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LA RIOJA
Miércoles, 15 de febrero 2023
El paso del tiempo, el abandono, la despoblación, el cambio de modas, las desamortizaciones... Hay decenas de razones para explicar lo que parece inexplicable: la desaparición del patrimonio histórico y artístico que es, al fin y al cabo, la desaparición del espejo en el que nos miramos, el adiós a lo que fuimos y nos hacer ser como somos.
Pero la realidad es tozuda y en un país que alardea de riqueza patrimonial siguen escurriéndose hacia el abismo decenas de construcciones (religiosas, civiles, industriales...) con un futuro más que negro, ya que en demasiadas ocasiones o bien el deterioro acumulado o bien la propiedad o bien el coste de las intervenciones provocan que nadie le ponga el cascabel al gato de la intervención y el tiempo continúe con su imparable trabajo de destrucción hasta que no queda piedra sobre piedra.
La Asociación Hispania Nostra se ha convertido en uno de los referentes de la denuncia (y el cuidado) del patrimonio español. Mediante denuncias particulares o de asociaciones, pone el foco en las obras artísticas que deberían perdurar pero que están condenadas a desaparecer.
En La Rioja, casi una veintena de edificaciones engrosan este catálogo de desgracias aunque siempre hay motivos para la esperanza. De la ruina también se sale. Lo ha demostrado la fábrica de harinas La Gloria, de San Millán de la Cogolla, y también están en ese proceso los azulejos de los bancos de Pradillo o el viaducto de San Martín de Ortigosa. Pero es obligado recordar a quienes siguen en ese purgatorio.
El último en entrar en la lista de Hispania Nostra. Un lugar singular del valle del Jubera, una construcción que data del siglo X y cuya última intervención se remonta al siglo XIX, después de la Guerra Carlista. El Ayuntamiento de Santa Engracia tiene interés en que se rehabilite, pero cuestiones de propiedad y económicas lo impiden por ahora.
La ermita de Cellorigo remonta sus orígenes al siglo IX aunque su construcción se rehizo en el siglo XII y, posteriormente, ha sufrido añadidos y cambios. Un pequeño templo de una sola nave que mantiene parte de los paramentos y la cabecera, pero en estado de ruina.
Funcionó durante buena parte del siglo XIX aunque sus orígenes se pueden remontar un poco más en el tiempo. Se mantiene parte del alto horno aunque se han perdido muchos otros elementos que convertían a este construcción (actualmente de propiedad particular) en uno de los referentes industriales del valle del Cárdenas y de La Rioja Alta.
Una de las imágenes más reconocibles de la ciudad calceatense, junto a la torre de la catedral. La asociación Ayuela y buena parte de los vecinos se han movilizado para salvar este icono pero, de momento, los proyectos no se materializan y continúa el deteioro de parte de sus paños y torreones.
Es de origen románico, aunque fue reconstruida y ampliada durante el siglo XVI. Su estado es de ruina total, sin techumbre y con problemas en sus muros. Eso sí, de momento se mantiene en pie su elegante y estilizada espadaña.
La Asociación de Amigos de la Historia de Alfaro, apoyada por el colectivo Hispania Nostra, ha realizado ya una campaña de micromecenazgo y se ha puesto en contacto con la fundación propietaria del templo, que data del siglo XVII, para intentar sacarlo de su situación de abandono y ruina. De momento, se mantiene sostenido por puntales.
Este castillo cuyo origen se remonta al siglo XIII fue adquirido en 2019 por Bodegas CVNE, que en 2021 comenzó los trabajos de rehabilitación. Su estado era de ruina y corrían riesgo las murallas y torres. El objetivo de la firma es estudiar los restos que se encuentren y rehabilitar el conjunto.
A pesar de la aparente contundencia de sus muros, al templo de Pedroso le falta la rechumbre y presenta un estado interior de abandono total. Datado en el siglo XVII y vinculada a Juan de Pedroso, caballero de Santiago que mandó ser sepultado en el templo.
Una construcción civil del siglo XVIIII en la que moraron los condes de Hervías. El palacio sufrió diversas modificaciones y estas cabaron provocando el colapso de buena parte del inmueble. La familia propietaria desde mediados del siglo XX aseguraba hace unos años no poder afrontar la reconstrucción.
El conjunto rupestre que se encuentra a las puertas de los Cameros ha sido utilizado desde tiempos inmemoriales, aunque fue en el siglo XIII cuando tomó su forma de abrigo adherido al farallón que da al barranco Pavía. Se trata de dos torres fuertes que se encuentran en peligro de colapso.
Continúa en la Lista Roja este magnífico ejemplo de arquitectura del Camero Viejo. La techumbre fue cubierta por un tejado metálico para evitar su ruina. Hace ya más de una década también sufrió daños en las escaleras de la torre.
Data del siglo XVI y se encuentra en un estado de abandono total. Mantiene trazos de su torre aunque la techumbre y el coro se encuentran destruidos. En su interior aún se perciben restos de pinturas parietales.
Otra joya que ha recibido el cariño de sus vecinos después de décadas de abandono. Con una presencia espectacular, a medio camino entre templo y fortificación, la también denominada iglesia del Dulce Nombre de María se remonta al siglo XII y aún conserva parte de sus bóvedas y su torre.
Un pequeño templo gótico que no llegó a construirse totalmente y que sufrió los rigores del siglo XIX, ya que fue quemada en 1808 y volada por Martín zurbano en 1836. Sigue ofreciendo su compacta imagen a las faldas de Toloño.
Otra aldea abandonada del Camero Viejo cuyo templo se mantiene, a duras penas, en pie. Original del siglo XVI aunque con su torre ampliada en el siglo XVII presenta una factura compacta, especialmente en su cabecera, aunque su estado es de total abandono.
Una iniciativa popular quiere recuperar este cenobio que durante siglos fue uno de los motores religiosos y económicos de La Rioja. Mimetizado con las rocas de los Cameros y guardián del valle del Leza, la desamortización de Mendizábal fue la puntilla a un monasterio que había sobrevivido a una convulsa historia.
Original del siglo XIII, fue uno de los primeros templos cistercienses en España. Hace casi dos décadas se produjeron unos voluntariosos trabajos de restuaración para recrear teatralmente 'El miserere del Yerga', de Bécquer, pero su estado es de semirruina.
AUX STEP FOR JS
Hay que insistir, invertir y trabajar, pero este callejón de destrucción y abandono también tiene su salida. E Hispania Nostra lo reconoce con su denominada 'Lista verde', aquellos monumentos recuperados. En La Rioja, oficialmente, hay dos aunque otros dos (los bancos de Pradillo y el viaducto de Ortigosa) también van a pasar a este estado.
Uno de los ejemplos de arquitectura industrial riojana. Un laborioso trabajo de restauración ha sacado a este conjunto de la ruina y lo ha convertido en un reclamo turístico con museo, restaurante, hotel... Incluso Voces de la Lengua lo ha elegido como escenario para piezas de su programación.
En plena ribera de Leza de río Leza se encuentra esta pequeña construcción que estaba abandonada pero que, gracias al empeño de los vecinos y a las ayudas del Gobierno de La Rioja se rehabilitó con una inyección económica de 100.000 euros.
Los vecinos de la localidad camerana se movilizaron para salvar un puente icono de la localidad y una de las obras pioneras del hormigón en España. Sus obras de restauración, con un presupuesto superior al medio millón de euros, comenzaron en junio de 2022 y deberían cerrarse en los próximos meses.
Recién restaurados, los conductores de la N-111 pueden disfrutar ya de los llamativos y coloridos carteles de cerámica que ornan los bancos de Pradillo. Una obra publicitaria del siglo XX pero con un indudable encanto. Había sufrido los rigores de la carretera, el clima y los desaprensivos pero brilla de nuevo.
AUX STEP FOR JS
También Hispania Nostra contempla una 'Lista negra' para los edificios que no volverán. En La Rioja solo hay un caso catalogado, el del Palacio de Inestrillas, una construcción que se derrumbó el 31 de enero de 2021.
En 2021 se produjo el derrumbe total de una construcción singular, que se encontraba adosada a un farallón rocoso y que recibía el apelativo de Palacio, aunque en su larga historia había sido de todo, desde cárcel a corral pasando por vivienda.
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