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El uso de pantallas por parte de los niños es un asunto de plena actualidad. Un debate que se reabre cada poco tiempo con decisiones ... como la de la Comunidad de Madrid de regular su uso en las aulas. Es un tema, además, con numerosas aristas y una de las más importantes es la de salud. ¿Cómo afectan las pantallas a los más pequeños? ¿Qué consecuencias tiene el abuso de los dispositivos electrónicos en ellos?
Preguntas ante las que los pediatras tienen una respuesta clara: los riesgos son abundantes y, por lo tanto, no dudan en desaconsejar su uso en las edades más tempranas. «En los menores de seis años hay una evidencia científica suficiente como para demostrar que un excesivo uso de las pantallas puede perjudicar el desarrollo del niño», apunta Elisa de Miguel, presidenta de la Asociación Riojana de Pediatría de Atención Primaria. «Ahí si podemos ser firmes en la recomendación de no utilizarlas», añade.
En esa línea van las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría. «Cero pantallas, no existe un tiempo seguro», se puntualiza desde la organización cuando se habla de los menores de seis años. Ese límite de edad es una novedad con respecto a pautas anteriores. «Antes se ponía en los dos años y ahora ha subido hasta los seis», recalca Cristina Toledo, quien incide en que en edades muy tempranas, el uso excesivo de pantallas «limita muchísimo el desarrollo del lenguaje». «Un niño de dos o tres años que pasa mucho tiempo con una pantalla no se va a estimular igual que uno que está jugando en el parque, ni a nivel motor, ni cognitivo, ni social...», enumera la profesional, que también es vocal de la Asociación Riojana de Pediatría de Atención Primaria.
¿EXISTE UN USO RECOMENDADO DE PANTALLAS PARA NIÑOS?
De 0 a 6 años
CERO pantallas, no existe
un tiempo seguro
Como excepción y bajo supervisión del adulto se puede usar para el contacto social con un objetivo concreto
Por ejemplo, que la persona que está al otro lado de la pantalla le cuente un cuento o le cante una canción
De 7 a 12 años
Menos de UNA hora, (incluyendo
el tiempo escolar y los deberes)
Limitar el uso de los dispositivos con acceso a Internet
Priorizar los factores protectores: actividades deportivas, relaciones con iguales cara a cara, contacto con la naturaleza, sueño, alimentación saludable...
Si se decide que utilicen un dispositivo es recomendable que sea bajo la supervisión de un adulto, con dispositivos fijos y evitar el baño y dormitorio
Pactar límites claros previamente tanto en tiempo como en contenidos adaptados a la edad
De 13 a 16 años
Menos de DOS horas, (incluyendo el tiempo escolar y los deberes)
Si se permite el acceso a dispositivos - sin ser la única medida que se tome- instalar medidas de control parental
Priorizar el uso de teléfonos sin acceso a Internet
Retrasar la edad del primer móvil inteligente (con conexión a Internet)
Gráfico: J.A. Salazar
Fuente: Asociación Española
de Pediatría
¿EXISTE UN USO RECOMENDADO DE PANTALLAS PARA NIÑOS?
De 0 a 6 años
CERO pantallas, no existe un tiempo seguro
Como excepción y bajo supervisión del adulto se puede usar para el contacto social con un objetivo concreto
Por ejemplo, que la persona que está al otro lado de la pantalla le cuente un cuento o le cante una canción
De 7 a 12 años
Menos de UNA hora, (incluyendo el tiempo escolar y los deberes)
Limitar el uso de los dispositivos con acceso a Internet
Priorizar los factores protectores: actividades deportivas, relaciones con iguales cara a cara, contacto con la naturaleza, sueño, alimentación saludable...
Si se decide que utilicen un dispositivo es recomendable que sea bajo la supervisión de un adulto, con dispositivos fijos y evitar el baño y dormitorio
Pactar límites claros previamente tanto en tiempo como en contenidos adaptados a la edad
De 13 a 16 años
Menos de DOS horas, (incluyendo el tiempo escolar y los deberes)
Si se permite el acceso a dispositivos - sin ser la única medida que se tome- instalar medidas de control parental
Priorizar el uso de teléfonos sin acceso a Internet
Retrasar la edad del primer móvil
inteligente (con conexión a Internet)
Gráfico: J.A. Salazar
Fuente: Asociación Española de Pediatría
¿EXISTE UN USO RECOMENDADO DE PANTALLAS PARA NIÑOS?
De 0 a 6 años
De 7 a 12 años
De 13 a 16 años
CERO pantallas, no existe un tiempo seguro
Menos de UNA hora,
(incluyendo el tiempo escolar y los deberes)
Menos de DOS horas,
(incluyendo el tiempo escolar y los deberes)
Como excepción y bajo
supervisión del adulto se puede usar para el contacto social con un objetivo concreto
Limitar el uso de los dispositivos con acceso a Internet
Si se permite el acceso a
dispositivos - sin ser la única medida que se tome- instalar medidas de control parental
Priorizar los factores protectores: actividades deportivas, relaciones con iguales cara a cara, contacto con la naturaleza, sueño, alimentación saludable...
Por ejemplo, que la persona que está al otro lado de la pantalla le cuente un cuento o le cante una canción
Priorizar el uso de teléfonos sin acceso a Internet
Retrasar la edad del primer móvil inteligente (con conexión a Internet)
Si se decide que utilicen un dispositivo es recomendable que sea bajo la supervisión de un adulto, con dispositivos fijos y evitar el baño y dormitorio
Pactar límites claros previamente tanto en tiempo como en contenidos adaptados a la edad
Gráfico: J.A. Salazar
Fuente: Asociación
Española de Pediatría
Además de eso, Toledo explica que también se pueden producir alteraciones en el sueño. «Si un niño está jugando con el móvil y luego pretendemos que se duerma no lo va a hacer y, en consecuencia, va a tener menos horas de sueño, problemas de insomnio y en el colegio estará más irritable porque ha dormido mal», cuenta al hablar no solo de los menores de seis años, sino del resto de edades infantiles. «La repercusión es muy global porque el tiempo que se emplea con el móvil o la tablet no se dedica al ejercicio físico y porque si, además, un niño está haciendo los deberes y, de vez en cuando, le entran notificaciones en el móvil es imposible que esté centrado y la cosa puede derivar en fracaso escolar», concluye.
Pese a esas afecciones, Toledo incide en «no demonizar las pantallas». Hay que poner, según cuenta, todo en un contexto. «En casa, por ejemplo, no es lo mismo que la familia se junte para ver una película y que luego se genere un espacio para comentarla que un niño esté solo con la tablet viendo un vídeo de Youtube tras otro», señala la pediatra. «Y en los colegios pasa lo mismo, no es igual que pongan un fragmento de un vídeo para explicar algo que un alumno haga un ejercicio individual con su tablet;¿en serio es necesario utilizar aplicaciones para aprender a escribir?», se pregunta.
Elisa de Miguel
Pediatra
Cristina Toledo
Pediatra
En el ámbito escolar riojano no existe una reglamentación sobre el uso de estos dispositivos, pero sí hay unas pautan que hablan de usarlos únicamente con un prisma pedagógico y con la supervisión de un docente. Aun así, Toledo llama a la precaución en este terreno. «En la medida en la que se normaliza su utilización en las escuelas, las familias les tienen menos miedo», certifica.
Preguntadas por si las familias son conscientes de todos esos riesgos, la presidenta de la Asociación Riojana de Pediatras de Atención Primaria responde. «Los padres conocen que el uso puede ser nocivo, pero no creo que sepan hasta qué punto las consecuencias pueden ser graves», opina Elisa de Miguel. «Se suele enfocar el tema en prevenir las posibles adicciones futuras, pero hay que ver también los efectos negativos en los niños de menos edad», apostilla la pediatra riojana.
Cristina Toledo, por su parte, reconoce que existen dificultades para concienciar sobre este asunto. «Siempre pongo el mismo ejemplo:hace unos años se hizo una labor de concienciación sobre el consumo de azúcar y dio sus frutos porque parece que está más interiorizado al ser algo que afecta la población adulta», expone. «Con las pantallas no pasa lo mismo, pero tenemos que tener claro que para la niñez es un momento de desarrollo crucial», concluye.
Los pediatras riojanos son conscientes de la dificultad de cumplir con las recomendaciones con respecto al uso de las pantallas. Cristina Toledo define como «una rara avis» la familia que restringe su uso a menores de seis años y Elisa de Miguel admite que «hay que ser consciente del mundo en el que vivimos». «Los niños aprenden con el ejemplo y los adultos tenemos todo el día las pantallas en la mano», sentencia la profesional sanitaria.
Por ese motivo, De Miguel considera que «prohibir sin poner otras medidas» no resulta suficiente. «Es un tema de prevención, de que las familias sean conscientes de la repercusión que puede tener el uso de móviles o tablets en las etapas primarias», señala. «Y no tiene sentido prohibirlos en el colegio si luego en casa hay una barra libre de pantallas o ven a sus padres conectados a un dispositivo a todas horas», remata la presidenta de la Asociación Riojana de Pediatras de Atención Primaria.
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