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la rioja
Jueves, 24 de febrero 2022, 19:54
En San Petesburgo se mantiene la calma mientras el caos estalla en Ucrania. De momento, las vidas de los residentes en Rusia siguen su curso, como la de Laura García, una riojana que vive en el país desde hace más de un año con su ... marido y sus hijos. «El conflicto reside en una zona en concreto y no está cerca de donde vivimos». Ese es el mensaje de tranquilidad que traslada a su familia, que pregunta preocupada cómo se vive la situación desde allí. «Nosotros seguimos haciendo vida normal, no vemos aviones volando por la ventana, no suenan las alarmas y no hay indicios de que vaya a cambiar», explica la riojana.
Laura y su marido Iñaki consumen la información de medios españoles porque no entienden ni hablan ruso. «Las noticias de España daban a entender que iba a ocurrir una guerra muy rápido pero, sin embargo, los amigos que tenemos aquí decían que no iba a llegar a estallar el conflicto», comenta Laura. Eso sí, la historia que contaban sus conocidos dio un giro hace tres o cuatro días. «De repente cambiaron de parecer y nos comentaban que ahora si creían que iba a haber una guerra», indica.
En Rusia hay dos tipos de personas: «Están los pro gobierno, que apoyan todo lo que haga Putin y los que están en contra», explica. Los rusos tienen otra mentalidad, «otra perspectiva diferente a los europeos». Sus tradiciones y su forma de pensar son diferentes porque «están acostumbrados a vivir en un régimen en el que les dicen qué hacer y qué pensar».
Desde Rusia el conflicto «se ve un poco lejos» pero en cambio esta riojana tiene un amigo médico que se encuentra en Ucrania que lo está pasando peor: «No pueden salir del país porque sus hijos son pequeños y los menores de 18 años han de quedarse para unirse y defender el país».
Lo que Laura no sabía es que estas tensiones empezaron hace años. Una amiga suya rusa le ha explicado que la situación con Ucrania esta mal desde 2014, «ellos no creen que vaya a pasar algo diferente a lo que ocurrió entonces pero los bombardeos que habido hoy en Kiev cambian un poco la perspectiva porque ellos no se imaginaban que fuera suceder esto».
Ahora tienen mucha incertidumbre pero la riojana cree que «hasta que los americanos no se muevan no nos tenemos porque empezar a preocupar». A pesar de esa sensación de tranquilidad, que puede volar por los aires en cualquier momento, la familia de la riojana piensa que van a notar los efectos de la guerra en otros aspectos como el económico. «Puede que en las transferencias de dinero haya sanciones y con nosotros se pueden dar cuenta fácil porque cobramos en rublos y si nuestra familia nos manda dinero sería en euros». También se notará mucho en el comercio: «Faltarán productos internacionales en el supermercado, ya ha pasado más veces».
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