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El perro Nilo disfruta tras correr por un trigal de La Rioja, algo que se debe evitar por respeto al cultivo y por la propia salud del animal. D. M. A.
El peligro del perro entre el centeno
Animaladas

El peligro del perro entre el centeno

Mascotas. Aunque a los cánidos les encanta correr por el trigo, debe evitarse porque es un riesgo para su salud y por respeto al agricultor

Diego Marín A.

Logroño

Domingo, 30 de junio 2024, 20:50

Con el inicio del verano los campos de trigo se encuentran en su máximo esplendor. Muchos cultivos de cereal han empezado ya a ser segados y los que no pueden resultar una tentación para los perros. Correr por los trigales es algo que les encanta a los cánidos, con lo que disfrutan como niños, ya sea por la sensación o porque persiguen el rastro de otros animales, como conejos y perdices que pueden tener sus madrigueras y nidos en el terreno, puesto que les ofrece protección visual. Pero este comportamiento del perro es algo que se debe evitar, principalmente, por respeto al agricultor, para preservar y no dañar su cultivo, pero también por la seguridad del perro puesto que, aunque no lo parezca, los trigales pueden suponer un verdadero peligro para la salud del animal, pese a su inofensiva apariencia.

«La textura del trigo puede ser muy estimulante para el perro y disfruta corriendo, más aún si es detrás de un animal. Por mucho que sea beneficioso a nivel emocional, en este caso debe primar la parte veterinaria, que puede suponer un grave problema», explica Ana Rodríguez, educadora canina de Dejando Huella. «Hay que tener mucho cuidado con las espigas porque son muy finas y pequeñas y pueden entrar por cualquier orificio del animal, no solo hocico u orejas, también en los ojos y boca, además de poder clavárseles en las patas y axilas», advierte Ana Rodríguez. Las espigas no solo se pueden clavar sino que se adentran en el cuerpo del animal y lo que en principio es un juego se convierte en un serio problema, provocando graves lesiones.

lla«Por mucho que sea beneficioso a nivel emocional, en este caso debe primar la parte veterinaria»

Ana Rodríguez

Dejando Hue

«A los perros les encanta correr, olfatear, descubrir... y es lo que tienen que hacer, es fundamental, pero ahí viene el problema de las espigas, que, en general, es un problemón», reconoce el veterinario Carlos Bustillo, de la clínica Bustillo Veterinarios de Logroño, en la que durante la semana pasada atendieron varios casos en los que han tenido que extraerlas. «Se clavan en las patas o se introducen por los oídos o la vagina y atraviesan la piel desarrollando una infección que se manifiesta por fístulas», detalla Carlos Bustillo.

«Las espigas se clavan en las patas o se introducen por los oídos o la vagina desarrollando una infección»

Carlos Bustillo

Bustillo Veterinarios

Un síntoma puede ser que el perro no pare de rascarse para intentar quitarse la molestia, y en tal caso es necesario acudir a un veterinario porque normalmente se requiere anestesiar al animal para proceder a la extracción. «Las espigas pueden introducirse en el aparato respiratorio, es terrible», admite Bustillo. Por eso, para prevenir, si no hemos podido evitar que el perro corra por un trigal, o por si acaso no nos hubiéramos dado cuenta, es conveniente inspeccionarlo al regresar a casa. «Debemos comprobar bien que no tienen nada entre los dedos, las patas, orejas... para evitar problemas», recomienda Bustillo. El corte de pelo en los perros también puede favorecer que las espigas no se adhieran.

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