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Haro. Bodegas Muga, en el Barrio de la Estación, una de las pocas muestras de arquitectura industrial reconocida por su interés cultural. JUSTO RODRÍGUEZ
El patrimonio más olvidado y peor protegido
Legado industrial

El patrimonio más olvidado y peor protegido

El rescate de la presa de La Retorna, en Brieva, pone sobre la mesa el difícil futuro de muchas obras de los siglos XIX y XX que marcaron la vida cotidiana de la región

Pío García

Logroño

Domingo, 3 de diciembre 2023

El Boletín Oficial de La Rioja publicaba el pasado lunes una disposición de la Dirección General de Cultura por la que incoaba expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) «del aprovechamiento hidroeléctrico del salto de La Retorna y su entorno de protección». Sobre aquella humilde presa del río Najerilla, en el término municipal de Brieva, pesaba una sentencia de muerte. La Confederación Hidrográfica del Ebro, poco atenta a las vicisitudes históricas, había decretado su eliminación hace un año. Un informe del Servicio de Aprovechamientos Hidroeléctricos requería al titular de la concesión, Iberdrola, para que presentara «un proyecto de demolición de los elementos que se encuentren en dominio público hidráulico en los ríos Najerilla y Brieva, así como los elementos de la central que atraviesan de forma aérea o subterránea estos ríos (sifones, puentes, acueductos...)». El Colegio de Ingenieros de Caminos de La Rioja, sin embargo, sostenía otra opinión e impulsó la declaración de La Retorna como Bien de Interés Cultural.

Querían proteger una temprana y singular obra del ingeniero logroñés Carlos Fernández Casado, uno de los grandes pontífices («constructor de puentes») del siglo XX. El aprovechamiento hidráulico de La Retorna propició la construcción de algunas obras de ingeniería de gran valor, como los acueductos sobre los ríos Najerilla y Brieva o la presa de arco-gravedad, «una de las pocas que todavía existen». «Sabemos, además, que esta era una de las obras de las que más orgulloso se sentía Fernández Casado y eso que fue uno de sus primeros trabajos», apunta Miguel García Manzanos, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos de La Rioja. El Consejo de Patrimonio se pronunció, por unanimidad, sobre la necesidad de brindar protección a La Retorna.

Ortigosa. Puente de San Martín, rehabilitado y protegido como BIC (arriba). Ezcaray. La Real Fábrica de Paños, reconocida como Bien de Interés Cultural en 1992 (izquieda). Logroño. Chimenea de la antigua Tabacalera. D. Marin., Sonia tercero y Juan Marín
Imagen principal - Ortigosa. Puente de San Martín, rehabilitado y protegido como BIC (arriba). Ezcaray. La Real Fábrica de Paños, reconocida como Bien de Interés Cultural en 1992 (izquieda). Logroño. Chimenea de la antigua Tabacalera.
Imagen secundaria 1 - Ortigosa. Puente de San Martín, rehabilitado y protegido como BIC (arriba). Ezcaray. La Real Fábrica de Paños, reconocida como Bien de Interés Cultural en 1992 (izquieda). Logroño. Chimenea de la antigua Tabacalera.
Imagen secundaria 2 - Ortigosa. Puente de San Martín, rehabilitado y protegido como BIC (arriba). Ezcaray. La Real Fábrica de Paños, reconocida como Bien de Interés Cultural en 1992 (izquieda). Logroño. Chimenea de la antigua Tabacalera.

La declaración de BIC, en su categoría de «monumento de la ingeniería», puede salvar de la picota la presa y los acueductos de La Retorna, que se librarán así de seguir el destino de muchas otras obras, desaparecidas tras haber completado su vida útil sin que nadie clamara por su protección. En el mismo cauce del Najerilla, el puente de hierro de Arenzana, sobresaliente pieza de los ingenieros Machimbarrena, Pagola y Palomo, que llevaba en pie desde el año 1925, se derrumbó estrepitosamente en octubre del año 2020, al no poder soportar el peso de un camión cisterna de la comunidad autónoma que lo atravesaba cargado de truchas. La declaración como Bien de Interés Cultural llegó tarde.

Desde el Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos se ha asumido la tarea de elaborar un catálogo de puentes, acueductos, presas y otras piezas que deberían gozar de protección. «La idea es que ese catálogo sea un elemento vivo», explica García Manzanos. Uno de los elementos ya recogidos en este elenco es la presa de Añamaza, en Valdegutur (Cervera del Río Alhama).

Patrimonio industrial

Aunque nadie duda de la necesidad de proteger puentes medievales como los de San Vicente de la Sonsierra o Briñas o acueductos romanos como el de Alcanadre, resulta más difícil apreciar la singularidad de obras de ingeniería contemporáneas, como el formidable viaducto de Ortigosa, declarado Bien de Interés Cultural en 2021 tras una constante movilización vecinal.

El antropólogo Iñigo Jauregui propone elaborar un inventario que recoja todos los bienes de este tipo que quedan

«El concepto inmovilista de patrimonio ha ido cambiando en los últimos años», advierte el consejero José Luis Pérez Pastor

Esta minusvaloración del patrimonio industrial no solo afecta a las obras públicas. Aunque la categoría es difícil de definir, muy pocas empresas históricas han merecido hasta ahora la categoría de BIC. La Real Fábrica de Paños de Ezcaray, un formidable edificio de piedra a la entrada de la villa, recibió esta consideración en 1992. También Bodegas Muga, en Haro, alcanzó este nivel de protección, al igual que todo el barrio jarrero de la Estación, en el que está enclavada. Sin embargo, otros edificios industriales (silos, harineras, telares, plantas hidroeléctricas o de embutidos) que han marcado la vida cotidiana de la región se ven abocados a la agonía y a la desaparición tras completar su vida útil. Una visita a Munilla, con sus antiguas, formidables y decrépitas instalaciones textiles y chocolateras, deja en el paseante sensaciones melancólicas y otoñales.

El antropólogo Iñigo Jauregui reclama una mayor atención a este legado olvidado y agonizante: «El único patrimonio que se ha atendido hasta ahora es el vinculado con la iglesia o con la realeza. Ahí se ha ido todo el dinero, pero el patrimonio industrial, el que surge en el siglo XIX, también es necesario porque explica de dónde venimos. Quizá tengamos un complejo de nuevos ricos y nos cueste asumir que nuestros abuelos trabajaron ahí, en los telares o en las minas». Jauregui propone, como primera tarea, elaborar un inventario que recoja todos los bienes de este tipo que quedan, «con su descripción, naturaleza y estado de conservación».

Arenzana. Puente de hierro, hundido en 2020 (derecha). Brieva. Presa de La Retorna. Félix Dominguez y CHE
Imagen secundaria 1 - Arenzana. Puente de hierro, hundido en 2020 (derecha). Brieva. Presa de La Retorna.
Imagen secundaria 2 - Arenzana. Puente de hierro, hundido en 2020 (derecha). Brieva. Presa de La Retorna.

En una tribuna publicada en octubre en este periódico, Jauregui se fijaba en el caso concreto del Alto Oja y proponía la creación de un parque de arqueología industrial en Ezcaray. «La nieve se va a acabar y habría que ir buscando alguna alternativa para mantener el turismo. Esta podría ser una. El Alto Oja reúne decenas de elementos arqueológicos de esta naturaleza», señala Jauregui.

Desde la administración, el consejero de Cultura, José Luis Pérez Pastor, también subraya el cambio de sensibilidad en el estudio del patrimonio histórico: «Lo que ahora llamamos BIC durante muchos años se llamó 'monumento nacional'; esa palabra remite a un inmueble artístico, normalmente de carácter eclesiástico o defensivo. Ese es un concepto muy inmovilista. En los últimos años del siglo XX ese concepto fue ampliándose e incorporando, por ejemplo, los paisajes culturales, el industrial o incluso el inmaterial». Pérez Pastor recalca el carácter «dinámico» del concepto de patrimonio y se muestra convencido de que más obras seguirán pronto el camino de La Retorna. «Esto va poco a poco –abunda–. La protección del patrimonio es un camino que no finaliza nunca».

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