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Atención Primaria tiene un problema grave, de presente, pero sobre todo a futuro, que impacta en el pilar principal de sus cimientos, el del déficit ... de profesionales. Junto a la escasez de médicos de familia, las sombras de inquietud se ciernen sobre otra especialidad clave, Pediatría.
Lo acaba de advertir la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), que en su reciente congreso ha alertado del empeoramiento de la situación al incrementarse el número de plazas sin cubrir por pediatras hasta alcanzar el 32% de la existentes en España, con tasas excepcionalmente graves en Castilla-La Mancha (57,3%), Comunidad Valenciana (44%) o Andalucía (42,9%). Un escenario en el que La Rioja puede sacar pecho, ya que, con solo el 12% de plazas sin cubrir, está a la cabeza de un ranking en el que solo es superada por Cantabria (2,5%), Aragón (8,6%) y Asturias (10,5%); pero que, sin embargo, lideraba en 2018, con el 0,0%.
«La Rioja está en muy buena situación, aunque peor que en 2018 y, claro, todavía en Primaria no se ha hecho el recambio generacional y sabemos que va a haber más jubilaciones y que esta situación puede empeorar aún más. Es cierto que pediatras hay, pero cuesta mucho que lleguen a Primaria a trabajar. La formación de los residentes es sobre todo hospitalaria y al finalizar uno tiende a querer quedarse en donde se ha formado», asevera Elisa de Miguel, presidenta de la Asociación Riojana de Pediatras de Atención Primaria (Arpap), integrada en la AEPap, quien defiende que «la Administración debe ofrecer unos contratos con una estabilidad laboral que hagan apetecible que las personas quieran venir a trabajar a Primaria, porque ese es el primer escalón sanitario y lo deseable siempre es que el paciente sea visto por un pediatra, pero no siempre es fácil, cada vez cuesta más encontrar médicos».
En noviembre se jubiló un pediatra y durante este 2025 se cree que habrá otras dos o tres, aunque es una estimación porque los médicos pueden prolongar su vida laboral hasta los 70 años.
Elisa de Miguel
Presidenta de ARPAP
Begoña Ganuza
Gerente de Atención Primaria
«Las vacantes que aparecen en el informe de la AEPap no son plazas sin dueño, tienen pediatra, pero, por circunstancias, están sin cubrir, bien sea por jubilaciones, bajas o reducciones», aclara Elisa de Miguel, quien, tras detallar que «un cupo óptimo en Pediatría tiene que tener entre 800 y 1.000 pacientes», sí defiende que «los pacientes están siendo muy bien atendidos gracias al esfuerzo de compañeros que acumulan cupos y por la colaboración de otros que prolongan su jornada».
Poco más se puede hacer en el mapa actual. La presidenta de los pediatras riojanos admite que «esa no es nuestra propuesta, porque la continuidad y la excepcionalidad en la asistencia no se consigue así, pero somos conscientes de que se ha intentado buscar profesionales y no se han logrado».
Además de la histórica demanda de que todos los profesionales sean pediatras de equipo (adscritos a un centro de salud) y no pediatras de área (con labores en distintas zonas básicas de salud), desde Arpap se urge al Servicio Riojano de Salud (Seris) a «trabajar en la búsqueda de un equilibrio entre la estabilidad laboral de los que ya estamos y, a la vez, captar talento de fuera, que puedan querer venir compañeros de otras comunidades a La Rioja», detalla la presidenta de la asociación, quien admite que «es verdad que desde hace unos años ya se está haciendo, se están convocando ofertas públicas de empleo de manera seriada y concursos de traslado, con lo que se consigue que al final esas plazas se estabilicen». E insiste: «Estamos en una situación muy buena comparativamente, pero al final esto se va a convertir en una competición de qué puedes ofrecer, en un pulso con otras comunidades y con el ámbito hospitalario. Hay que intentar atraer talento y cuidar al que tienes».
Desde el Seris se coincide en parte en el diagnóstico. «Aquí en La Rioja hay 40 plazas de Pediatría de equipo de área y casi el 100% está cubierto, ya que solo tenemos pendiente de cubrir una de reciente creación en el centro de salud de Arnedo, donde, de momento, se atiende con pediatras que van desde Logroño», concreta Begoña Ganuza, gerente de Atención Primaria, quien también cita el caso de Autol, «el único centro de salud que no está cubierto por pediatra, pero donde no hay problema alguno porque hay una médico de familia dedicada en exclusiva desde hace 16 años que cubre la atención de los niños. Y también hay una pediatra que está de excedencia, se reincorpora ya en abril, cuya ausencia se cubre también con jornadas de apoyo extraordinarias de especialistas que van desde Logroño por las tardes».
La responsable de Primaria confiesa un optimismo con cautelas. «A fecha de hoy estamos bastante bien, no nos podemos quejar respecto a la situación de otras comunidades», asevera, para admitir que «no es fácil encontrar profesionales. Tenemos la bolsa cero, no hay ningún pediatra en paro y por eso está siendo muy complicado cubrir esa plaza de nueva creación en Arnedo». Con algunas jubilaciones inminentes, Ganuza recuerda que el problema es nacional, «en otras comunidades se está cubriendo el déficit con médicos de familia, pero nosotros, aunque están capacitados, no quisiéramos llegar a eso. Así que seguiremos trabajando, sacaremos oferta de empleo público y trataremos de hacer esta comunidad atractiva para los pediatras de otras regiones y fidelizar a los que tenemos».
«La situación de falta de pediatras de Atención Primaria se ha hecho crónica y en la actualidad ninguna comunidad garantiza a los niños, niñas y adolescentes el derecho a contar con un pediatra de Atención Primaria que le atienda en su centro de salud». Esta es la principal denuncia surgida del reciente congreso celebrado por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
Su advertencia llega, además, con una radiografía comparativa en la que se cruzan los datos de 2018 y 2024 de plazas de Pediatría en Atención Primaria sin especialista, que ha crecido desde el 26 al 32%. El diagnóstico es demoledor: «Más de 1,9 millones de niños y niñas en España no tienen un especialista en pediatría en atención primaria, 360.000 más que en 2018», advierte la asociación que cifra en 2.130 los nuevos profesionales de esta especialidad que precisaría Atención Primaria, el 32% más que los 6.178 actuales, para cubrir las plazas ocupadas por médicos no especialistas en pediatría, las bajas no cubiertas y las reducciones de jornada no cubiertas.
«Las Administraciones han dejado que la situación en los centros de salud empeore y han volcado todos sus recursos en la atención hospitalaria. No les preocupa la pediatría en la Atención Primaria», lamentó Pedro Gorrotxategi, presidente de AEPap.
En este escenario, según la asociación, la falta de personal obliga a los pediatras de Primaria a manejar cupos muy por encima de los mil niños recomendados por doctor, a la vez que se detecta un desplazamiento de recursos de Pediatría hacia los hospitales, «donde el número de pediatras en este tipo de centros esté inflado».
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