Pérez Sáenz: «Yo amo a España»

El discurso de Pérez Sáenz se ha basado, en efecto, en una reivindicación de la unidad de España que debería convivir, a su juicio, con el enaltecimiento de la diversidad territorial, empezando por la defensa de todas las lenguas que habitan en el país. Su mensaje ha servido también para subrayar la importancia de la noción de política, en un tiempo donde esta idea juzga «deteriorada», canalizada a través de una advertencia: el servicio público es «incompatible» con el enriquecimiento económico personal.

Y tercera idea fuerza: perseverar en la mejora de la seguridad ciudadana, con especial énfasis en la defensa de las mujeres. Su alegato contra la violencia doméstica ha inundado de silencio la abigarrada sala donde acababa de tomar posesión, prometiendo el cargo sobre un ejemplar de la Constitución abierto curiosamente por su artículo 155. Una estupenda metáfora de los nuevos tiempos que corren en la política española. Y también en la regional, que Pérez Sáenz pretende que se administre desde el entendimiento entre administraciones, bajo este deseo, dirigido precisamente hacia Ceniceros: «Que los riojanos sepan que somos capaces de entendernos». Un propósito para el que el nuevo delegado tiene ya claras sus prioridades: cohesión social, desarrollo económico, lucha contra la despoblación y mejora de las comunicaciones. «No me gustan las islas», ha concluido