Un paso hacia una vida normalizada y centrada en el protagonismo de cada uno

Los beneficiarios de esta ayuda, que supera los 21.000 euros, son 27 personas con discapacidad o trastorno mental. La necesidad de renovar y adquirir el equipamiento para ambos recursos es necesaria para potenciar la autonomía de las personas que viven en estas residencias con el objetivo de mejorar su calidad de vida.

«Nos enfrentamos a un cambio de enfoque en la prestación de nuestros servicios donde el empoderamiento de la persona con discapacidad toma protagonismo absoluto colocándose en el centro de la planificación y obligándonos a prestar servicios que se ajusten a las necesidades particulares de cada persona y su entorno», remarcan desde esta entidad riojana.

Para aquellas personas con aspiración de vivir de forma independiente, consideran que, hoy por hoy, la opción más viable es la modalidad de viviendas especializadas o servicio residencial, «donde podrían contar con apoyo profesional y estar incluidas en el entorno comunitario, contando con el soporte necesario según las circunstancias particulares de cada cual». Se trata de «un paso hacia una vida normalizada en lo posible y centrada en el protagonismo de cada persona». No se considera a la persona usuaria de los servicios que presta la organización, «sino que cada persona es usuaria de los apoyos individuales que necesita para la realización de sus proyectos personales».

La relevancia de este proyecto viene determinada por la necesidad de renovar y adquirir el equipamiento para los recursos residenciales. Respecto a la residencia de la calle Juan Lobo, tras 19 años en funcionamiento muchos de los materiales se han quedado obsoletos. En cuanto a las viviendas de avenida de Zaragoza, es imprescindible porque son nuevas y es necesario dotarlas.