Periódicos contra el olvido

A aquella niña la mataron con veinte meses. Se llamaba Begoña Urroz Ibarrola. Un grupo terrorista de nombre pomposo y absurdo, el Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación, se la cargó el 27 de junio de 1960. La pequeña Begoña se había quedado al cuidado de su tía abuela mientras su madre le compraba unos zapatos en la estación de Amara, en San Sebastián. Su caso apenas mereció unas líneas en los periódicos de entonces, todavía bajo la dictadura franquista. Resulta terrible, pero también aleccionador, que fuera una bebé de 20 meses la que inaugurase la oscura lista de víctimas de terrorismo en España, con más de 1.400 asesinatos en seis décadas. La mayoría de ellos, más de 800, llevaron la firma de ETA, pero también los hubo de Al Qaeda, del GRAPO o de la extrema derecha.

La imagen gigantesca y turbadora de esa Begoña feliz, captada días antes de morir reventada por una bomba, abre la exposición 'El terror a portada', que esta mañana se ha inaugurado en el Parlamento de La Rioja. La muestra, organizada por Vocento, la Fundación Víctimas del Terrorismo, el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo y el Gobierno regional, repasa a través de las portadas de los periódicos del grupo, entre ellos Diario LA RIOJA, la memoria de todas las víctimas del terrorismo. No es un paseo fácil ni agradable, pero sí necesario: «No podemos olvidarlos ni podemos dejar que se les olvide. El olvido es morir dos veces», resumió la presidenta de La Rioja, Concha Andreu, en la inauguración de la muestra.

La exposición se detiene especialmente a examinar las huellas del terror en la comunidad autónoma. Desde aquella portada del Diario LA RIOJA del 23 de julio de 1980, con la muerte del teniente Francisco López Bescós, hasta las imágenes del secuestro y de la liberación de Ortega Lara, titulares y fotografías van componiendo un puzle lúgubre que fue acumulando piezas negras hasta que, hace diez años, los periódicos pudieron recoger la noticia que llevaban décadas esperando ofrecer: la derrota democrática de ETA. Una historia de la que los periodistas no solo fueron testigos, sino también objetivos, en el sentido más torcido de la palabra. «Los periódicos de Vocento tenemos especial atención en dar voz a las víctimas. Estamos comprometidos en un ejercicio de memoria para que no vuelva a suceder», señaló el presidente del Grupo Vocento, Ignacio Ybarra.

La muestra, cuya comisaria es la periodista María Jiménez Ramos, permanecerá visitable en el vestíbulo del Parlamento desde hoy y hasta el 19 de marzo, de lunes a viernes (de 16 a 20 horas) y los sábados (de 10 a 13 horas). El presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Tomás Caballero, hizo especial hincapié en que las nuevas generaciones, que han crecido sin conocer el impacto cotidiano del terrorismo, descubran esta trágica historia: «Debemos concienciarles de que la violencia nunca es el camino», sentenció Caballero. El presidente de la Cámara regional, Jesús María García, anfitrión de la exposición, reivindicó el Parlamento como «el mejor lugar para recordar la sinrazón que durante décadas amenazó a nuestra sociedad». Una sociedad que acabó derrotando al terrorismo, pero que tuvo que lamentar que más de 1.400 biografías quedaran truncadas de repente. En ocasiones, como en el caso de Begoña Urroz, cuando ni siquiera habían llegado a escribir su primer renglón.