan y abonen en abril». Eso sí, apuntilla que las subvenciones cada vez son menos y que ahora priman los convenios, la mejor herramienta en opinión de Muñoz porque «favorece la estabilidad para varios años y no como sucede con las subvenciones y ayudas que tienen que ser renovadas año a año con lo que se genera incertidumbre e inestabilidad social y económica».

Hace unos días, el presidente de Convergencia para la Atención, Asistencia y Apoyo a personas con Discapacidad denunciaba la situación crítica del sector en España, algo que Muñoz comparte. «La situación económica no es buena pero se agudiza más en épocas difíciles para las entidades del tercer sector, ya que son las primeras en sufrir los recortes y las últimas en beneficiarse de la bonanza económica», concluye.

Jorge Tesone es el alma del Festival de Teatro Iberoamericano Fitlo, un soplo de aire fresco en las tablas riojanas. Para él, el principal problema de las subvenciones pasa por los «tiempos». «Salen las convocatorias en julio, por ejemplo, se resuelven en septiembre, luego hay un período de subsanación, luego debe pasar por Intervención, Tesorería... Desde que se realiza la inversión hasta cobrarla pasa un tiempo largo», explica.

Pero Tesone va un poco más allá:«Nuestro problema de base es que somos un sector precario y en demasiadas ocasiones se diseña un proyecto en función de las subvenciones, porque sin ellas no saldría. Eso es lo que se debería evitar, no debemos depender al 100% del sector público».

Este agitador cultural reconoce que las instituciones funcionan de manera muy diferente (Gobierno regional, Ayuntamiento, INAEM...) en cuanto a las subvenciones y que desde el sector, con Aescena como interlocutor, ya se ha empezado a dialogar con el Ejecutivo regional para «lograr sacar antes las convocatorias y cambiar las bases».

Para Paso Viviente, organizador de Mercafórum y La Escenificación de La Pasión, en Calahorra, «la mejor fórmula» de colaboración con el Gobierno riojano sería a través de un convenio. De esta manera, «podríamos saber desde el principio cuánto dinero disponemos», dice su presidenta, Reyes Pérez.

Para la última edición de las dos grandes citas de la asociación, en abril, cuentan con una subvención nominativa del Ayuntamiento, otra de patrocinio de La Rioja 360 y están a la espera de que la Administración regional les conceda un subvención de concurrencia competitiva. Pérez reconoce que esta convocatoria «se ha retrasado», porque «de salir en enero ha salido en marzo». Así que ahora «estamos debiendo dinero a empresas con las que trabajamos, que están esperando a que cobremos la subvención», lamenta. Es por ello que pide que se agilicen los plazos, ya que «entre febrero y marzo sale la convocatoria; hasta que no pasan 6 meses no te contestan y después hay que justificar, por lo que hasta fin de año no se va a cobrar la ayuda».

En el caso de un club deportivo profesional, como el Clavijo de baloncesto, su presidente Juan Bernabé recuerda que «a finales de junio de este año llegó la ayuda del Gobierno de La Rioja para la temporada 22/23, es decir, cuando había acabado la competición», lo que les hizo ir «muy justos unos meses». La entidad ya decidió hace tiempo «buscar un banco para adelantar ese dinero y tirar de la junta directiva». Y eso hacen, aunque se note en intereses, trámites...

Bernabé asegura que ya han hablado con el Ejecutivo regional y con el Ayuntamiento de Logroño y que «mantienen conversaciones muy fluidas». «Con el Ayuntamiento, a pesar de los problemas con el anterior responsable de Logroño Deporte, cobrábamos un 33% en septiembre, otro 33% en enero y el resto al presentar las cuentas», explica, y ahora la intención de Conrado Escobar es adelantar ese pago. Con el Gobierno de La Rioja «es más difícil porque depende de los presupuestos, pero hay buena voluntad», añade el presidente del Clavijo. «Estoy seguro de que vamos a recuperar los antiguos plazos», vaticina.

El Arnedo es el ejemplo de un club aficionado que trabaja ya como uno profesional, lo que conlleva, especialmente tras su fugaz paso por Segunda Federación, muchas obligaciones. De esa pasada campaña, su presidente Ildefonso Ruiz concreta que les faltan «de cobrar ayudas de cuatro instituciones:Comunidad, CSD, Ayuntamiento y UEFA». «Sabemos que CSD y Gobierno lo pagarán en diciembre y contamos con ello, pero es cierto que nos obliga a cerrar la contabilidad del pasado año en enero», analiza. Obliga a eso y a tirar de crédito, del patrimonio de la directiva...

El panorama no pinta mejor porque, por ejemplo, aún no sabe la cuantía exacta de algunas ayudas públicas para esta temporada «aunque ya llevemos seis partidos» y porque prevé que la subvención saldrá «en abril o mayo». A pesar de eso, solo tiene palabras de apoyo para «los grandes profesionales de la Comunidad, que nos ayudan mucho, aunque nos vendría bien que el dinero llegase antes».