Los peligrosos 'cofres' que compran tus hijos

El Ministerio de Consumo ha lanzado una propuesta de ley para prohibir que los menores usen lo que se llama 'Mecanismos Aleatorios de Recompensa' (MAR). Algo que en el argot del juego electrónico se conoce como 'loot boxes', o 'cajas de botín'. Son unos mecanismos altamente adictivos, una especie de pequeñas tragaperras incrustadas sobre todo en los juegos online, que tienen un poder de adicción (y de gasto) muy grande.

En la mayoría de los juegos, el personaje con el que uno juega necesita desarrollarse. Es imprescindible, digamos, más fuerza, más experiencia, más poder mágico... o una espada tremebunda y una armadura impenetrable. Muchas de esas cosas se consiguen con la propia dinámica del juego, según uno va superando etapas y matando villanos. Pero otras...

Otras solo se pueden conseguir mediante esas 'loot boxes'. Puede ser un cofre, una caja sorpresa, un regalo, mediante el que uno consigue ventaja frente al juego o, mas importante aún, frente a otros jugadores.

Lo principal del asunto es que uno no sabe lo que consigue. Hay una probabilidad de tener una gran recompensa, pero la mayoría de las veces lo que se obtiene es mediocre.

Pues pagando. Puede ser directamente, o de modo indirecto, comprando 'dinero del juego'. Es habitual que una cierta cantidad de esa 'moneda del juego' pueda conseguirse gratis durante la misma aventura. Pero nunca es suficiente para abrir los cofres que uno necesita.

Las 'loot boxes' están muy bien pensadas para generar más adicción. Por ejemplo, es habitual que en los primeros momentos del juego se consiga una o varias de forma gratuita, y que en ellas haya objetos de un cierto valor. Y también es habitual que la probabilidad de obtener objetos de más valor (una espada con más poder de destrucción, por ejemplo) crezca según uno compra cofres más caros o según la cantidad de cofres que uno adquiera. En todo caso, el mecanismo es el mismo que en cualquier lotería: ganar un premio gordo es difícil, ganar muchos mediocres es muy fácil.

La mayoría de los juegos , sobre todo los que se juegan en dispositivos móviles y online, son lo que se conoce como 'freemium'. Es decir, son totalmente gratis y se puede jugar con ellos de un modo bastante razonable sin tener que pagar nada, pero si uno quiere ser realmente bueno o tener posibilidades reales de avanzar, acaba teniendo que pagar de algún modo. Curiosamente, los juegos que venden directamente objetos a un precio fijo acaban teniendo menos beneficios que los que utilizan estos 'cofres misteriosos', mucho más adictivos.

El pago en estos juegos suele ser automático... si el dispositivo está configurado así. Asegúrese de que antes de hacer ninguna compra en el móvil o tablet al que juegan sus hijos éstos tengan que introducir una contraseña que usted conozca y ellos no. Para ello, revise la configuración de las tiendas de Google (o Apple), que son las que gestionan estas compras. Así a los niños no les quedará más remedio que pedirles permiso antes de cada compra.